Han vuelto a pasar más de dos semanas, en las que ni Calum ni su grupo de amigos se han pasado por la cafetería, algo que en gran parte agradezco, creo que su cercanía no me traería más que problemas y quebraderos de cabeza. Por lo que he seguido con mi vida sin más, haciendo frente a mi rutina, que sólo se ha roto una vez para maquillar a una chica para asistir de invitada a una boda, y aunque el maquillaje social no es mi rama favorita, intento no negarme a cualquier oportunidad que pueda ir haciendo crecer mi nombre, y que ello pueda aumentar mis posibilidades de futuros trabajos.
Hoy, sin embargo, he decidido ir a pasar la tarde con Luke a una exposición de fotógrafos amateur, en la cual también habrá alguna de sus fotografías, ya que Riley se ha negado a acompañarle, y él sabe que yo nunca declino este tipo de planes. Llevamos ya unos minutos comentando las imágenes que encabezan la exposición, las cuales muestran la belleza de la diversidad en arquitectura que hay en esta ciudad.
- Oye, ¿no te molesta que tu novia no quiera ver una exposición en la que están tus fotografías?- Pregunto mientras avanzamos, empezando a encontrarnos con retratos de distintos tipos.
- Bueno, ya sé como es, y sé que me apoya a su manera, pero hay algo en su mente que no le permite entender el hecho de que me dedique a esto, es como que le falta ese plan B que nos dicen siempre los padres que debemos tener al dedicarnos a algo artístico.- Explica al mismo tiempo que se detiene a observar una imagen en la que predominan los tonos fríos.
- Ya, no sé, creo que nunca llegaría a ser capaz de mantener una relación con alguien que no entiende esta parte de mí, por eso me resulta complicado comprender lo vuestro.- Me encojo de hombros, mientras sigo observando las fotos, buscando alguna que realmente me transmita algo que me haga detenerme.
- Y en realidad es por lo que más solemos discutir, a veces me agota lo cuadriculada que es mentalmente, pero quitando esa parte, en todo lo demás me llena por completo.- Termina de hablar con una pequeña sonrisa.
- Bueno, pues me alegro de que sea así.- Comento con sinceridad, mientras ambos seguimos avanzando, hasta que me da un pequeño golpe en mi hombro derecho, para hacer que centre mi atención en el lugar que me señala a continuación, y en ese punto, veo en la pared una secuencia de tres fotografías de la sesión que me hizo con Calum.- Qué pasada.- Suelto dirigiéndome hacia ellas, viendo como la primera de ellas es una en la que todavía tenía mi pantalón puesto, en la segunda solamente se ve mi abdomen y su cabeza a esa misma altura, mientras él mira hacia arriba, y la tercera es en la que su mano agarra con fuerza el bajo de mi body.
- Transmitís una química increíble.- Habla cuando ambos nos situamos frente a ellas.- Y por lo que sé, al final no me hiciste ni puto caso y te lo acabaste tirando.- Yo no puedo evitar soltar una carcajada tras sus palabras.
- ¿Te lo ha contado?- Pregunto con curiosidad alzando una de mis cejas.- Porque al final como me descuide, un día me enteraré de que también ha ido a decírselo a mis padres, vaya tela.
- No, me lo ha dicho Riley.- Responde tras reír un par de veces.- Que ya el día que estuvisteis en casa me dijo que seguramente no tardarías en acostarte con él.- Luke se muerde el labio inferior unos segundos antes de volver a hablar.- De hecho confiaba en que me hicieras caso, así que apostamos, y evidentemente me hiciste perder.
- La culpa fue tuya por hacernos posar de esa forma.- Protesto cruzándome de brazos, a lo que él niega con la cabeza en repetidas ocasiones.- Si termino sufriendo, caerá en tu conciencia.- Luke abre la boca para responder, justo en el momento en el que un brazo bastante pálido rodea sus hombros.
- Vaya fotografías ¿no? Eres un artista.- Pronuncia ese chico, de pelo rubio, tez muy blanca, ojos verdes y de estatura bastante similar a Luke.
- Bueno, los modelos ayudan bastante.- Responde apartándose un poco del chico, para hacer que éste deje de rodearle con su brazo.
- Sí, ya he visto que has retomado el contacto con Calum.- Yo me mantengo al margen simplemente escuchando su conversación, y aunque no sé de qué lo conoce, no parece que le haga demasiada gracia que Luke mantenga una relación cercana con él.
- Vamos a dejar ese tema.- Sentencia al mismo tiempo que centra su mirada en mí.- Ella es Brooke, la otra protagonista de las fotos.- Me presenta, por lo que el otro chico extiende uno de sus brazos hacia mí.- Él es Michael.- Ambos nos estrechamos la mano cortamente a modo de saludo.
- No os molesto más, seguid disfrutando de la exposición.- Se despide guiñándole un ojo a Luke, antes de palmear un par de veces su espalda.
- Eso ha sido un poco raro.- Digo cuando compruebo que ya no está por ningún sitio cercano a nosotros.
- Él es un poco raro.- Responde riendo con suavidad, cuando una vez más, alguien rodea sus hombros, esta vez con ambos brazos, y en esta ocasión en cuanto veo los tatuajes que adornan uno de ellos, ya sé perfectamente a quién pertenece. Y en el momento en el que Luke se hace a un lado, para poder ver quién le está agarrando, Calum se le dedica una mirada, antes de fijar sus ojos en mí, algo que hace que su expresión cambie mostrando sorpresa.
Los golpes continuos en la puerta del aseo, hacen que mi corazón se acelere mucho más de lo que ya estaba, él se aparta de mi cuerpo, respirando pesadamente, mientras la persona al otro lado no hace más que suplicar que salga de una vez, porque necesita entrar. Ambos nos miramos unos segundos a los ojos, y aunque la intención es mantenernos en silencio hasta que se canse y decida probar en el baño de hombres, en el momento en el que advierte que va a avisar al hombre de seguridad. No nos hace falta más que una mirada para saber que no vale la pena montar el escándalo que provocaría todo aquello.
- Tengo el coche en el parking.- Susurra inclinándose para lamer mi cuello desde la zona en que se une con mi hombro, hasta el lóbulo de mi oreja, el cual muerde con suavidad, haciéndome jadear.
- Vamos.- Respondo justo antes de que ambos coloquemos nuestra ropa en condiciones para poder salir. Llevo mi mano al pomo de la puerta y la abro encontrándome con una señora cercana a los sesenta años, con cara de pocos amigos, yo intento sonreír a modo de disculpa, pero en el momento en el que ve salir a Calum detrás de mí, empieza a llamarnos de todo menos bonitos, lo cual consigue arrancarme una carcajada.
Ambos pasamos entre la gente de la exposición aparentando toda la normalidad posible, y todos parecen ajenos a nosotros, menos Luke, quien cuando pasamos por su lado me mira negando con la cabeza varias veces, como si me estuviese regañando por ello, y yo simplemente me limito a encogerme de hombros, antes de que ambos nos dirijamos a la salida que da al aparcamiento subterráneo de la galería.
Supongo que te estarás preguntando cómo hemos llegado aquí, pero para ello tendrás que esperar a leer el siguiente capítulo.