Eily
Desperté porque al momento de darme vuelta choque con un torso firme y duro.
Al abrir mis ojos, Derian estaba a mi lado durmiendo en la misma camilla. Estaba de lado, en posición semi fetal, con sus labios entreabiertos y una de sus manos las tenía apoyada debajo de su mejilla y la otra estaba sobre mi cintura. Su respiración era lenta y pausada.
Me dedique admirarlo. Me percate del pequeño lunar que tenía en la sien, además de sus marcadas ojeras y la barba creciente de solo días, se notaba lo cansado que estaba.
Estuve alrededor de una hora mirándolo, sin embargo las ganas de pasar mis dedos por su sedoso cabello se hicieron presente. No aguante más y lo acaricie con suavidad, intentando que no despertara.
El sol se empezaba a reflejar en la ventana, dando aviso de que estaba amaneciendo. Los rayos de luz se proyectaban en él. Su pelo claro y su piel cremosa relucían.
Se veía tan tierno, tan tranquilo y tan inocente durmiendo, que me fascinaba contemplarlo, mi segunda cosa favorita.
—¿Qué tanto me miras? —musitó adormilado con su voz ronca.
Me entro una tímida risita.
—Te ves adorable —confesé.
Bufo molesto y se puso de espalda con un brazo sobre sus ojos.
—Larissa fue la que te enveneno, por orden de la hija de puta de Rina —comentó frío tensando su mandíbula. —La última se escapó.
Me mordí el labio y un escalofrió recorrió mi espalda, desde la noche tan fatídica, este era mi quinto día en el hospital. Los primeros días no vi a Derian, solo el segundo día cuando desperté, se enojó, me abrazo y luego se largó.
En esos días fue Lukyan quien me estuvo acompañando, pero tampoco tenía mucho ánimo, me sentía cansada, mi estómago aun ardían y la transfusión de sangre me había dejado con una alergia y picazón infernal.
—¿Qué hiciste con Larissa?
—Eso no te importa —resoplo y se tocó el puente de su nariz —pequeña, me tienes que avisar si te sientes mal, porque no soy adivino ni ninguna de esas mierdas, para saber lo que en realidad te pasa o te duele.
—¿La asesinaste? —solté sin más.
Guardo silencio y volvió a taparse con el antebrazo los ojos.
Suspire, era obvio que sí, pero lo paradójico de todo esto era que no tenía miedo de estar al lado de él, al principio sí, pero ahora algo había cambiado, aun no descubría que, sabiendo que era un asesino de sangre fría.
<<¿Quizás tendría que ver para creer?>>
—Tu silencio lo confirma. —afirme decepcionada.
—¿A que preguntas? si ya sabes la respuesta. —dijo sin mover un musculo.
Tragué saliva por la frialdad de sus palabras.
—Supuse que era ella —le comente mi teoría. —Quizás los chocolates que me regalo tenían veneno.
—¿Qué chocolates?
Me contemplo levantando una de sus cejas, su rostro se endureció y yo empecé a jugar con mis dedos, desviando su mirada acusatoria.
—Bueno ese día cuando tú y yo por primera vez... —me mordí el labio y sentí mis mejillas acaloradas —ya sabes... ese día cuando... tu y yo... bueno cuando...
—¿Cuándo por primera vez te comí tu delicioso coño? —cuestionó dándome un sonrisa traviesa.
Un hormigueo se extendió por todo mi cuerpo.
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Eternamente Nosotros [✔]
RomanceUna chica aparentemente fuerte no tendrá más opción que aceptar su destino, un destino que será caprichoso con ella y la pondrá a las peores pruebas que un ser humano podría enfrentar. ...