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Capítulo dedicado a:   AlessCaro08  😉

Cap (2/2)

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Cuando empujó la puerta de la cafetería, sus ojos inmediatamente cayeron sobre la mesa en la que Leo solía sentarse siempre que iba a The Break, una cerca del mostrador. Y ahí estaba, riendo por cualquier cosa que Jax le haya dicho. El estómago de Gus cosquilleo ante esos ojos castaños llenos de humor. Leo Danields era jodidamente atractivo, de un modo adorable y sexy. Así que Gus ni siquiera se molestó en evitar darle un repaso visual. ¿Qué sentido tenía tratar de ocultarlo, no?

Se sintió un poco mejor de inmediato. Porque el Malvavisco tenía ese efecto calmante, algo que solo pudo notar una vez dejó de intentar detestarlo. Se encaminó hacia la mesa y aprovechando que Exis estaba de espaldas, ocupando el lugar frente a Leo, el rubio le pasó los brazos por el cuello, y se recostó contra su espalda.

—Oh, pero si es mi amante— dijo Exis con humor. Gus sonrió malicioso y le besó la mejilla.

Su sonrisa creció cuando escuchó a Leo y a Jax soltar soniditos disconformes. No pudo evitar emocionarse ante la idea de poner a Leo aunque sea un poquito celoso.

—¿Me extrañabas?— preguntó en falso tono meloso, estrechando más el abrazo.

—Por supuesto que si— Como siempre, Exis le siguió el juego usando ese tono coqueto que era tan natural para él— te extrañaba como la luna extraña al sol.

—Yo también te extrañaba ¿sabes?— sus ojos se dirigieron hacia Leo y joder, él lucía todo enfurruñado y besable. —Pero a mi no estás abrazándome.

—Bueno, eso es porque tienes novio, Malvavisco.

—¡Exis también!

—Sí, y su novio está aquí— dijo Jax, quien estaba tratando de contener la risa porque al parecer también le causaba mucha gracias un Leo molesto.

—Bien, ya, no lloren— rodó los ojos y se acercó a Jax para revolverle el cabello a modo de saludo y luego se dejó caer en la silla junto a Leo. —Hola Malvavisco.

—Hola— Leo parecía desilusionado y más enfurruñado que antes. Hizo toda esa cosa de fruncir los labios en un mohín mientras fijaba la vista en el capuccino frente a él.

No pudo resistirlo más, se inclinó hacía el chico y presionó los labios contra su sien.

—También te extrañé— le susurró al oído antes de enderezarse en su lugar ignorando la mirada sabionda de Exis y la sonrisa emocionada de Jax. —Oye pecas ¿me pones lo de siempre?

—Seguro.

Por el rabillo del ojo se dio cuenta de que ahora Leo estaba mordiéndose el labio inferior para contener una sonrisa con las emjillas cubiertas de un suave rubor. Y vaya si eso no lo hizo sentir feliz y satisfecho. Saber que también podía provocar esas reacciones en el Malvavisco lo llenaba de una manera que lo dejó sin aliento. Mierda, una razón más para saber si lo que quería, podía volverse realidad.

Esperó hasta que el pecoso volvió con su extremadamente dulce bebida, le dio un sorbó y suspiró sintiendo que recobraba un poco el control de si mismo.

—¿Así que de qué hablaban antes de que llegara?— preguntó tratando de desviar la atención.

—Jax y Leo hablaban sobre libros— respondió el italiano con un sonrisa cariñoso mientras veía a su novio. —Algo sobre el nuevo libro de su autor favorito.

Mi Única Adicción (Suerte #7.8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora