Las siguientes semanas trascurrieron relativamente normal, ninguno de los dos volvió a tocar el tema y en si nos llevábamos mejor, entre almuerzos familiares, entrenamientos y vanas conversaciones.
Pero hace unos días que Derian no controlaba su mal humor, había recibido una llamada de no sé quién, que lo tenía al borde de explotar, su furia se hacía presente con la mínima provocación. Y todos tocábamos por igual, su padre, los gemelos, Clarita e incluso yo.
Me había dado cuenta que sus horas de sueño eran escasas, sufría de insomnio y pesadillas constantemente.
Desde el día en donde se mostró tan vulnerable, todas las noches lo abrazaba, él no decía nada, pero tampoco me alejaba y siempre terminaba acurrucada en su espalda o en su pecho, sin embargo, cuando despertaba, él ya no estaba en la cama.
Hoy se cumplían cuatro meses desde que me obligo a ser su dama de compañía y aun no podía tener contacto con nadie, no sabía que había pasado con mi familia, con mi mejor amiga ni con la universidad.
Suspire algo abatida.
Tenía tantas preguntas y ninguna respuesta. Le di otro sorbo a mi té, mientras seguía sentada en el balcón con mi mirada perdida en el bosque.
—Esta noche debes venir conmigo —ordeno Derian de forma energético, entrando a la habitación.
Camino hasta donde estaba y se apoyó en el umbral del ventanal para darme una mirada seria.
—¿A dónde vamos?
—Eso no te importa —Resoplo molesto —solo debes saber que cualquier cosa que yo te pida en ese lugar, tú lo haces sin rechistar —advirtió.
Vire los ojos y tomé otro sorbo de mi delicioso té. El sabor a menta me encantaba.
—Eily lo haces, porque eso puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Donde vamos, es un lugar peligroso en el cual no seré tu héroe, ni mucho menos tu niñero.
—Si es tan peligroso como dices. ¿Por qué debo ir? —pregunté dudosa.
No quería ir, tenía un mal presentimiento. Mi sexto sentido casi nunca se equivocaba y sus advertencias ocasionaban un retorcijón de estómago y un malestar que me subía por la garganta.
—Pensé que ya lo tenías claro, no me hagas recordártelo... Ahí tienes el vestido y los zapatos que usaras hoy —anuncio señalando la caja blanca con letras doradas que estaba sobre la cama.
Suspire resignada y asentí. Me tenía que acostumbrar de una vez a que él era el que daba las órdenes y yo solo obedecía.
—A las nueve en punto te quiero abajo con tu mejor cara. —termino seco.
Y luego salió por la puerta, cerrándola de un portazo.
Cuando estuve sola observe la caja blanca, ni siquiera me aproxime a ver qué tipo de vestido era. Él tenía un gusto exquisito para vestirse, por lo que no podía tener tan mala elección.
Eran alrededor de las seis treinta de la tarde, aun me quedaba dos horas y medias para arreglarme. Decidí tomar una ducha bastante larga.
Lo mejor era que no tenía que depilarme a cada momento, agradecía tanto haber tomado en Inglaterra la promoción de depilación láser de cuerpo completo. Fueron seis sesiones y justo las termine antes de que sucediera todo esto, pero valía los pesos invertidos, sobretodo todo para usar traje de baños algo reveladores. Antes cuando usaba el método convencional de máquina de afeitar era rápido, pero cada tres días tenía que repetir el proceso.
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Eternamente Nosotros [✔]
RomansaUna chica aparentemente fuerte no tendrá más opción que aceptar su destino, un destino que será caprichoso con ella y la pondrá a las peores pruebas que un ser humano podría enfrentar. ...