Extra 4

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Esta es la continuación del extra anterior.

Cap (4/4)

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Detuvo su camioneta varios metros por detras de la libreria y luego corrió al interior. Se le había hecho tarde, se suponía que solo iría a la oficina por un par de horas y al final resultó que las cosas se alargaron más de la cuenta. Pero afortunadamente la firma de libros aun no había terminado, pues aun quedaba un pequeño grupo de personas haciendo fila. Se disculpó con ellos y entró. Su mirada cayó en Gus, quien estaba tras la mesa con una sonrisa en su rostro charlando con un par de chicas.

No podía inturrumpir así que se hizo a un lado. Leo no tardó en llegar hasta él.

—Hola, guapo — Tarareó complacido cuando su Leoncito le rodeó el cuello con los brazos y besó sus labios de manera lenta y dulce. —Me alegra que hayas vuelto.

—A mi también me alegra. Te echaba de menos y creí que iba a perderme el evento por completo.

—Por suerte no. Aunque si te perdiste algo increible.

—¿Qué cosa?

—Matthew Lowell y su esposo estuvieron aquí— parpadeó sorprendido — ¡Tan bien es un fan de Gus! le dijo que disfrutó mucho su libro y que esperaba los demás.

—Por favor dime que hay fotos de ese momento.

—Las hay— quien respondió fue Raúl quien se acercó en ese momento para estrechar su mano. Luego le mostró las capturas. Zach se sentía jodidamente orgulloso de su rubio y todo lo que estaba logrando. —Ow ¿Qué pasó, Cassidy? ¿Vas a llorar a causa de la emoción?

—Cállate— lo empujó juguetón. —Oye, en donde estan Ness, Stephan y la pequeña patata.

La pequeña patata era nada más y nada menos que Ollie. Zach solía llamarlo así de cariño, desde una vez que lo encontraron jugando en el jardín de la residencia Danields jugando con la tierra de una maceta. Miriam había dicho: "¡Olliver ¿acaso eres una patata para enterrarte en la maceta?". Y el mote se quedó, el pequeño adoraba ser llamado de esa manera.

—Están arriba con Layna y Dan. Ollie se durmió así que aprovecharon para subir— respondió Leo.

—Están empezando la fiesta sin nosotros— hizo un mohín y Leo lo besó entre risas. Le devolvió el gesto y Raúl se alejó diciendo que no estaba listo para eso. Probablemente nunca lo superaría y Zach iba a disfrutar eso sin dudarlo.

Si alguien le preguntaba cómo se sentía con la vida que llevaba y si alguna vez imaginó que sería así. Primero se reiría y luego negaría con la cabeza. Porque antes de Leo, nunca se imaginó que alguna vez terminaría enamorado no solo de ese dulce chico, sino también de aquel que fue su mejor amigo de la infancia. Siempre creyó que en un momento dado se mudaría a vivir con una novia y todo eso. Pero el destino tenía otros planes para él; y en cuanto a como se sentía, pues estaba feliz hasta decir basta. Estaba agradecido, emocionado y espectante por todo lo que tenía y lo que podía traerle el futuro.

—Entoneces solo nos queda esperar que nuesto rubio termine.

—Sep.

Rodeó los hombros de Leo con un brazo y ambos se dedicaron a esperar.

***

—Oye, espera un momento. Hay personas afuera— Gus podía decir eso y aun así estaba sosteniéndolo cerca, con las piernas enrolladas en su cintura. —Tendremos tiempo para esto más tarde.

—Lo sé — dejó un camino de besos desde su mejilla, hasta su cuello y ahí succionó la piel un poco. Lo suficiente para hacerlo temblar, pero no como para dejar una marca.

Mi Única Adicción (Suerte #7.8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora