Capítulo 47: Orgasmo en las alturas [+18]

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Se supone que solo venía a conocer el edificio donde trabajaba, se supone que solo era una visita, una simple visita inocente.

¿Entonces porque termine de esta forma? Ni yo lo sé.

He perdido mi sostén y mis bragas están hecha trizas en el suelo, mientras tanto mis pezones se golpean presionandose contra el frio vidrio de su escritorio. Tira más fuerte de su corbata tensando aún más mis extremidades y desde mi garganta suelto un jadeo agudo, al percibir como amarra mis muñecas atrás.

—Mira como me pones —musita rozando su erección contra mi trasero.

El aire se me atora en la garganta cuando escucho su cinturón caer y el cierre de su pantalón deslizarse. Se apega más a mí, provocándome que me electrifique con su ser. Una descarga eléctrica no es nada a lo que estoy experimentando.

Su boca comienza con un recorrido de besos urgidos y húmedos sobre mi espalda, junto los mios para no soltar ningún jadeo. <<No quiero rendirme tan fácil ante él>>

Sus dedos tocan mi vientre para bajar lento y suave, torturándome con sus caricias que me llevan a la gloria. Palpa mi intimidad que termino teniendo un pequeño espasmo.

—Gatita...—su voz tan ronca y sexy hacen corto circuito en mi sistema —estas tan húmeda y lista para mí.

¡Santo cielo! Cierro con fuerza mis ojos, mientras me muerdo con la misma intensidad mis labios, pero sin poder evitar que mis caderas tomen control propio contorneándose y ansiando más de su toque.

—Derian...—gimo bajito cuando se hunde más profundo en mi interior, suplicando en silencio para que termine con mi condena.

—Quiero que lo pidas —exige con esa voz que me hace temblar.

Rechino los dientes negándome a darle el gusto de verme desesperada por sus atenciones. He descubierto que se excita cuando me rindo a sus pies, no de mala manera, si no con el fin de que sea solo él, el único que me complazca y me consienta en todo lo que a mí se me ocurra.

—Pídelo... —vuelve a exigir mordiendo mi hombro.

Separa con una de sus rodillas mis piernas acomodando la cabeza de su glande rozándose con una lentitud desesperante, humedeciéndose con mis fluidos. Mi interior esta palpitante y ansioso, es como si tuviera ahí mi corazón latiendo a mil por horas.

—Gatita sé que quieres mi polla dentro de ti.

Sus palabras obscenas y la fricción con la que se mueve me hacen delirar, el preámbulo hace que suban mis expectativas llevándome a la cima para después bajarme de golpe. Lloro de frustración. Su autocontrol es impresionante.

—¡Te odio tanto! —chillo al borde de la desesperación.

Y escucho como se ríe provocándome unas tremendas ganas de pegarle un puñetazo para borrar esa sonrisa endemoniadamente sexy que tiene. 

Apoyo mi frente en el escritorio soltando todo el aire que contienen mis pulmones resignándome a que esta vez él ha ganado. <<Mentira grita mi subconsciente, él siempre gana>>

—Quiero que te rindas a mí —continua Derian cargado de excitación —quiero ser el único que te ponga de esta forma, tan desesperada, tan ansiosa y tan mojada como lo estas ahora.

Él me tiene en sus manos de hace mucho tiempo, pero yo sigo luchando con lo inevitable. Mis labios tiemblan y musito un débil: follame.

—¿Qué? ¿No te escucho?

Y la ira se apodera de mí, me está pegando todas sus estúpidas reacciones.

—¡Maldito imbécil! ¡Follame de una puta vez!

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora