Capítulo 34: Despertar doloroso

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Derian

—Señor Korsakov, la paciente se ha mantenido estable toda la noche, aun así debo informarle que debemos realizarle una trasfusión de sangre, para evitar algunas complicaciones. Esta misma tarde comenzaré con el procedimiento.

—¿Cuándo me la podré llevar?

—Necesito monitorear la trasfusión, pero si no hay ningún problema y su organismo no lo rechaza, en una semana debería darle el alta.

Asentí y Pavel se fue.

La seguía observando a través del vidrio de brazos cruzados. Después de estar un momento con ella, por precaución tuve que salir de su habitación. Sin embargo no le despegue los ojos ni un jodido segundo.

Estaba en una habitación completamente blanca y a eso se le sumaba el olor a anestesia que me empezaba marear.

Su respiración y su pecho acompasaban en una lentitud desesperante, había trascurrido trece horas con veinticuatro minutos y cuarenta segundo, desde su ingreso al hospital y aun no despertaba de los sedantes.

Pero según el doctor su evolución había sido casi milagrosa, aun con sus buenas nuevas no estaba tranquilo y no me movería hasta que despertara.

—Hermano deberías ir a dormir y luego tomar una ducha, Eily no se va a mover de acá.

<<Como si no lo supiera>>

Los gemelos después del diagnóstico del médico, se habían ido a la mansión en mi auto. Por suerte siempre mantenía ropa de repuesto en el maletero, por lo que me puse una camisa y no me volví separar de aquella ventanilla.

Y ahora solo había vuelto Lukyan con quince de mis guardias, para que custodiaran todo el lugar. Tenía francotiradores cuidando de ángulos estratégicos la habitación de Eily. Otros cuatro estaban en la entrada del ascensor, que solo tenía instrucciones de autorizar la entrada solo a los gemelos. Otros estaban en la sala y varios más en la puerta del hospital.

—No me voy a mover de acá... ¿averiguaste eso?

—Sí, este es la lista de todos los invitados y todos los empleados. —enunció Lukyan.

Mi hermano me tendió dos hojas, la tome y le eche una mirada de mis posibles sospechosos, mientras él siguió hablando.

—El personal ya había empezado a lavar y a guardar, la mitad de los cubiertos y los platos estaban limpios. En la cocina Vladimir no encontró restos de nada.

<<maldición, eran astutos, pero no más que yo>>

—¿Revisaron la basura del patio trasero o el conducto del desagüe que conecta el baño de los empleados?

Lukyan sonrió.

—Son tan predecibles que en el patio trasero fue donde se encontró un frasquito vacío, que nos hizo sospechar por su aspecto tan peculiar, era como si fuera la botella de un perfume, pero este no tenía ningún logo ni etiqueta, tampoco tenía olor. Vladimir ya lo mando al laboratorio de criminalística, para ver cuál era su contenido y si tiene huellas dactilares, que podamos reconocer.

—Bien.

Suspire cansado.

Aunque suene extraño, después de haber salido del gulag y de que Nikolai Tarasov, fuera mi mentor en aquel campo de trabajo forzado, me gradué en la universidad de criminalística, por lo que determinar en qué forma se cometió un delito o quien fue el culpable, no se me hacía difícil de razonar y resolver los puntos de investigación.

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora