Capítulo 94

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Los regalos están recién comprados. Tuve que tomarme mi tiempo para salir sola y poder hacer las compras debidas, sin que nadie supiera qué es lo que estaba comprando para los demás, porque sino, sería un caos total.

Me tomé mi tiempo para pensar en tantas cosas, realmente creyendo por momentos que de alguna u otra manera, en este tiempo que me tomé para mi, podría obtener una respuesta concreta —al menos— para la mayoría de las cosas que tenía en cabeza, aquellas que me abrumaban más que las otras.

Pensar que todo estaría bien, era algo que mo podía hacer siempre, debía de pensar que también habrá cosas que no se van a poder tomar tan a la ligera como uno lo cree.

Las cosas no siempre salen como uno quiere. Y vaya que estoy segura de que me van a salir de forma diferente esta vez.

La opresión en mi pecho me lo dice, esa inquietud e inestabilidad, la forma en la que mis manos tiemblan... Tenía miedo, claro que sí, todos lo tenían y siempre es válido.

Con un enorme suspiro, el dolor en mi espalda y cabeza —sin mencionar aquel que sentía en mi pecho— me levanté de aquella mesa, bebiendo el último sobro de mi café. La taza quedó ahí vacía, justo como yo en este momento.

Salí del lugar con las tres bolsas grandes de regalos que llevaba para la mayoría de la familia y mis amigos. Esperaba no estar olvidando nada, porque los centros comerciales estaban abarrotados de personas que iban y venían de un lado a otro, apurados por encontrar lo que tanto buscaban.

Todos tan desesperados y empujando a los demás, importando poco si llegaban a hacerte daño con aquellos empujones, yendo sin pedir alguna disculpa o sin siquiera mirarte. Estaban tan centrados en ellos mismos.

Con cada uno de los pasos que daba, lo hacía con cuidado, mirando a todos lados y alejándome de las personas tanto como podía, no quería ser grosera si alguien llegara a encontrarse de choque conmigo, ahora no tenía para nada la paciencia de tener que estar lidiando con personas irrespetuosas. Estaba aquí por compromiso, ya no tanto por la preocupación de darle a cada quien un regalo tan especial como los que llevaba, sino porque además de esto, tenía un compromiso más, uno grande y que me hacía querer comerme las uñas de mis manos, las pocas que me quedaban a decir verdad; no quería preocuparme tanto pero, ¿Qué es lo que debía de hacer?

Se supone que debo de hacer lo correcto o lo que sea mejor para mi, pensar en mi y sólo en mi, aunque eso llegue a ser demasiado egoísta para las personas que me rodean, ¿Por qué debería de importarme lo que los demás digan?

Niall...

Bien, quizá no era del todo egoísta con lo que estaba pasando, porque también estaba pensando en Niall. Pensaba en su futuro, lo que quiere para él y que espero que lo consiga tanto como quiere. Porque todos debemos de ser felices siempre, haciendo lo que nos gusta, lo que queremos, pero sin dañar a nadie.

Saber que hará una audición, ya no tanto sólo él, sino que también junto a su grupo de amigos. No sabía que los cinco compartían el mismo sueño, para mi ha sido algo nuevo.

Pero fuera de eso, estaba siendo un día de locos.

Cuando por fin salgo de aquel lugar, puedo respirar más tranquila. Me detengo, sin estorbar en la vereda. Con algo de dificultad sostengo las bolsas con una de mis manos mientras que con la otra busco mi celular para ver la hora.

Tenía varias notificaciones, pero ninguna era realmente importante, ni un solo mensaje de las personas con las que vivía. Fui clara con las indicaciones que si esa mañana y vaya que todos entendieron, incluso Niall.

Estaba a diez minutos de que se diera la hora correcta en la que me habían citado. Aunque en realidad no sabía si estaría del todo bien que fuera tan puntual y de que debería de ir sola... Pero, esto era importante, demasiado a decir verdad, era algo que me mantenía ocupada la mente desde hace un buen rato; era momento de hacerlo, de avanzar y de hacer todo lo posible por no quedarme estancada en un lugar, sin saber qué hacer —sabiendo que sí—, no era el momento para echarme hacía atrás y dejar todo en el olvido, porque no era tan fácil, porque la situación no la ameritaba para nada.

La Nerd Más Hermosa; Horan1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora