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Cap (1/2)

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Sonrió al leer el último mensaje que Leo le había enviado.

Leo: Gus me acompañó y evitó que hiciera el ridículo, así que todo bien. Zach aun no se da cuenta de nada.

«Bambino, bambino, bambino» pensó con humor y no es que Exis fuera adivino, lo que sucedía era que sospechaba que las cosas para Leo iban a complicarse un poco. La manera en que se sentía por Zach Cassidy lo estaba empujando a refugiarse en Gus y eso podía añadirle solo un poco más de complejidad a la situación de su amigo. Después de todo nadie dijo que una persona demisexual pudiera sentirse atraida o conectada por un solo individuo. E incluso podía volver más posible que creara lazos afectivos con más de una persona.

Al menos era así como Exis lo veía. Pero no creía que comentarle eso a Leo sirviera de nada. No quería angustiarlo más de lo que ya estaba. Era algo con lo que él debía lidiar por su cuenta para poder entenderlo. Ahora bien, le preocupaba como es que iban a resultar las cosas para el chico de cabello oscuro. Le preocupaba que si en algún momento se animara a declararse a Zach, este lo rechazara. Ese sin duda sería un duro golpe para Leo.

¿Y qué pasaba si la persona que se interesaba en Leo no era quien él esperaba? Uh-huh, aquella situación era delicada por donde lo viera. Y le gustaría poder encerrar a Leo en una cajita de cristal para protegerlo de cualquier cosa que pudiera salir mal. Pero de nuevo, no podía hacerlo. Así que solo le quedaba observar, dar su apoyo silencioso y sus consejos en caso de que Leo los pidiera.

A veces era un poco frustrante no poder controlar la situación y darle un final feliz a todo el mundo. Vamos que ni siquiera podía encontrar uno para si mismo. Eso inevitablemente lo llevó a recordar el viernes pasado y lo que sucedió luego de que Gus y Leo fueran sacados del club.

*

Después de que todo el alboroto fuera controlado y el ambiente volviera a la "normalidad", Exis se dio cuenta que el lindo angioletto de las pecas estaba a su lado luciendo igual de cosnternado por todo lo que sucedió. Vamos, que ni siquiera les dio tiempo de intervenir, para cuando de dieron cuenta todo había terminado y sus amigos estaba fuera.

—Que locura— había dicho Jaxon, su expresión era un tanto inquieta.

—¿Sabes por qué Gus estaba peleando con ese tipo?

—No del todo, solo sé que siempre lo molesta, pero nunca había intentado agredirlo o al menos no que yo sepa — luego el angioletto había sonreído de una manera que removió algo en el interior del chico italiano — No creí que Leo fuera así de rudo. Lo ves y lo único que puedes pensar es "adorable".

—Lo sé, no me dio tiempo a detenerlo antes de que se lanzara hacia es tipo— se pasó una mano por el cabello pensando en que Leo podía estar lastimado de gravedad. Hasta donde sabía el chico no estaba acostumbrado a pelear. —¿Crees que estén bien?

—Creo que si. Y si está con Gus, él se asegurara de cuidarlo.

—Ni siquiera se llevan bien — dijo más preocupado que antes.

—Gus puede ser un poco frío y despreocupado a veces, pero ten por seguro de que después de lo que pasó, no dejara a Leo por su cuenta— había asegurado el lindo pecoso con una convicción que resultaba difícil de ignorar.

—Tú lo concoces mejor que yo así que confiaré en tu juicio — Jaxon se sonrojo suavemente y mordió su labio inferior mientras le daba un pequeño asentimiento. Dios, ese chico era simplemente una dulzura. —Eh, sería bueno si vamos a buscarlos.

Mi Única Adicción (Suerte #7.8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora