Mi Única Adicción (Suerte #7.8)

Epílogo

Capítulo dedicado a.  LolaNolan3010  Espero que hayas tenido un muy feliz cumpleaños! 🎊🎊

Cap (5/5)

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Algunos meses después...

—Deja de sonreir tanto— se quejó Gus. Podía quejarse todo lo que quisiera, pero también estaba sonriendo.

Había ido a recogerlo a su apartamento aprovechando que era sábado y tenía el día libre en la cafetería por la tarde. Además el plan era recoger a Leo en un rato más e ir juntos a un festival de música que se estaría llevando a cabo en Boulder. Pero antes necesitaban conseguir un poco de provisiones.

—No puedes culparme, estoy caminando de la mano con uno de mis hermosos novios. Eso es suficiente para que un hombre sonría como yo lo hago.

—Cursi— El rubio tosió tratando de esconder su bonito rubor.

Muchas cosas habían cambiado en esos meses a decir verdad. Para empezar, Gus se había suavizado un poco en los bordes. Por supuesto que seguía conservando esa personalidad sarcástica y su lengua afilada, lo que en realidad era parte de su encanto. Podía seguir quejándose de las cosas cursis, pero también era mucho más abierto en cuanto a sus sentimientos.

Zach también había progresado mucho. Ya no se sentía cohibido ni dudoso acerca de la relación que tenía con Leo y Gus. Se complementaban tan bien, que de a poco dejó de preguntarse si sería capaz de amar a ambos y darles lo que necesitaban. Dejó de preguntárselo porque ahora sabía con toda certeza que podía y quería hacerlo. Esos chicos eran las dos mitades de su corazón y estaba feliz por ello.

En cuanto a Leo, bueno... Leo seguía siendo tan condenadamente dulce y sexy. Pero también había mucha más confianza en él y estaba aprendiendo a decirle 'no' a las personas que se acercaban demasiado y lo agobiaban. Por lo tanto, los tres habían crecido emocionalmente en esos meses que llevaban de relación.

Entraron al super sin soltarse de las manos y claro que obtuvieron miradas, porque al parecer el que dos chicos caminaran libremente como pareja siempre llamaría la atención. A Zach le importaba poco la verdad. Tenía amigos y familia que los respaldaban, entonces era todo lo que importaba.

Recorrieron los pasillos buscando algunas chucherías, sodas e ingredientes para que Leo preparara sus sándwiches de muerte, porque lo que Gus decía era totalmente ciero, Leo preparaba los sandwiches más delciosos que había probado nunca.

—Mira— Gus se acercó a una de las arcas y tomó una bolsa de golosinas que tuvieron a Zach riendo divertido. Era una bolsa de malvaviscos. — Tenemos que llevarlos también.

—¿Para qué? Ya tienes un malvavisco que puedes degustar cuando quieras.

Los ojos grises del rubio se llenaron de travesura y calor. Lo que no hizo más que enceder el propio deseo de Zach, porque no le resultaba nada difícil imaginar lo divertido y placentero que resultaba el sexo con sus chicos. De solo pensar en ello se sentía acalorado.

—Justo como lo hicimos el jueves— murmuró Gus pegándose a su cuerpo. —¿Recuerdas la manera en la que te tomó en su boca, Zachary?

Se estremeció con el recuerdo. Y he ahí otra cosa que había cambiado, Leo tenía una boca tan jodidamente perfecta que podía llevar a cualquiera a la locura.