La Nerd Más Hermosa; Horan1

Capítulo 28

—Hey, hasta que te veo. —Se acercó a mi, dejando un beso en mi mejilla— ¿Qué tal tu noche? ¿Todo estuvo bien?

Asentí con una sonrisa pequeña. Comenzando de nuevo nuestro camino hacía nuestra primera clase del día.

—Estuvo bien. Niall se quedó a dormir y está mañana vinimos juntos.

—Oh... —Mostró su rostro realmente sorprendido— Y, ¿Dónde está él? ¿Ya pudiste hablar con él sobre lo que te recomendé?

Negué, entrando al salón al ver que la profesora anotaba varias cosas en la pizarra.

—Aún no, después. Ahora se quedó allá afuera con Danna. —Me dejé caer en mi asiento— Vinimos en el auto de mamá, tuve que tomarlo prestado. Se nos hacía tarde porque el señor Horan no se despertó la primera vez que le hablé.

Ella rió:

—Niall es un caso perdido.

La clase empezó. Esperé a que el dichoso señor Horan entrará por la puerta, pidiendo permiso y disculpas por atrasarse pero, nunca llegó. Extrañada por eso, me mantuve pensando, la mayoría de la clases siendo así.

¿Se quedaría con Danna?

—La clase terminó, la siguiente la tenemos más que libre. —Habló a mi lado— Oye, ¿Te pasa algo?

Parpadeé un par de veces, reaccionando a lo que ella me decía. La tenía frente a mi, agachada, mirándome con demasiada determinación y su entrecejo ligeramente fruncido; era como si estuviera tratando de encontrar lo que me pasara. No queriendo que lo supiera, le sonreí.

—A veces llegar a hacer muchas muecas graciosas...

Reí un poco, dando un suave golpe en su frente.

—Te estaba inspeccionando. No eran muecas, boba. —Se rió conmigo— ¿Si estás bien?

—Lo estoy. Vayamos afuera, tengo que ir por uno de los libros a mi casillero.

—Vamos, entonces. —Me ayudó con mis cosas para guardarlas en la mochila y salir las dos de ahí, rápido.

Recorrimos hasta el final del pasillo, girando a la izquierda y llegando a mi casillero. Más allá, a unos quince metros le seguía el pasillo que daba hacía la puerta principal del colegio. Al parecer, no había nadie por allá, me seguía pareciendo extraño que Niall no se apareciera por ningún lado.

—Hola, chicas.

Llegó saludando con una sonrisa en sus labios. Sonreí igual, me daba gusto verlo.

—Hola —Saludamos las dos, a diferencia de que mi mejor amiga besó su mejilla.

—No te vi en clases... —Comencé a hablar— ¿Dónde estabas?

—Oh, sí. Bueno, tenía una cita médica y tuve que faltar, tengo aquí el comprobante para la clase. —Lo enseñó— Alcancé a la profesora antes de que entrara a su auto. Lo firmó.

—¿Y qué esperas para llevarlo a la dirección?

—Uh, ya voy mamá. —Se burló.

Tomé las cosas que necesitaba de mi casillero y cerré, las guarde en mi mochila, volviendo a dejarla en mi hombro. Eché un par de vistazos a los pasillos cuando miré a la parejita frente a mi dándose cariños.

Retrocedí un paso, no había muchos alumnos por los pasillos. Los que se encontraban por ahí eran de los mismo compañeros de nuestro salón de grupo, que por ende, también tenían la hora libre. Y uno que otro que quizá no le importó demasiado entrar a clases el día de hoy.