Más confusión.

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Calum me observa unos segundos, antes de poner la palma de su mano sobre mi abdomen, para después deslizarla lentamente hacia arriba, pasando entre mis pechos, hasta situarla sobre mi clavícula derecha, de forma que su pulgar queda situado en el hueco formado por ambos huesos. Ambos nos miramos, y parece que no es necesario que digamos absolutamente nada.

Yo acaricio con suavidad su abdomen, es de las pocas veces que he podido detenerme a ver los diseños de sus tatuajes. Por lo que los recorro con mi mirada, desde la parte baja de su pecho, subiendo a sus clavículas y posteriormente aquellos que adornan sus brazos.

- ¿Te gustan?- Pregunta tras unos segundos de absoluto silencio. Yo elevo mi mirada para cruzarla con la suya.

- Sí, todo el mundo del tatuaje en sí, me parece una forma de expresión del arte a la que se le debería dar más importancia de la que se le da.- Él asiente con la cabeza, mostrándose de acuerdo con mis palabras.- Podría extenderme mucho más en ello, pero no te quiero aburrir.- Sonrío y bajo ligeramente la cabeza, recordando aquella vez en la que mencionó lo pesada que me puse estando borracha, hablándole sobre mi mayor pasión.

- Algún día deberías enseñarme alguna de tus obras, tal vez pueda llevarla a un estudio de tatuaje, para que pase el resto de mi vida sobre mi piel.- Vuelvo a mirarle, al notar ese ligero todo burlón en la voz, el cual usa demasiado a menudo, y empiezo a pensar que tal vez sea solo como su forma de ponerse una máscara, y esconderse de sus propias palabras. 

- Seguro que te encantaría.- Respondo imitando su tono, y él se limita a guiñarme un ojo, acompañado de una efímera sonrisa.

- Lo justo sería que tú te hicieras otro, con un dibujo mío.- Añade segundos después, al mismo tiempo que vuelve a deslizar su mano, hasta situarla entre ambos pechos.- Por aquí estaría bien, así cualquier tío con el que tengas algo después de que yo desaparezca, verá que no podrá llegar a sacudir tu vida ni una milésima parte de lo que yo lo he hecho.- Yo suelto una pequeña carcajada, mientras muevo la cabeza a modo de negación.

- Para no tener nada conmigo, parece importarte mucho con quien comparta mi cama.- Él alza una de sus cejas con diversión.

- No me importa lo más mínimo.- Deja caer su mano, hasta posarla sobre uno de mis muslos, y tras soltar un pequeño suspiro, habla de nuevo.- Creo que es mejor que intentemos dormir.- Yo frunzo el ceño, pero decido no darle mayor importancia, así que simplemente me muevo para dejar de estar sentada sobre él.- Voy un momento al baño.- Yo asiento con la cabeza, mientras observo como se aleja.

Aprovecho para ponerme de nuevo la camiseta del pijama, y me arropo con la manta, que había quedado arrugada en una esquina del sofá. Calum no tarda demasiado en aparecer de nuevo en el salón. Y sin decir ni una sola palabra más, se acuesta a mi lado, boca arriba, tapándose con la misma manta. Por unos segundos dudo qué hacer, él parece pensativo y ni siquiera me ha mirado, así que decido que lo mejor es girarme y darle la espalda. Cierro los ojos, tratando de desconectar, pero mi mente no para de darle vueltas a todo. Hay algo que ha vuelto a fallar, y no sé lo qué. 

Sin embargo, no tardo demasiado en notar como el sofá se mueve, y poco después puedo sentir que su cuerpo ya no está sobre él. Cuando estoy a punto de girarme, para ver a dónde ha ido, veo que la oscuridad vuelve a rodearnos, por lo que supongo que simplemente ha ido a apagar la luz. Poco después, siento como se vuelve a tumbar de nuevo, y al mismo tiempo que acomoda su cuerpo, noto como pasa uno de sus brazos por encima del mío, rodeando mi cintura con él, al mismo tiempo que entrelaza nuestras piernas. Y sin saber por qué, una sonrisa aparece en mi rostro. 

Después de eso, creo que no tardé mucho más de cinco minutos en quedarme completamente dormida, y lo siguiente que recuerdo es la confusión de esta mañana con Luke. La cual todavía me acompaña un par de horas después. Después de haber desayunado, y haberme dado una ducha, ambos nos hemos quedado en el salón, hablando de nada en especial. Hasta que suena el timbre, motivo por el que Luke corta la conversación, para ir a comprobar quien es. 

Tras abrir la puerta de entrada al apartamento, él se queda junto a ella, esperando a que la persona que ha llamado, aparezca por ahí. En cuanto lo hace, mi mirada se dirige de inmediato a su rostro, parece cansado, y su atuendo es completamente diferente al que recuerdo de anoche, lleva una camiseta roja y unos pantalones negros, ambas prendas bastante ajustadas a su cuerpo, además en una de sus manos sostiene el casco de su moto junto a una cazadora negra. 

Sus ojos no se cruzan con los míos, más de un par de segundos, en los que mueve su cabeza hacia arriba, a modo de saludo, lo cual sólo consigue confundirme más. Me limito a observar como ellos hablan, todavía a lado de la entrada.

- Brooke, ¿quieres algo de la cocina?- Niego ante de la pregunta de Luke, y veo como él se dirige hacia ese lugar de la casa, mientras que Calum, tras dudar unos instantes, decide avanzar hacia mí. Deja el casco y la cazadora a un lado del sofá, y después se sienta, bastante alejado de mí. 

- ¿Estás bien?- Pregunto con el ceño fruncido, sin entender absolutamente nada de lo que está pasando.

- Perfectamente.- Él responde sin mirarme, con un ligero tono altivo en la voz, manteniendo sus ojos fijos en la pared que hay delante. 

- Aquí tienes.- Cuando estoy a punto de hablar, Luke aparece de nuevo, con dos botellines de cerveza en la mano, uno de ellos se lo da a Calum, mientras el otro se lo lleva a la boca, para poder darle un trago.- Esta tarde te acompaño yo al trabajo.- Informa mirándome a mí.- Pero después tengo cosas que hacer, así que si cuando sale te sientes insegura, avísale a él.- Yo asiento con la cabeza, manteniéndome en silencio.

- Pero si puedes evitar molestarme, mejor.- Miro a Calum tras sus palabras, pero él sigue evitándome, está bebiendo su cerveza como si yo no existiera.

Rollercoaster. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora