Tarde o temprano, todo se sabe.

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Los minutos pasan lentamente, mientras los dos nos mantenemos en un silencio absoluto. Durante los primeros diez, he intentado cerrar los ojos y volver al estado de relajación que tenía antes de que él apareciera, pero el simple hecho de saber que se encuentra tan cerca de mí, consigue que no sea capaz de abstraerme. Por lo que termino por abrirlos, al observarle, compruebo como él sí que se mantiene ajeno a todo, sus párpados superiores están totalmente relajados y si no fuera porque su respiración no es para nada profunda, pensaría que está durmiendo.

- Oye.- En el momento en el que escucha mi voz, resopla al mismo tiempo que abre los ojos con lentitud.- ¿Y por qué en lugar de estar aquí no vamos a tu casa?- Calum frunce el ceño inmediatamente.

- Pues a lo mejor porque no quiero que vayas a mi casa.- Responde como si lo que dice fuera más que obvio.

- Tanta insistencia por ocultar todo de tu vida, empieza a darme miedo, y cada vez creo con más firmeza que el hecho de que seas un camello es de lo menos grave que te rodea.- Él suelta un bufido con mis palabras.

- Te agradecería que no me volvieras a llamar así.- Responde apartándome la mirada de inmediato, para fijarla en el cielo, al mismo tiempo que sitúa ambas manos debajo de su nuca.

- Bueno es lo que eres.- Calum no responde, simplemente veo como los músculos de su rostro se tensan.- Y a parte de vender ¿consumes?

- No Brooke, no soy un drogadicto ¿te puedes callar ya? Porque empiezas a ponerme de mala hostia.- Habla todavía sin mirarme ni por una milésima de segundo.

- Es que no entiendo qué estamos haciendo aquí, mañana tengo que volver a trabajar, si me quieren hacer algo, lo harán igual, me parece totalmente absurdo.- Protesto cruzándome de brazos.

- Para ya, por favor.- Yo me quedo en silencio, pero no porque él me lo pida, si no porque veo como se acerca a nosotros un chico, de unos treinta años más o menos, con la piel totalmente pálida, pelo largo, más o menos termina a la altura de su pecho, y un atuendo compuesto por unos pantalones de cuero negros y una camiseta de manga corta del mismo color.

- Pensaba que eras más inteligente.- Son las primeras palabras que pronuncia ese desconocido, su voz es rasgada y profunda, y al parecer Calum la reconoce al instante, puesto que se incorpora sin perder ni un segundo, poniéndose directamente de pie.

- Lárgate.- Ordena tras dar un paso al frente y posteriormente uno hacia su izquierda, para ponerse justo delante de mi cuerpo, haciendo que mi visión sobre ese hombre quede limitada.

- ¿No me vas a presentar a tu novia?- Pregunta inclinándose hacia un lado, de forma que veo su cabeza asomarse por un lateral del torso de Calum, quien no tarda en alargar uno de sus brazos para hacer que vuelva a su posición anterior.

- No es mi novia, ni nadie que a ti te interese, vete.- Calum mantiene su figura firme, tratando de hacer de barrera entre ambos.

- ¿Ah no? Así que has huido dos veces, vigilado que no le pasara nada y ahora estás aquí con ella intentando protegerla, ¿y es solo una zorra a la que te follas? Porque no me creo que hayas sido capaz de aguantar y no hacerlo.- Vuelve a inclinar su cuerpo para mirarme, instante en el que me dedica una sonrisa de lo más desagradable.

- No sé quien eres, pero ¿por qué no te vas a dar por culo a otro sitio?- Pregunto poniéndome en pie, acto que consigue que Calum gire su cabeza inmediatamente para mirarme, al mismo tiempo que niega a modo de advertencia, a la cual no hago caso.- Lo que yo sea o no de él a ti no te tiene que importar, ¿qué pasa que nadie quiere acercarse a tu polla y entonces estás amargado?- Vuelvo a hablar dando un paso hacia delante, intentando ponerme a la altura de Calum, quien alarga su brazo, para impedirme el paso.

- Vaya, la zorrita tiene carácter, por eso te gusta ¿eh?- Al escucharle de nuevo, forcejeo con el brazo de Calum para intentar acercarme.

- Como me vuelvas a llamar así, te parto la cara.- Espeto notando la adrenalina golpeando todo mi organismo.

- ¡Para ya! ¡Joder! ¡Cállate la puta boca!- En esta ocasión las órdenes de Calum están dirigidas a mí, lo que causa que el desconocido suelte una carcajada irónica.- Joe, por favor, los problemas son conmigo, déjala en paz.- Joe nos mira a ambos de forma alterna, antes de volver a reír, para después dejar su mirada fija en la mía.

- ¿Sabes cuánto dinero nos debe tu amiguito?- Pregunta, a lo que yo frunzo el ceño para después mirar a Calum, quien ya ha bajado su brazo, al ver que mis intentos de avanzar se han frenado.- Pues mucho, hablamos en cifras de tres ceros, y ha huido desde Los Ángeles, porque se pensaba que no le íbamos a encontrar allá donde fuera, pero ¿sabes qué? Ahora sus amigos son los nuestros, porque hay una deuda que saldar, y se nos está acabando la paciencia.- Noto como la respiración de Calum se acelera con cada palabra, y yo simplemente trato de asimilar la información.

- Te he dicho que es problema mío, no de ella, devolveré todo lo que debo.- Joe ladea la cabeza ligeramente, mientras en su rostro se forma una sonrisa ladeada.

- Pues haz tu puto trabajo, y deja de ir de listo e intentar jugárnosla, porque para la próxima igual nos encuentras dentro de tu casa.- Y eso último lo dice mirándome a mí fijamente, a la vez que saca de su bolsillo un papel, el cual me ofrece y tras tomarlo con mi mano, puedo leer la dirección de mi casa anotada en él, lo que hace que mi corazón dé un vuelco, mientras dejo caer el papel al suelo.- El viernes, a las doce y media de la noche, en el mismo punto de la última vez, sé puntual.- Son sus últimas palabras, ante las cuales Calum se limita a asentir varias veces, y posteriormente Joe se aleja de nosotros. Calum lo primero que hace es agacharse, para tomar del suelo ese trozo de papel que yo había dejado caer, para leer su contenido.

- Joder.- Masculla entre dientes al mismo tiempo que se pasa una mano por la frente, con desesperación.

- ¿Cuánto les debes? ¿Y por qué?- Calum no responde, ni siquiera se mueve de su postura en el suelo.- ¿Qué cojones es toda esta mierda?- Al ver que sigue sin reaccionar, me agacho para ponerme a su altura y con un movimiento rápido de mis brazos, ejerzo presión en sus hombros empujándole hasta que pierde el equilibrio, quedándose sentado sobre el césped.- ¡Que me expliques qué es en lo que estás metido!- Sin darle oportunidad a responder, vuelvo a golpear varias veces uno de sus brazos con mi puño, como si eso fuese a hacerle algo.- ¿Me puedes decir cómo coño se supone que voy a volver ahora a mi casa y estar tranquila en ella? ¿A Luke también lo has metido en todo esto de la misma forma? Eres una mierda de persona, tenía que haberle hecho caso y no haberme acercado a ti nunca.- Calum sigue sin articular palabra, como si su mente estuviese en otro lugar, por lo que simplemente me pongo en pie y tras agarrar mi bolsa, camino para alejarme de él lo antes posible.

Rollercoaster. (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora