Prólogo

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Capítulo dedicado a: only_convert 😉

Cap (1/3)

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Leo estaba enojado.

Enojado con Garret por ser un hijo de puta sin corazón. Con su madre por no haberse dado cuenta de que Raúl también debió haber ido a terapia después de lo que habían vivido. Enojado con el universo entero por dejar que cosas como esas sucedieran.

Observó  a su hermano, quien se había quedado dormido después de haberle contado todo aquello que él ignoraba sobre su propio pasado. Aun sentía naúseas al pensar que Raúl había estado guardándose tanto solo para evitar que Leo cargara con ello y que Miriam recordara los abusos de aquel bastardo. No era justo que Raúl estuviera en aquella situación, que tuviera que tocar fondo para por fin aceptar que necesitaba ayuda.  

Leo también se sentía culpable por no haber presionado más antes, cuando se dio cuenta de que su hermano estaba más retraido e irritable de lo normal. No dejaba de decirse que pudo haber evitado que Raúl se volviera dependiente a los medicamentos. Si tan solo hubiera actuado a tiempo...

El teléfono del mayor vibró sobre la mesita de noche anunciando la entrada de un texto. La pantalla estaba bloqueda por lo que solo pudo leer parte del mensaje. "No le digas a nadie sobre mi..." eso fue lo único que pudo leer. Frunció el ceño por lo extrañas que le resultaron esas palabras. Para desbloquear la pantalla necesitaba la huella dáctilar de Raúl y ya que estaba dormido...

«No, eso está mal» se dijo. Pero la curiosidad era demasiada. Terminó por sucumbir a ella, así que acercó el teléfono al dedo de su durmiente hermano y logró su cometido rápidamente. El mensaje saltó a la vista y Leo lo abrió sin dudar.

Gus:No le digas a nadie sobre mi. Sé que no es un buen momento y que es un poco desconsiderado de mi parte. Así que te lo pido como un favor. Cass ya me dio una buena reprimenda. Borra mi número luego de que leas esto.

La mandíbula de Leo se tensó y lo hizo aun más cuando fue un poco atrás en el chat y leyó los pocos mensajes que ahí había. J.o.d.e.r. Desde que supo sobre la dependencia a los medicamentos que sufría Raúl, se preguntó quien había sido el maldito que le vendió las pastillas. Bueno, ahí tenía su respuesta. Copió el número a su propio teléfono y luego salió de la habitación.

Leo: Oye, eres Gus? el chico que vende cosas divertidas?

Recibió una respuesta inmediata.

Gus: Depende ¿Quién eres?

Leo: Importa? Necesito algo para relajarme ¿puedes ayudarme?

Gus: Siempre y cuando estés dispuesto a pagar. No hay problema.

Leo: Por eso no te preocupes. Tú solo dime donde podemos vernos.

Poco después le llegó una dirección en donde debía ver a Gus en media hora. Sonrio con desdén, algo poco usual en él. Leo estaba enojado y al parecer había encontrado a la persona perfecta para desquitarse. Gus, quien quiera que fuera, era el nuevo blanco de su ira.

***

Su sistema de GPS lo llevó hasta el estacionamiento de un Target al otro lado de la ciudad. Era un lugar extraño para encontrarse con un dealer. Asumió que lo vería en algún callejón oscuro o algo por el estilo. Se rio de si mismo por tal pensamiento. Vamos, que no estaba en una película barata o una caricatura como para que algo tan cliché sucediera.

Mi Única Adicción (Suerte #7.8)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora