Mi día empieza como cada mañana, con el sonido cada vez más agudo e histriónico de la alarma que sale por el altavoz de mi teléfono. Nunca la aplazo para volver a dormir, mi mente se activa desde el primer momento en el que abro los ojos, y me resulta completamente imposible volver a dormirme, y menos aún si sé que tengo que ir a trabajar. Por lo que desbloqueo el móvil para poder apagar la dichosa alarma, y echar un vistazo, de no más de cinco minutos, por las redes sociales. Esta mañana me toca ir a una sesión de fotos que realiza una amiga, en la que me encargaré de maquillar a los modelos, y en cuanto termine tengo que ir corriendo a la cafetería, porque empiezo mi turno a partir de las 13:30, así que tras tomarme unos segundos para pensar como arreglarme, decido que iré bastante normal, simplemente para no tener que volver a casa antes de ir al trabajo.
Después de darme una ducha para poder despejarme, y maquillarme sin ir demasiado recargada, simplemente un delineado fino, máscara de pestañas, y un poco de bronceador e iluminador para dar forma al rostro. Me visto con unos pantalones con estampado tartán en blanco y negro, bien ajustados a la cintura y algo más sueltos en el resto. Los acompaño con una sudadera crop top blanca, y como no es demasiado gruesa, me pongo por encima una cazadora vaquera en un azul desgastado.
Como seguramente me termine molestando el pelo, decido recogerme la parte superior en una pequeña coleta, como las que me hacía mi madre cuando era pequeña, dejando toda la parte inferior del pelo suelto, pero al menos evitando que el más cercano a la cara me moleste demasiado. Y tras tomarme un café a modo de desayuno, me dispongo a ordenar todos los bocetos realizados en más de diez face charts, que he hecho ayer por la noche, y es que mi mente siempre trabaja mucho mejor de madrugada, razón por la que la mayor parte de los días no duermo mucho más de cinco horas. Meto todas las hojas en una carpeta negra, y agradezco el hecho de no tener que cargar hoy con el maletín de maquillaje, puesto que ya lo he dejado ayer en el local en el que se va a realizar la sesión.
Antes de salir de mi apartamento me pongo unas botas estilo militar negras, y tras colgarme en los hombros una mochila pequeña con mis objetos personales, sujeto la carpeta con una de mis manos y con la otra mi teléfono para poder avisar a Ashton de que estoy saliendo, y así él haga lo mismo, para encontrarnos en la esquina que une la calle Howard donde vive él, con la Sexta, donde lo hago yo.
En el momento en el que llego al punto de encuentro, solamente tengo que esperar un par de minutos para verle aparecer. Ashton es un chico alto, seguramente ronde el metro ochenta y cinco, el color natural de su pelo es rubio, pero desde hace unos meses ha decidido ocultarlo con un tinte rojo. Sus ojos son verdes, con algunas manchas marrones, sobre todo alrededor de la pupila. Además, es una persona que se preocupa bastante por su físico, algo que se nota en cuanto te fijas en lo musculados que tiene los brazos, y cuando se quita la camiseta puedes disfrutar del espectáculo que te ofrece su torso perfectamente definido.
Hoy viene vestido con una camiseta gris oscura, con una estampación en el medio de una moto, por encima lleva una cazadora de imitación cuero en color negro y unos vaqueros ajustados del mismo color. Al verme se desprende de los auriculares y se los guarda en uno de los bolsillos de su chaqueta, para después saludarme con un corto abrazo.
- ¿Se te ha acabado el bote de gomina?- Pregunto observando como su pelo se mueve sin control a causa del viento que empieza a levantarse.
- ¿No habías dicho que me quedaba mejor así?- Me devuelve la pregunta alzando una de sus cejas, mientras empezamos a caminar.
- Te lo llevo diciendo meses, así que no creo que sea por mis palabras.- Él suelta una pequeña carcajada y asiente con la cabeza.
- En realidad me he quedado dormido, así que no me ha dado tiempo, era eso o ducharme y creo que esto último lo agradecerán mis compañeros de trabajo.- Yo sacudo la cabeza con diversión ante sus palabras.- ¿Sabes quién me ha hablado esta noche?
- Dime por favor, que no ha sido Harper.- Digo mostrando mi hastío en todo lo que rodea a esa persona. Ashton vuelve a reír, mientras con una de sus manos trata de controlar los mechones de su pelo, que se interponen en su campo de visión.
- No entiendo por qué le tienes tanta manía.- Comenta en un tono gracioso, mientras ambos nos paramos en un paso de peatones, esperando a que el semáforo nos indique que podemos pasar.
- Ya te lo he dicho muchas veces, es como el color salmón en la ropa para gente pálida, lo ves en una percha y te inspira confianza, te hace pensar que es el mejor color para ti. Sin embargo, cuando te lo pones, pareces una puta muerta.- Me encojo de hombros y desvío mi atención a un grupo de chicos que están en la acera de en frente, son unos seis o siete, no consigo contarlos bien con la cantidad de gente que hay preparada para cruzar, pero me llaman la atención porque todos van vestidos de una forma muy similar a la de Ashton, colores oscuros y cazadoras de distintos tipos.
- Pues he quedado con ella después del trabajo.- Su voz me hace volver a girar mi cabeza hacia él, y tras escucharle suelto un bufido.
- ¿No te ha llegado con que hayáis cortado vuestra relación tres veces?- Pregunto en un tono cortante, realmente cansada de que esa chica haga siempre lo que le da la gana con él. Lo maneja como y cuando quiere, y en el momento en el que se cansa, lo manda a la mierda, pero ya no sé qué más hacer para que él deje de caer en su juego.
- Solamente vamos a hablar, me ha dicho que se siente mal por su comportamiento y que necesita hablarlo conmigo en persona.- Yo ruedo los ojos a la vez que niego con la cabeza.
- Vais a acabar follando, te va a pedir que volváis y vas a decir que sí.- Ahora es él quien niega, mientras empezamos a caminar para poder cruzar, haciendo que el hecho de pasar entre tanta gente nos impida seguir con nuestra conversación. De repente noto como un cuerpo choca contra el lateral del mío, de forma bastante agresiva, como para pensar que ha sido simplemente sin querer, y al ser el lado en el que llevaba mi carpeta, hace que ésta caiga al suelo, por lo que me agacho lo más rápido que puedo para evitar que nadie la pise.- ¡Gilipollas!- Alzo la voz lo suficiente como para asegurarme de que quien sea me ha escuchado, y mientras me incorporo me fijo en la marabunta de gente que está terminando de cruzar, y solamente veo alzarse un brazo entre ellos y al subir mi mirada hasta su mano, veo como me está mostrando el dedo corazón, segundos antes de que lo baje, sin tener ni idea de quien ha sido.
- ¿Estás bien?- Pregunta Ashton, a la vez que tira de mi brazo para que nos movamos, puesto que el semáforo se ha puesto en rojo, y los coches están esperando para poder pasar.
- Sí, no ha sido nada.- Aclaro abriendo la carpeta simplemente para comprobar que todo sigue en buen estado.- ¿Nos vemos cuando salga de trabajar? Hoy acabo a las 19:00.- Él asiente con la cabeza un par de veces.- Suerte, con tu camiseta salmón, que además con tu color de pelo, todavía sienta peor.- Ashton se ríe y me da un pequeño golpe en el hombro antes de despedirse para dirigirse al museo, mientras yo me desvío por otra calle para llegar al lugar de la sesión.