Los dos chicos insisten en trazar un camino hacia mí, sin embargo Calum se lo impide, empezando a empujarles en repetidas ocasiones para hacerles retroceder, aunque no parece surtir ningún efecto sobre ellos. De hecho me da la sensación de que sólo está consiguiendo que se enfaden todavía más. No pasa demasiado tiempo, hasta que Calum decide estrellar uno de sus puños contra el rostro del más alto, haciendo que el otro reaccione llevándose una mano a un bolsillo. Y en esta ocasión es Luke quien golpea con rapidez, justo antes de que echen a correr hacia mí.
Calum rodea una de mis muñecas con su mano tirando con fuerza, a mí me cuesta reaccionar, mantengo todavía mi mirada fija en el punto en el que estaban antes, viendo como en cuanto se recuperan, empiezan a correr hacia nosotros. Por lo que en ese instante no dudo en seguir los pasos de Calum, hasta que llegamos a la altura de su moto. Ambos nos subimos lo más rápido posible en ella, por supuesto sin casco, no hay tiempo para ello, y veo como justo detrás Luke se sube a su coche un Toyota Corolla negro, el cual arranca en una fracción de segundo, para después desaparecer hacia la derecha en el primer cruce que se encuentra. Nosotros hacemos lo mismo hacia la izquierda, y yo me agarro con toda mi fuerza al torso de Calum, manteniendo mis ojos cerrados, simplemente escuchando el ruido de la moto acelerar cada vez más.
Calum detiene su moto tras varios minutos desplazándonos en ella a toda velocidad por las calles más abandonadas de San Francisco. Cuando me bajo de ella, tras rechazar su ayuda para hacerlo, todavía notando mis piernas temblar, no puedo evitar poner mis manos en su pecho y empujarle con toda mi fuerza, sin conseguir moverle ni lo más mínimo.
- ¿En qué mierda estáis metidos?- Pregunto aún sabiendo que por la dureza en su expresión no parece tener intención de ofrecerme ninguna respuesta.
- ¿Y a ti qué cojones te importa?- Pronuncia moviendo sus manos con brusquedad para apartar las mías de su pecho.
- Me importa desde el momento en el que tenemos que huir de dos personas.- Protesto cruzándome de brazos.
- Si no nos siguieras como una puta psicópata, nada de eso habría pasado.- Rebate llevándose ambas manos a la cabeza, mientras da un paso hacia atrás.
- No os estaba siguiendo, fue casualidad.- Explico siguiendo sus movimientos nerviosos con mis ojos, viendo como su respiración está completamente acelerada.
- ¿Fue casualidad que te quedaras mirando hacia nosotros? ¿Cuánto tiempo llevabas ahí vigilándonos? ¿Qué pollas tienes en la cabeza? ¿No podías seguir tu jodido camino sin más? Es que me cago en la hostia.- Su tono de voz se vuelve más agresivo y elevado por segundos, y termina su retahíla de preguntas dando un golpe seco con la palma de su mano contra el asiento de la moto, lo que hace que mi cuerpo reaccione dando un pequeño brinco del susto.
- Mira, no creo que estuviese haciendo nada malo, simplemente estaba parada en la calle, igual que vosotros, no sería algo tan grave si no estuvierais metidos en asuntos turbios.- Me quejo nuevamente, fijando mi mirada en la forma en la que se mueven los músculos de su rostro cada vez que ejerce presión con su mandíbula, seguramente tratando de encontrar una calma que parece no estar en su interior.
- Es mi puta vida, ¿de verdad te ves con la potestad de decir nada sobre lo que hago o dejo de hacer? Que echamos dos polvos de mierda, que no eres nadie para mí, deja de meterte en mis asuntos, sean turbios o no, son míos, y no tienes ningún derecho de tocarme los huevos con nada sobre ellos.- Sigue hablando de esa forma tan alterada como desde que nos bajamos de la moto.
- No hace falta que te pongas así, solamente he dicho que no es culpa mía, yo no estaba haciendo nada malo.- Me encojo de hombros, intentando que mi tono de voz se mantenga tranquilo, para que no acabemos los dos gritándonos en medio de la calle.
- Vete a la mierda, anda.- Son sus últimas palabras antes de darle una patada a la rueda delantera de su moto, haciendo que ésta se tambalee pero sin llegar a caerse. Veo como se aleja tras dar un par de pasos, a la vez que saca su móvil del bolsillo delantero de su pantalón, y tras un par de segundos tocando la pantalla, se lo acerca a su oreja izquierda.- ¿Todo bien?- Pregunta finalmente.- No, no te vayas a casa, vete a dar una vuelta y deja el coche aparcado en otro sitio... Que ya lo sé joder, no me toques los cojones tú también, yo no te he obligado a hacer nada, si has venido es porque has querido, así que no me jodas.- Sigue mostrando la misma exasperación en cada palabra que echa por su boca.- Sí, Brooke sigue aquí... No, eso no lo pienso hacer... Que no me da la gana de hacer ahora de niñero sólo porque ella sea una puta inconsciente... Hostia Luke pues habértela llevado tú en tu coche...- Yo frunzo el ceño al escuchar su parte de la conversación, tratando de imaginarme qué es lo que está diciendo Luke al otro lado.- Bueno, ya veré que hago, cualquier cosa rara que veas, avísame.- Y dicho eso corta la llamada, volviendo a guardar su móvil en el mismo lugar que antes.- ¿Sabes llegar a tu casa desde aquí?- Pregunta volviendo a mirarme.
- No, pero para algo tengo móvil, no te preocupes.- Respondo buscándolo en mi bolsillo, para después sacarlo y abrir Google maps, para que me indique el camino de vuelta.
- Espero que no te vuelvas a cruzar en mi vida para seguir jodiéndomela.- Sentencia antes de sacar su casco del lugar en el que lo tenía guardado, tras el asiento de la moto. Una vez se lo pone, no tarda ni un par de segundos en arrancar y alejarse casi a la misma velocidad a la que habíamos llegado.
Yo me quedo estática unos segundos, simplemente observando como se aleja, para después emprender el camino que me indica la aplicación, el cual al parecer es casi de cuarenta y cinco minutos. El sol se ha puesto casi por completo, por lo que las luces de las farolas empiezan a encenderse, haciendo que el paisaje de estas calles sea mucho más tenebroso que hace unos minutos. Avanzo todo el trayecto con la sensación de que alguien me persigue, aunque no parece que sea así, puesto que todas las veces que me giro para comprobarlo, no me encuentro a ninguna persona cerca. Las únicas que parecen transitar este lugar lo hacen en algún vehículo, por lo que lo único que escucho son ruidos de motores ir y venir.
Finalmente consigo llegar al centro, dándome cuenta de que inconscientemente había acelerado el paso tanto que casi me falta el aire, como si hubiese venido corriendo. Por lo que decido pararme unos minutos, apoyada en la esquina que une dos calles, mientras veo a la gente pasar, aliviándome bastante el hecho de estar rodeada nuevamente de personas. Cuando consigo recuperar el aliento, decido retomar mi camino, deseando estar cuanto antes en mi casa.
Unos quince minutos después, consigo llegar a mi calle, por lo que me detengo para poder buscar las llaves en mi bolsa de deporte antes de llegar a mi edificio. Bufo al no ser capaz de encontrarlas a causa de toda la ropa que debe estar sobre ellas, por lo que valoro la opción de empezar a sacar prendas, para facilitarme la tarea. Para ello me agacho lo suficiente como para poder apoyar la bolsa en el suelo y empezar a extraer ropa de su interior. Cuando por fin consigo dar con las llaves, las sujeto con una mano y antes de empezar a introducir de nuevo las prendas, elevo mi mirada, repasando con ella toda la extensión de la calle, comprobando que todas las personas parecen totalmente ajenas a mí.
Hasta que recorriendo la acera de enfrente, me fijo en un chico, que en lugar de seguir su camino como el resto de personas, está quieto a lado de un portal, con su mirada fija en mí. Yo noto mi corazón latir con fuerza contra mi pecho, cuando de repente noto una presencia demasiado cerca de mí. Al girarme veo unas manos guardando sin ningún cuidado mi ropa dentro de la bolsa, para después tirar con fuerza de una de mis muñecas, de la misma forma que había hecho hace una hora. Haciendo que empecemos a caminar en sentido opuesto al de mi edificio. Decido no decir nada, y simplemente seguirle, sin entender ni qué hace aquí, ya que la última imagen que tenía de él era alejándose sin importarle absolutamente nada sobre lo que yo hiciera o dejase de hacer, ni a dónde estamos yendo.