Capítulo 61: Sentimiento de culpa (Parte tres) [+18]

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Derian

Va perdida entre sus pensamientos, no ha llorado en ningún momento y tengo miedo de que pierda la cordura. Su tranquilidad me inquieta, porque ella jamás ha sido de silencios eternos.

Estaciono el vehículo en la entrada y sin esperar se baja, sube la escalera mientras la contemplo como va manchada de sangre, es una escena algo escalofriante para ser mi pequeña, siempre la vi rodeada de luz pero... es obvio que iba a cambiar.

Todos los haríamos después de un episodio tan traumático.

La sigo detrás sin interrumpir su paz. Los gemelos salen de la cocina y ambos se quedan pasmado al verla, ella los ignora y sigue subiendo las escaleras, sin mirar atrás.

—¿La dejaste matar? —medio confirma Lukyan algo alterado. —Sabes que eso puede aumentar su trauma ocasionándole un desequilibrio men...

—¡¿Y que querías que hiciera si ella me lo pidió?! —encaro interrumpiéndolo y pensando en que a Rina también la asesino y ellos no tienen ni idea que es su segunda muerte. —Después de lo que le hizo ese hijo de perra, no podía negarme.

—Parece asesina en serie —comenta Lyuban riéndose —pero de esas que son sexy y sádicas.

Aprieto los puños conteniéndome las ganas de golpear en la muralla su diminuto cerebro de nuez.

¿Sádica? Si, en definitiva lo es, solo que lo oculta bajo esa capa de niña buena. Por eso es perfecta para mí.

—No es chistoso —le reprende preocupado el rubio platinado.

—Está bien —le da la razón la otra copia —tampoco estoy de acuerdo, pero de alguna forma tenía que desahogarse y ¿Qué mejor que la venganza?

—La venganza no es la solución —contradice Lukyan arrugando su frente —no para ella ni para nadie. Muéstrame solo un caso en donde vengarse ha valido la pena... —Lubyan se queda callado torciendo su boca y él continua —en ninguno y ¿sabes por qué? porque simplemente eso te vacía por dentro y no te da satisfacción, porque el daño ya está hecho, aunque pague habrá una herida en tu alma.

—¿Qué sucedió? —aparece Dimitri, comiendo un paquete de papas fritas. El sonido del crack me molesta.

—Puedes comer con la boca cerrada —espeto apuntándole con mi mano. 

La cabeza me duele. 

No me hace caso, sino que comienza a masticar más fuerte. Dimitri es otro crio que me toco proteger en el encierro. Lyuban se ríe y se meto un puñado haciendo el mismo sonido. Les gusta fastidiarme en manada.

—¿Qué sucedió o qué? porque mi gemelo favorito esta amurrado —dice con la boca llena a Lukyan agarrándole el cachete de la mejilla. Este último se corre mirándolo serio.

—Te perdiste a la nueva sicaria de la familia —comenta Lubyan que no deja de comer.

Dimitri escupe lo que tiene en la boca y todos hacemos una mueca de asco alejándonos un poco. Yo me masajeo la sien, porque el cerebro me está palpitando.

—¡¿Dejaste matar a Eily?! —exclama abriendo mucho sus ojos grises y su voz de asombro y a la vez reproche no lo paso por alto.

Pongo las pupilas en blanco.

—Otro más que me cuestiona.

—Lo mismo pregunte y la respuesta es sí, la hubieras visto en el estado que entro —sigue Lukyan con ese otro tonito que me está empezando hartar.

—¡Cabron de mierda! —me insulta el primo —¿Te das cuenta que después de que una persona empuña un arma, no vuelve a ser la misma? ¿Te das cuenta que puede cambiar para mal y que ahora va a ser más difícil controlarla? porque acaba de perder el único miedo que en realidad te puede frenar.

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora