El malestar.

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Al final Luke ha terminado durmiendo en su sofá, por mucho que yo haya llegado a insistir en que no había ningún tipo de problema por compartir cama. Por la mañana, cuando me he despertado, él ya no se encontraba en su apartamento, por lo que he tratado de entretenerme viendo la televisión, algún que otro vídeo en internet y poco más. He intentado contactar con él en varias ocasiones, pero no me ha respondido a ninguna llamada, y por supuesto tampoco lo ha hecho con ningún mensaje.

Después de comer he empezado a encontrarme un poco mal, seguramente una mezcla entre el estar encerrada en una casa ajena, todo lo que ha pasado ayer, y probablemente el hecho de que no queden más de un par de días para que me baje el período. Dado que tampoco quiero revolver su casa, buscando si tiene algo que me pueda ayudar con el mareo, que empieza a hacerse cada vez más presente en mí, decido que la mejor opción es salir. Por lo que tomo mi bolsa de deporte, y tras dejarle un mensaje avisándole de que saldré a comprar algo en la farmacia, abro la puerta del apartamento y salgo de él, sabiendo que no podré volver a entrar hasta que Luke dé señales de vida.

En cuanto me encuentro en la calle, tomo una respiración profunda, tratando de calmar esa sensación de que todo a mi alrededor parece dar vueltas sin parar. Sé perfectamente que al final de la calle podré encontrar lo que busco, así que camino con tranquilidad, sobre todo intentando no fijarme en las personas con las que me cruzo, para evitar entrar en la paranoia de si alguno de ellos serán los matones que nos perseguían ayer. 

Unos diez minutos después, ya tengo la medicina para los mareos en mis manos, así que tras adquirir un botellín de agua en una máquina expendedora, me tomo la pastilla sin ningún tipo de problema. Tras pensar unos segundos en qué hacer, al ver que sigo sin tener ninguna noticia de Luke, decido dar un paseo hasta un parque que hay a no más de quince minutos. Una vez en él, busco una zona tranquila, por la que no transite demasiada gente, aunque es complicado, por lo que termino por conformarme con un espacio a un par de metros del paseo, y después me tumbo con cuidado sobre el césped, dejando a un lateral de mi cuerpo la bolsa. 

Tras unos instantes, termino por cerrar los ojos, disfrutando de la ligera brisa que recorre el ambiente esta tarde, y que por suerte parece ayudar bastante a que la sensación de mareo vaya a menos. Mi cabeza no puede dejar de pensar ni un segundo en todo lo sucedido, una y otra vez revivo en mi mente todas las escenas vividas el día de ayer, realmente arrepintiéndome de haber tomado la decisión de quedarme observando lo que hacían en aquella calle. Si hubiese seguido mi camino, tal y como dijo Calum, no tendría ahora esta sensación de opresión en el pecho.

Durante el tiempo que estoy tumbada, escucho a niños gritar, pasos retumbar en el suelo, seguramente por gente que está haciendo deporte, o los mismos niños jugando, risas lejanas, y conversaciones de las que solamente me entero de un par de palabras hasta que las personas se alejan siguiendo su camino. Ahora llevo ya unos minutos sin escuchar casi nada, disfrutando del canto de los pájaros, hasta que esa tranquilidad se ve interrumpida de nuevo por el sonido de alguien corriendo, pisando el suelo con fuerza. Y de repente noto unas manos sobre mi costado, moviéndome  bruscamente.

- Joder Brooke, ¿estás bien?- Pregunta, y a pesar de que mis ojos todavía no se han acostumbrado a la claridad tras abrirlos, solo por el sonido de su voz, sé perfectamente de quien se trata.

- Sí.- Me limito a responder, mientras me intento incorporar, cuando noto como sus manos dejan de tocarme, y escucho como un largo suspiro sale de su boca.

- Joder, casi me da un ataque.- Asegura pasándose una mano por el rostro, al mismo tiempo que veo como se sienta a mi lado.

- ¿Por qué?- Cuestiono adoptando la misma postura que él.

- ¿No se supone que deberías estar en casa de Luke?- Me devuelve su respuesta en forma de pregunta.

- Sí, pero me encontraba mal, fui a comprar algo y como no me contesta al móvil y no sé si volver a mi casa es una buena opción, decidí venir aquí.- Explico sin darle demasiada importancia.- ¿Y tú se puede saber por qué siempre estás en todos lados? Voy a empezar a pensar que lo de que eres un psicópata no era de broma.

- Estaba haciendo un poco de deporte para desconectar, casi siempre lo hago en esta zona.- Aclara y en ese momento me fijo en su atuendo, un pantalón corto negro y una camiseta de tirantes del mismo color, la cual deja al descubierto la gran mayoría de sus tatuajes.

- Pues estoy bien, puedes seguir.- Pronuncio a pesar de que el hecho de no estar sola, me hace sentirme algo más protegida y tranquila.

- No te voy a dejar aquí sola, todavía no he conseguido arreglarlo, así que no puedo asegurar que no te pase nada.- Comenta dejando caer levemente su cuerpo hacia atrás, hasta que su espalda queda pegada contra el suelo.

- Así que ahora te preocupas por mí, pensaba que te daba igual, después de decirme ayer que me largase.- Hablo mirándole con cierta diversión.

- Me preocupo por mi conciencia, no podría vivir con ella si le pasa algo a alguien por haberse involucrado en algo conmigo.- Responde en un tono bastante calmado, al que no estoy demasiado acostumbrada viniendo de él.

- ¿Sabes algo de Luke?- Pregunto siendo consciente de que tal vez el hecho de que lleve desaparecido todo el día, no sea una buena señal.

- Está bien, no te preocupes.- Son sus únicas palabras, y aunque mi primer instinto es preguntar sobre como lo sabe, termino decantándome por no hacerlo.

- ¿Y cuál es tu plan? ¿Quedarnos aquí en silencio hasta que pueda volver con Luke? Ya que no te gusta mucho hablar de nada.- Pregunto mientras llevo ambas manos a mi pelo, para trenzarme el pelo en una pequeña trenza que cae solamente unos pocos centímetros por debajo de mis hombros. Él me observa en silencio durante unos segundos.

- Siempre podemos pasar el tiempo echando un polvo.- Suelta de repente, antes de que se forme una pequeña sonrisa en su rostro, aunque sin llegar a mostrar a sus dientes, pero ya es mucho más de lo que he conseguido ver en él desde que le conozco.

- Me parece que eso no va a volver a pasar.- Respondo antes de soltar un pequeño suspiro.

- Lo sé, Luke no tardará en volver, y lo que estabas haciendo antes de que yo apareciera es lo mismo que te propongo ahora, pasar el rato en silencio.- Yo no puedo evitar rodar mis ojos ante sus palabras, antes dejar caer mi cuerpo de nuevo, para tumbarme otra vez y cerrar los ojos como si él no estuviera allí.

Rollercoaster. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora