Lo que había sucedido anoche, fue confuso. Después de que el chico misterioso se fue de la habitación molesto— ni siquiera debería estarlo, no le dije nada fuera de lo que estaba pasando ahí —me quede en aquel lugar esperando a que llegará alguien para que me abriera la puerta, pero nadie lo hizo. Estaba histérica porque no sabía lo que ahora iba a pasar. Odiaba la sensación de estar siempre en el limbo. El día había sido agotador mentalmente así que me acosté en la cama, hasta que sin reparar en que momento, me quede dormida.
A la mañana siguiente había ido Mary a buscarme sin decir nada y Alek tampoco se había pronunciado. Era como si nadie se hubiera enterado de lo que realmente paso en la habitación seiscientos dos.
Eso me inquietaba más, el silencio nunca era bueno.
Y ahora estábamos aquí con todas las chicas limpiando el burdel —porque si, esa también era una de nuestras responsabilidades— eran alrededor de las quince horas. Mi cuerpo estaba algo pesado y estaba de mal humor. Pero más que eso, era que las bromas no paraban.
—Malcriada —vociferó Perla —¿anoche estuviste con un demonio o con un chupasangre? —carcajeo.
Todas las chicas rieron.
Solo fue un beso, pero el idiota me había dejado el cuello y la clavícula llena de pequeñas marcas rojizas y en mi hombro derecho estaba apareciendo un moretón, producto de su mordisco.
—ja! súper chistoso —dije con una gesto de desagrado.
—y no solamente es un chupasangre, también tiene complejo de lobo —dijo una de las chicas más jóvenes —creo que la marcó —señalo mi hombro —y hasta le traspaso la rabia.
Risas. Risas. Risas.
—Esperen —aludió otra con un tono de curiosidad —hablando en serio Eily ¿Qué fue lo que sucedió? porque nunca nadie lo había visto con ese temperamento.
— ¿Por qué? —pregunté intrigada, sabía que estaba molesto, pero desconocía que acciones había tomado.
—Porque bajo de la habitación hecho una furia buscando a Alek —mencionó una de las rubias que estaba al lado de Perla, ambas estaban limpiando la parte del bar — y no solo eso, sino que venía hecho un desastre, y siempre de los años que lo conocemos, él se ha mostrado impecable en todos sus aspectos, incluso ni para tener sexo se desordena.
La rubia había sido una de las pocas de ese lugar que había estado con él, así que era de primera fuente ese comentario.
—¿un desastre? —interrogué otra vez.
Ahora fue Perla quien habló— ya sabes... un desastre tallado por los mismísimos ángeles —hice una mueca y ella sonrió —camisa abierta, pelo desordenado y labios tan hinchados y rojos, que por mi experiencia diría que paso un pequeño terremoto sobre él y ese terremoto tiene nombre y... —dejo las palabras en el aire.
Escuchamos que alguien había apagado la música, y todas nos giramos para ver qué pasaba.
Resulta que había entrado Alek, un hombre que no conocía y el chico misterioso. El primero es el que había apagado la música.
Cuando lo vi a él, mi corazón se aceleró a mil revoluciones, pero intenté disimular ignorándolo.
—Eily, te necesito en el despacho ahora —indicó Alek de forma neutra.
—¿para qué? —Pregunté —Alek no hecho nada fuera de las normas —añadí un poco inquieta. Perla y la rubia me miraban y me hacían señas para que acatará las ordenes y me callará, pero no podía, necesitaba sentir que dominaba la situación.
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Eternamente Nosotros [✔]
RomansaUna chica aparentemente fuerte no tendrá más opción que aceptar su destino, un destino que será caprichoso con ella y la pondrá a las peores pruebas que un ser humano podría enfrentar. ...