La Nerd Más Hermosa; Horan1

Capítulo 14

El auto se estacionó fuera de mi casa, las luces de adentro seguían apagadas algo que era demasiado obvio sabiendo que yo era la única que ha estado en ella en los últimos días.

El motor dejó de hacer ruido y me giré para ver a Niall. Con mis piernas cruzadas y mi mente casi en blanco, todo pareciéndome extraño. Sobretodo su comportamiento lo era.

—¿Estás bien?

Su pregunta me tomó desprevenida. Suspiré, sacando todo el aire que retenía en mi pecho.

—Estoy bien. No es nada nuevo que alguien venga a insultarme sin razón alguna. Aunque era obvio, sabiendo que saldría contigo. —Reí ligeramente— Después de un tiempo uno se acostumbra a escuchar los mismos insultos y a ser señalada.

—Creo que eso está mal. —Le presté toda mi atención— Uno no debe de acostumbrarse a los insultos de las demás personas. Jamás. Está muy mal.

—¿Y qué tengo qué hacer entonces?

—Defenderte. —Dijo.

Como si fuera tan fácil.

—¿Crees que nunca lo he intentado? —Bufé— Siempre lo hago y, ¿Qué es lo que recibo a cambio? Más insultos, alguna que otra vez, golpes.

Intenté abrir la puerta, encontrándome con que ésta misma se encontraba con seguro. Con rabia, traté de quitarlo pero no era que yo lo haya puesto, sino que, estaba el seguro puesto por Niall, era obvio que se encontraban todas las puertas con éste.

Me recargué contra el asiento, molesta. El cólera aumentó de un segundos otro en lo organismo, detestaba que las personas siempre pensaran lo que se les daba la gana antes de poder escuchar lo que las demás personas tenían por decir, en este caso, por explicar. Últimamente —aunque muy segura que desde siempre— las personas siempre juzgan antes de conocer. Molesta, quizá esa palabra funcionaba más en este momento para mi.

—No quería que todo ésto terminara de esta manera. —Dijo— Nunc pensé que podía encontrarme con esos idiotas, cuando los vi, lo primero que hice fue tratar de protegerte de ellos, porque sé bien cómo son y los pro nenas que pueden  traerle a uno.

—Lo trataste. —Asentí, sin intención de reprocharle nada — Y sé que tal son esos chicos, no eres el único que los conoce, Nialm. Era claro que solamente se acercaron a ti para saber con quién ibas. Fue demasiado obvio.

—Lo sé... —Susurró. Guardó silencio, sin mirarme— Tu pantalón... Está roto.

—Mierda.

Me reproché por haber olvidado que mi pantalón se encontraba roto. Ahora más que nunca me sentía avergonzada por saber que Niall había visto más de lo que le pude permitir a cualquier persona. Cubrí con mis manos y dejé de cruzar mis piernas. Volteé mi rostro hacia otro lado para que no me mirara, mi rostro estaba rojo y ardía, quemaba.

—Te lo iba a decir, pero no me dio tiempo ya que esos idiotas me sacaron de un jalón del auto. —Me quejé, con la voz entrecortada.

No dijo nada, creo que me estaba ignorando y no quería escuchar más acerca de mi problema con mis pantalones. Tampoco dije nada, no iba a estar dando explicaciones de todo lo que me sucedía o porqué yo creía que me pasaba cierta cosa.

Escuché un golpe de que me hizo voltear, encontrando a Niall con la mitad de su cuerpo hacia los asientos traseros, llevaba algo en su mano derecha mientras que con la izquierda sonaba un poco su cabeza. Se había golpeado, no sé cómo no salté a reirme de él, tenía buen auto control.

—Toma, tengo este suéter aquí, puedes cubrirte con el. Aunque ya está en casa, pero para que te sientas más cómoda.

—Gracias.