Toda la explicación.

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Durante unos treinta o cuarenta segundos, el silencio se adueña de la escena, Calum me observa fijamente a los ojos solamente durante los cinco primeros, después su mirada se clava en algún punto en el suelo, mientras mueve con nerviosismo sus manos, jugando con sus dedos entre sí. Por un instante, la idea de posar mi mano sobre su espalda, para acariciarle y reconfontarle, pasa por mi cabeza, pero inmediatamente la descarto, siguiendo esa corazonada que me dice que conseguiré mucho más de su parte, si simplemente le doy su espacio, en todos los sentidos. Le escucho carraspear un par de veces, antes de que sus ojos se crucen con los míos un momento, antes de volver a bajar su punto de atención al suelo.

- Los gastos sanitarios de mi madre eran enormes, es verdad que pudimos acceder a alguna ayuda económica, pero era casi como si no la tuviéramos.- Vuelve a hablar en un tono bajo y pausado.- Así que buscando en lugares que no debería, se encontró con esta gente, le ofrecieron todo el dinero que necesitara para mi madre, como si fuesen una asociación totalmente altruista.- Sus últimas palabras están cargadas de ironía y rabia.- Solamente le pidieron a cambio que de vez en cuando estuviese disponible para hacer algún trabajo, que podría estar un poco al límite de ser legal, según ellos.- Calum hace una pequeña pausa para respirar profundamente, al mismo tiempo que niega con la cabeza.- No sé si aceptó por desesperación, por inocencia, porque realmente se creía que podría haber gente dispuesta a ayudarle de forma tan fácil, o un poco por ambas.- Decide cambiar de postura, y echa lentamente su espalda hacia atrás, hasta apoyarla por completo en el respaldo del sofá.

- A veces pensamos que nuestros padres, por el hecho de serlo, deberían están más que alerta en situaciones así, y saber identificar a ese tipo de gente, pero no siempre es así, por lo que probablemente lo haría más por desconocimiento, que porque realmente se quisiera meter en algo así.- Calum asiente levemente tras escucharme.

- Al final las ayudas económicas de estos cabrones se extendieron por dos años, hasta que cumplí los veintitrés, año en el que mi madre falleció, a causa de los ataques que le daban.- A pesar de que por la forma en la que hablaba de ella, en pasado, ya me imaginaba que no seguía con vida ahora, siento como si se me encogiera el corazón al escucharle verbalizarlo, y ver cómo luchar carraspeando de nuevo para disimular el quiebro en el sonido de su voz.- Cuando pasó todo le dije a mi padre que quería volver a San Francisco, recuperar mis amistades e intentar volver un poco la normalidad en mi vida, y ahí fue cuando me confesó todo lo que había estado haciendo, y que obviamente no nos podíamos ir hasta que terminara de pagarles, además de que en alguna ocasión ya le habían amenazado con ir a por mí.

- Que asco de personas.- No puedo evitar retener mis palabras, él me mira un instante apretando sus labios, antes de asentir.

- Aún así durante varios meses me mantuvo al margen de todo eso, pero aunque todavía no sé exactamente cuál es la historia real, por lo que tengo entendido le tendieron una trampa, porque mi padre se negó a hacer uno de los trabajos que le mandaron, el cual no tengo ni idea todavía de lo que era. Así que a cambio, le mandaron hacer una entrega y lo pilló la policía, el problema es que él no sabía que le habían llenado el coche de drogas y armas ilegales, así que lleva en la cárcel más de un año, aún a la espera de un juicio.- Yo frunzo el ceño tras escucharle.

- ¿Cómo pudieron llenarle el coche de todo eso sin que él lo supiera?- Pregunto con curiosidad, haciendo que su atención se vuelva a centrar en mí, para después dejar de hacerlo.

- Hay muchas formas de hacerlo, el coche que usaba era de ellos, y no estaba en muy buenas condiciones, así que tampoco le extrañó que la tapicería no estuviera muy bien rematada, lo que no sabía es que eso era así porque usaban el interior de los asientos para guardar todo eso.- Yo asiento con la cabeza tras escucharle.- En cuanto a mi padre lo metieron en prisión, no tardaron ni un día en venir a por mí, en ese momento me contaron la cifra real que les debía mi padre, la cual era algo mayor de lo que él me había confesado, y obviamente me dijeron que si no accedía a tomar su relevo, moverían sus hilos para que a mi padre le pusieran todos los años posibles de condena.

- Y no pudiste negarte.- Interrumpo, causando que él reaccione una vez más asintiendo ante mis palabras.

- Ahora mismo soy consciente de que aunque lo hiciera, no me dejarían en paz. Durante unos seis meses estuve haciendo todas las mierdas que me mandaban, jugándome demasiadas cosas por gente que ni siquiera conocía, ni sabía si me estaban mintiendo, pero estaba muerto de miedo. Creo que en esos meses fueron en los que mi mente cambió por completo, no te voy a decir que antes fuese una persona muy amigable, pero el asco que tengo en general por las personas, fue creada en ese tiempo, vi tanta mierda, que no quiero involucrarme con nadie.- Explica eso último recorriendo con su mirada la pared de en frente.- La última vez que estuve en Los Ángeles, fue el último día que vi a mi padre, hablé con él en la cárcel y me dijo que me largara, que dejara todo esto atrás, que no valía la pena y que de todas formas, lo más seguro es que aunque yo hiciera todo lo que me decía, a él intentarían joderle lo máximo posible. Por lo que salí de prisión, y me fui directamente al aeropuerto, ni siquiera pasé por mi piso, me vine con lo puesto, pensando que podría ser libre otra vez. Pero estaba totalmente equivocado.- Suelta un suspiro y se pasa ambas manos por el pelo, antes de volver a posarlas sobre sus piernas.- Me fui a casa de un amigo, me rapé el pelo y me lo teñí de azul a modo de liberación, y como forma de empezar una nueva vida, durante una semana más o menos viví sin ningún tipo de problema, estaba buscando trabajo y fue cuando me encontré con Luke, me ofreció participar en alguna de sus sesiones, así que no dudé en aceptar, ya que me ofrecía algo de dinero. Y durante una de ellas aparecieron, Luke se vio envuelto en esta mierda de rebote y a pesar de que no tenía por qué, me ofreció su ayuda, aún sabiendo que se estaba metiendo en algo muy jodido. Créeme que no hay día en el que no me arrepienta de que él esté metido en esto, y si pudiese cambiarlo, lo haría sin pensármelo ni un segundo. Es algo en lo que solamente debería estar yo, y cada vez voy arrastrando a más gente.- Su voz pierde fuerza en la última frase, para después quedarse en silencio, con la mirada totalmente perdida.

En un arrebato que ni siquiera sé muy bien de donde sale, pongo ambas manos a los lados de su cara, girándola hacia mí, para que sus ojos se centren en los míos por unos segundos, los justos antes de que acabe con la distancia que hay entre ambos, presionando mis labios contra los suyos. En un primer momento no reacciona, parece que no se lo esperaba, pero no tarda demasiado en posar sus manos sobre mis caderas, ayudándome a subirme a horcajadas sobre su cuerpo, al mismo tiempo que el beso va subiendo de intensidad. 

Rollercoaster. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora