Capítulo 60: Sentimiento de culpa (Parte dos)

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Eily 

Cuando entramos el olor metálico y la putrefacción que expelían me causo nauseas, que por inercia con mi antebrazo me tape la nariz.

Al fondo estaba sentado Pierre con sus brazos atados hacia atrás y los tobillos atados también con cadenas en las patas de la silla. Por mi mente cruzo la idea de que ya estaba muerto. Tenía la cabeza echada hacia abajo, inmóvil y cubierto de sangre.

Contemple a Derian, pero este tenía sus ojos fijos en la escoria de al frente. Desvió sus ojos verde miel hacia Vladimir, quien sin decir nada, se acercó a la mesa del costado en donde había diversos instrumentos y le lanzo una cubeta de... ¿alcohol?

Pierre se sacudió despertando desorientado. Parpadeo un par de veces acostumbrándose a la luz del lugar hasta que sus azules recayeron en mí. Un escalofrió recorrió toda mi espina dorsal, que Derian lo noto. Su cuerpo se inclinó para ponerme detrás de su espalda.

—¿Belle femme vienes a echarme un último polvo? —cuestiono el francés soltando una leve risa macabra. 

Su estado deteriorado me provocaba asco. No sé qué clase de tortura le habían dado, pero me fije que ya no tenía manos.

Derian tuvo el impulso de lanzarse por él, pero el apretón de mis dedos lo detuvo observándome perplejo y negué. Bufo molesto, pero se contuvo. No le iba a dar el gusto a Pierre de que me provocara con sus insinuaciones degradantes.

—¿Y con qué? —carcajeo Derian burlándose. —Si Black te arranco tu asqueroso miembro.

Abrí mucho mis ojos e intercambie miradas con ambos. Pierre tenso la quijada y aniquilo a mi acompañante, pero era inútil, en su posición no podía hacer nada... hasta que cambio su juego. 

Respiraba con dificultad y por su estado no le quedan muchas horas de vida. Se fijo en mi sonriendo con ese semblante que me aterraba.

Belle femme no quieres hablarme... ¿tan mal te folle? Que ahora me ignoras.

Su voz con ese falso tono de tristeza comenzaba a fastidiarme y a perturbarme.

Y un miedo tan grande y agónico recorría cada poro de mi piel paralizando todas mis acciones, porque ver a mi agresor era como revivir la secuencias de todos sus actos aberrantes contra mi dignidad, dejándome indefensa y vulnerable. 

Tome un par de bocanada de aire con la intención de tranquilizarme, pero no funciono, que me toco cerrar mis ojos con fuerza para encontrar el valor que no tenía, pero que necesitaba para vengarme.

Podía percibir como los síntomas de mi crisis de angustia quería aparecer y apoderarse de mi cuerpo, desencadenando en la niña débil que siempre había sido.

—Te lo dije —se burló el ojiazul. —No es capaz de enfrentarme, me teme y seré su pesadilla aunque este indefenso o muerto. 

—¡Cállate! —Bramo Derian —porque si Eily no lo quiere hacer, yo mismo voy a tomar venganza por ella.

—Ves que sigue dependiendo de ti —siguió molestando y jugando con nuestras mentes.

—El único dependiente emocional aquí soy yo —confeso tan seguro de si, que lo miré incrédula al mostrar su debilidad ante el enemigo. —Porque ella no necesita de nadie ni mucho menos a un hombre para hacer lo que se le pegue en gana, puede acabarte cuando lo desee, siendo ella misma o pidiendo que alguien más lo haga... porque al final ella siempre tendrá la última decisión.

Basto escuchar la frase de Derian para que me envolviera una frialdad que hasta mí me sorprendió. 

Loco, extraño e ilógico, pero percibí como si me estuviera cediendo el control y el poder de su oscuridad. Le solté a regañadientes, ya que él se negaba a dejarme.

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora