Cap (4/4)
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Soltó un suspiró de alivio cuando el agua fría bajo por su garganta. Su boca se había quedado seca luego de explicarle al señor Santoro su relación con Garret y el como los había arrastrado hasta ahí. A su lado, Gus estaba terminando su segundo pedazo de pizza. No sabía en donde la había conseguido el hombre que la trabajaba para el señor Santoro, pero estaba buena.
Pero no era solo por eso po lo que se sertía aliviado. Sino porque un doctor había estado ahí y reviso al rubio, y fue justo como Leo sospechaba, Gus tenía una leve conmoción. El galeno sugirió hacerle una tomografía para asegurarse de que no hubiera algún tipo de hemorragía cerebral, aunque también había dicho que era poco probable. Antes de irse, limpió la herida que Leo tenía en su labio inferior gracias al revés que Garret le propinó.
Hablando de Garret, lo habían obligado a sentarse en la única silla de la habitación y por supuesto, le quitaron el arma, a la cual también le sacaron todas las balas.
—Joder. Aun estoy tratado de entender esto— el señor Santoro caminaba de un lado a otro con las manos unidas tras la espalda. Su semblante y su tono seguían siendo relajados— No me cabe en la cabeza como un hombre sería capaz de intentar intercambiar a su propio hijo para saldar una deuda. Hay que ser bastante despreciable para hacer algo como eso.
—Y lo dice alguien que hace mierda ilegal todo el tiempo— bufó Garret, sin embargo sus palabras se cortaron cuando uno de los hombres que lo custodíaba le dio un puñetazo.
—Tranquilo North, deja que hable todo lo que quiera. Es lo único que le queda— le restó importancia con una mano— y solo para aclarar algo, Garland. Sí, hago mierda ilegal, ni siquiera tiene sentido negarlo. Pero incluso entre críminles hay níveles, y tú estarías en el escalón más bajo, justo donde la mierda pertence— Garret se estremeció. —Antes dijiste que habías escuchado que busco muchachos atractivos para mis clubes y es cierto — le sonrió a Leo— Soy dueño de clubes nocturnos, sabes dulzura.
—¿como clubes clandestinos?
—Dios, no— el mayor hizo una mueca de desagrado bastante graciosa — hago cosas ilegales. Pero esos clubes no son una de esas cosas, son completamente legales y los chicos y chicas que trabajan para mi han aplicado para el trabajo por su propia voluntad. No es agradable forzar a las personas a hacer cosas que no quieren y mucho menos cuando de sexo se trata.
—¿Pretende que creamos eso?— preguntó Gus, sin embargo no había ese usual tono desafiante en su voz. De hecho parecía que el señor Santoro le agradaba.
—No voy a obligarte a hacerlo, precioso, pero en realidad no tengo ningún motivo para mentir— se encogió de hombros— Ahora bien, supongo que merecen saber por que Garland hizo esto. Sobre todo por la manera en que fueron traídos hasta aquí. También soy propietario de algunos casinos, Garland gustaba de visitar uno de ellos, siempre rodeado de mujeres y hombres jóvenes. Bastante estúpido de su parte dejarse encandilar por eso, la mayoría de los que va a esos lugares solo pretende encontrar a alguien que los llene de lujos. En fin, Garland jugaba y perdía más de la cuenta, endeudándose cada día un poco más. Hasta que llegó a la gloriosa cantidad de doscientos cincuenta mil dólares. Fue ahí que le dije que necesitaba pagar o estaba en problemas— El señor Santoro se volvió hacia Garret y negó con la cabeza mientras chasqueba la lengua — pero vamos, cuando dije que necesitabas saldar tu deuda, no me refería a que trataras de vender a tu propio hijo. ¿Qué clase de mierda hace eso?
—Yo no...
—Y encima vengo y me entero de que fuiste un hijo de puta no solo con él, sino también con tu otro hijo y tu ex.
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Mi Única Adicción (Suerte #7.8)
RomancePreciosa portada cortesía de @c.rivas28 Historia que forma parte de la saga suerte. Derivada específicamente de "Una lección de amor (suerte #7.7)". Porque el destino es caprichoso y a veces también es travieso e impredecible. NO copias NO adaptaci...