Mi Única Adicción (Suerte #7.8)

Extra 3

Este extra ocurre algunos años después de los últimos dos extras.

Cap (3/4)
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Cuando él y Jaxon terminaron de llenar el estantate frente a la vitrina con varios ejemplares del mismo libro, sintió que su pecho se llenaba de orgullo y satisfacción. Era una novela de fantasía llamada "El ascenso de la luna" y el nombre del autor era nada más y nada menos que Gus Hastings. ¡Su novio por fin se decidió y había publicado un libro en físico!

Aun estaba tratando de procesarlo, a pesar de que ya lo había leído y hasta tenía su propio ejemplar con dedicatoria incluida. No podía evitarlo, la emoción lo llenaba de pies a cabeza y sabía que no era el único, al girar el rostro se topó con la sonrisa deslumbrante de Jaxon.

-¿No se ve genial? - preguntó Jaxon.

-Genial y lo que le sigue- volvieron al interior de la tienda para seguir preparando las cosas. Después de todo en un par de horas más "Un rincón en el cielo" abririía sus puertas para la firma de libros que Gus daría.

Cuando Gus inició, les contó a el y Zach su idea de mintar una libreria, lo habían apoyado porque estarían ahí para él en cualquier momento. Leo había sabido que tendría éxito, después de todo había visto las otras librerias que había en la ciudad y siempre había buena afluencia. Pero ninguno de ellos tenía idea de que tendría un éxito tan grande. Quizá era porque no solo contaba con una tienda física, sino que también habían contado toda una campaña publicitaria en redes sociales y ofrecían compras en línea con envio incluido. Sin mencionar los eventos que a veces realizaban, ya fuera sobre un género literario en específico o un evento interactivo para lectores y fans de un autor o autora en específico.

Entonces "Un rincón en el cielo" era un gran éxito y se había mantenido estable desde hacía un tiempo y ahora con Gus por fin convirtiéndose en un autor publicado, sin duda atraería a más personas. Después de todo ya había sido catalogado como: "la joven revelación en el mundo de la fantasía y la ficción" por varias revistas y periódicos. Las reseñas en línea tampoco se quedaban atrás, otorgándole la fama que se merecía.

-No puedo esperar a que esto empiece- dijo Leo mientras colocaba una mesa al fondo del lugar. Atrás había una manta con un fanart de los personajes del libro. Ese había sido un regalo de Jasper Adkins-Phillips y todos los demás "inadaptados", como ellos mismos se hacían llamar. Lamentablemente no habían podido estar ahí aquel día.

La puerta principal se abrió haciendo sonar el timbre que no era otra cosa más que el maullido de un gatito. Eso había sido idea de Wally, el hermano menor de Jax. Y cabía resaltar que los clientes lo adoraban.

-Estamos aquí- Layna, su novio Dan y Exis habían llegado La hermosa chica colombiana llevaba una cesta llena de galletas que seguramente ella había horneado, mientras que su novio cargaba con un pastel que olía celestial.

-¡Hola!- Leo se acercó para saludar a cada uno. Como la pareja llevaba las manos ocupadas, les besó la mejilla. Dan soltó una risita ante eso.

-Hey, compañero.

-¿Qué hay del mio?- Exis fingió estar molesto y luego lo atrajo para darle un sonoro beso en cada mejilla- esto está mejor. Ahora...¿En dónde está il mio amore?

Se giró a tiempo para verlo ir hasta Jax, tomarlo de la cintura y levantarlo del suelo haciéndolo reir. Ellos eran sin duda muy dulces.

-¿En dónde podemos poner esto, cariño?- preguntó la hermosa chica.

-Oh, debo suponer que esto es para más tarde- ella asintió - entonces vamos arriba.

Los guió hacia el fondo de la tienda, ahí había una puerta que daba a una pequeña bodega que a la vez servía de oficina. Al fondo había otra puerta mas que daba a unas escalera, estas a su vez llevaban a un apartamento sobre la libreria. Anteriormente había sido ocupado por otra persona, sin embargo cuando se mudo, lo puso en alquiler y Zach, Gus y Leo no dudaron en tomarlo porque era un lugar bastante espacioso y luminoso. Además de que al final del día los tres terminaban en la libreria luego de salir de sus respectivos trabajos, por lo tanto tenía sentido quedarse a vivir ahí.