La mano de Calum sigue posada sobre mi mejilla, la cual acaricia con suavidad con su pulgar, yo suspiro levemente, antes de mover mi mano para apartar la suya de mi rostro. Él humedece sus labios, al mismo tiempo que sus ojos se centran en los míos, para después bajar hasta el punto en el que se encuentra mi boca.
- ¿De verdad te piensas que después de cómo me has tratado por teléfono, puedes venir y hacer como si nada?- Veo como su mirada se vuelve a elevar, hasta encontrarse con la mía, él ladea ligeramente su cabeza, de la misma forma que lo hacen los perros, cuando parecen no entender lo que les dices.
- He pensado que lo solucionaría mejor viniendo hasta aquí.- Su voz continúa siendo un susurro, que acompañado de la gravedad de su voz, suena casi como un ronroneo felino.- Ya sabes, soy mejor con los actos que con las palabras.
- No lo creo.- Respondo riendo suavemente, lo que hace que en su rostro se forme una pequeña sonrisa.
El silencio vuelve a rodearnos, ambos nos mantenemos quietos, simplemente mirándonos a los ojos, es como si fuese una lucha, por ver quien termina apartando antes la mirada. Y a pesar de lo mucho que me cuesta a veces mirar a los ojos a las personas, es como si me perdiese en la oscuridad de los suyos, a causa del bajo nivel de luz, su pupila ocupa casi toda la superficie del iris, por lo que casi no se aprecia nada de su marrón. Aunque él parece encontrarse realmente cómodo, es quien termina cediendo, pero simplemente para bajar su atención hasta mis labios, una vez más. Yo los aprieto unos segundos, formando una fina línea con ellos, y en ese momento él mueve lentamente su mano, en esta ocasión para posarla sobre el lateral izquierdo de mi cuello, suelto un pequeño suspiro al sentir de nuevo su tacto, y en esta ocasión no hago nada para apartarlo.
Tras unos segundos, en los que Calum se limita a acariciar con suavidad esa zona de mi cuerpo, hasta que sus dedos se sitúan en la parte posterior de mi cuello, veo como se muerde el labio inferior, antes de inclinarse lo suficiente como para unir su boca con la mía. Ambos empezamos a besarnos con suma lentitud, nuestros labios se mueven con total delicadeza, como si el tiempo a nuestro alrededor se hubiese detenido, y pudiésemos seguir besándonos sin preocuparnos de absolutamente nada.
Doy un pequeño paso hacia delante, para pegar más mi cuerpo al suyo, al mismo tiempo que rodeo su torso con mis brazos. Él termina por situar su otra mano, en el otro lado de mi cuello, atrapando mi cara entre ellas, haciendo que sienta como sus pulgares se mueven con dulzura sobre la piel de mis mejillas. Segundos después, nuestras lenguas se rozan por primera vez esta noche, con la misma sutileza con la que se han sucedido todos nuestros movimientos. Él desliza una de sus manos hasta la parte posterior de mi cabeza, enterrándola en mi pelo, buscando profundizar más el beso.
Noto como Calum mueve sus brazos, al mismo tiempo que su cuerpo baja poco a poco, hasta el punto en el que parece situarse a mi misma altura, yo me separo ligeramente extrañada, sin saber qué es lo que hace, él se limita a dedicarme una sonrisa, antes rodear mi cuerpo con sus brazos, justo por debajo de mis glúteos, elevando mi cuerpo sin demasiado esfuerzo. Yo enredo mis piernas a su alrededor, en el instante en el que él vuelve a tener su cuerpo recto.
Ambos retomamos el beso, mientras Calum camina torpemente hasta toparse con el sofá, sin saber por qué, ambos soltamos una pequeña risa contra los labios del otro, justo antes de que él deje caer su cuerpo lentamente, para quedar sentado conmigo sobre él. Los dos nos acomodamos, antes de volver a besarnos, con algo más de intensidad que antes. Yo sitúo mis brazos sobre sus hombros, de forma que con mis manos juego sobre el pelo, prácticamente rapado, de la parte de atrás de su cabeza. Él, sin embargo, busca el final de mi camiseta, y en cuanto lo encuentra, empieza a llenar de caricias mi espalda, con firmeza y seguridad, como si quisiera sentirme todo lo posible.
Poco después, desliza sus manos hacia los laterales de mi torso, empezando a rozar con las yemas de sus dedos, los laterales de mis senos. Yo suelto un pequeño suspiro contra sus labios, antes de atrapar su inferior con mis dientes, tirando con cuidado de él. En ese momento, él sujeta la tela de mi camiseta, con la intención de deshacerse de ello, pero yo muevo mis manos para frenarle.
- No quiero.- Susurro todavía rozando sus labios, queriendo darle a entender, que mi intención no es mantener relaciones sexuales esta noche.
- No haremos nada que no quieras, solamente quiero sentirte más.- Su voz suena todavía más áspera que antes, con un ligero tinte de desesperación. Yo muevo mi cabeza de forma afirmativa, dándole paso a que se deshaga de mi camiseta, para después deslizar mis manos hasta el inicio de la suya, y así terminar ambos con el torso completamente desnudo.
Calum me observa unos segundos, antes de poner la palma de su mano sobre mi abdomen, para después deslizarla lentamente hacia arriba, pasando entre mis pechos, hasta situarla sobre mi clavícula derecha, de forma que su pulgar queda situado en el hueco formado por ambos huesos. Ambos nos miramos, y parece que no es necesario que digamos absolutamente nada.
- Claro que no, ¿qué te pasa?- Suelta una pequeña risa, como si se pensara que le estoy gastando una broma. Yo simplemente niego con la cabeza en silencio.- En serio, Brooke, estás muy rara.
- No es nada, simplemente estoy un poco confusa.- Luke se encoge de hombros, antes de volver a beber de la taza de su desayuno.
- La verdad es que no tienes muy buena cara, ¿has tenido un mal sueño? Sé que has dicho que has dormido bien, pero no lo parece.- Yo sacudo levemente la cabeza, sigo pensando en todo lo que está en mi cabeza, y me parece totalmente imposible que no haya sido más que un sueño. Las sensaciones, y su tacto fueron tan reales, ¿pero y si sólo está en mi cabeza?