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Cap (3/3)

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Era lunes de nuevo y Zach Cassidy estaba realmente harto de la situación. Entendía, realmente entendía, que Gus no quisiera que las cosas se pusieran raras entre ellos, pero alejarse de golpe, evadirlo a él ...y a Leo solo estaba causando el efecto contrario. La situación se había vuelto igualmente incómoda lo que no hacía más que generarle cierto estrés que ya no podía soportar. Al igual que no podía soportar a Leo preocupándose por Gus.

Sería tan fácil si solo se sentaban y hablaban, pero...era más fácil decirlo que hacerlo, como la mayoría de cosas en la vida. En el fondo Zach sabía que sentarse y hablar podría volver la situación un poco más peliaguda. Aun no sabía que haría si Gus resultaba estar realmente enamorado de él. Ni siquiera había vuelto a hablar con Leo del tema. De hecho habían pasado muy poco tiempo juntos debido a tareas y a que Leo había estado ayudando a su padre en el bufete y eso solo hacía que el castaño se sintiera un poco más irritado con la situación, porque no sabía que más hacer.

Por eso, aquella mañana antes de ir a la universidad se sentó y le habló a su madre de lo que estaba pasando. Como esperaba, ella se quedó muy, pero muy sorprendida.

—En realidad debo aceptar que cuando eran más pequeños también llegué a pensar por un tiempo que Gus gustaba de tí.

—¿Es en serio? — preguntó mortificado.

—Sí. Él siempre tenía esta mirada cuando estaba cerca de ti, como un poco encandilado. Pero al final me convencí de que era solo un apego infantil ya que pasaban tanto tiempo juntos. Ahora puede que me haya equivicado.

—Mierda— se pasó una mano por el rostro— sí tanto tú como la abuela de Gus pensaron eso, entonces algo de cierto debe haber y  no sé que pensar al respecto.

Su madre le apretó una de las manos tratando de reconfortarlo. La verdad le aterraba un poco que el rubio estuviera enamorado de él, porque eso significaba que llevaba años sintiéndose de esa manera y no fue lo suficientemente observador para notarlo. Apenas estaba acomodándose a la idea de tener novio. ¿Cómo se supone que iba a manejar que su amigo de la infancia sintiera cosas por él?

—Tranquilo, cielo. No es bueno que te mortifiques tanto.

—Lo sé mamá, pero no es tan sencillo no sentirme mortificado. Me gusta Leo, lo quiero mucho pero pensar en que Gus ha estado sintiendo cosas por mi durante tanto tiempo, me hace sentir un poco culpable. ¿Qué se supone que voy a hacer?

—Okey, lo entiendo. Pero lo acabas de decir, quieres a Leo. Si Gus ha estado enamorado de ti tanto tiempo no veo como eso sea tu culpa.

—Debí haberlo notado.

—¿Y entonces qué?— está vez su madre lo tomó de ambas manos— Decidió guardar silencio y hasta donde recuerdo, Gus siempre fue muy bueno para ocultar lo que realmente siente. ¿Recuerdas cuando era pequeño y le daban miedo las tormentas? Fingía que no. Era tan obstinado...

—Y luego se abrazaba a mi como un pulpo cuando creía que estaba dormido.

—Exacto. Entonces no creo que te hubieras dado cuenta por ti mismo a menos que él quisiera que lo vieras. Fue su decisión y no puedes sentirte culpable por eso y tampoco por querer a Leo. Lamento decírtelo, pero Leo se arriesgó a confesarte sus sentimientos, mientras que Gus se lo guardó.

—Tal vez creyó que no le correspondería.

—Es probable y seguro que Leo también, aun así decidió dar un paso adelante.

—Lo sé— Cerró los ojos sopesando lo que su madre estaba diciéndole. Y sin embargo no podía simplemente hacer como si nada—. Me preocupo por Gus, lo sabes.

Mi Única Adicción (Suerte #7.8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora