Capítulo 51: Agonía (Parte uno)

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Veinticuatro horas desde el embarque del aeropuerto internacional Moscú- Sheremetievo, Rusia

Despierto somnolienta cuando una cubeta de agua es lanzada a mi rostro, un escalofrió recorre toda mi espina dorsal al darme cuenta en donde estoy. <<Jodida>> toso tratando de recuperar el aliento que me falta y me remuevo inquieta, sin lograr nada. 

Mis muñecas están adormecidas por las cadenas que me sostienen, aquellas que cuelgan del techo, mis brazos están tensos y las piernas también las tengo cansadas, pero me niego a mostrar debilidad.

Estoy de pie ubicándome en la habitación tan horrible y maloliente que me tienen, un olor a heces y orina se filtran por mis fosas nasales provocándome ganas de vomitar.

—Mira que tenemos aquí, nada menos que la mujer del demonio —se burla con esa voz chillona que tanto la caracteriza, haciendo que mi atención recaiga en ella. —Qué pena que tu amado no esté aquí para salvarte.

Mi rostro se voltea cuando su palma impacta en mi mejilla, haciendo eco de la bofetada que me dio. Mis ojos se clavan en los suyos tensando mi mandíbula por gritarle, pero guardo silencio. <<Esta loca es capaz de cualquier cosa>>

—¿Ahora no tienes ganas de hablar?—cuestiona fingiendo un puchero. —¿O solo eres valiente cuando estas con él?

Me mantengo estoica, pero el puñetazo que cae en mi vientre, me obliga a jadear de dolor. <<Pega condenadamente fuerte>> Sostiene mi cabello desde el nacimiento de mi raíz y me echa la cabeza hacia atrás con brío, su mirada es la de una mujer despechada y herida.

Un miedo recorre cada fibra de mi ser, porque estoy convencida que no hay arma más poderosa y peligrosa que el despecho de una mujer.

Cuando te dañan de la forma que sea y matan todas tus ilusiones y tus sueños, terminas por ser otra persona, convirtiéndote en una versión más fuerte, pero a la vez más oscura y siniestra, porque comienzas a respirar por la herida que te han dejado, de la que no ansias nada más que venganza y justicia contra los que te lastimaron.

Aún desconozco su historia, Derian la rechazo, pero la furia que destila me dice que hay algo más y que de paso me quiere muerta <<O simplemente está obsesionada>>

Saca una navaja del bolsillo de su chaqueta color rosa y empieza a delinearla por mi piel, comienza en mi cuello amedrentándome hasta quedarse en mi pómulo.

—¿Te gustaría tener una cicatriz como la de él? —Se ríe —todos dicen que son el uno para el otro ¿Qué piensas? ¿Te gustara tener una, para que así te pongas a tono con él?

La observo aparentando falsa tranquilidad sin responderle nada, no tiene caso discutir en una situación así. Estoy en desventaja en todo ámbito.

—¡Respóndeme! —brama zarandeándome la cabeza.

—No, no quiero una cicatriz como la de él —contesto para evitar que se siga enfureciendo. El odio me cala en el fondo, aparte de estar con Derian, no sé qué otra cosa le hice para que albergue tanto rencor contra mí.

—¿Pero por qué no? —Finge tristeza —hasta ya les tenía el sobre nombre perfecto imagínate —dice mirando al techo y moviendo su mano como si fuera un cartel que leer —¡Les presento a la pareja cara corta! —exclama efusiva riéndose.

—¡Joder supéralo de una vez! —Espeto sin controlarme, su estupidez me sobrepasa —porque te ves ridícula haciendo el papel de mujer herida.

Se enciende de la ira, que siento como el cuchillo rasguña mi mandíbula.

—¡Rina! —Le llama Pierre advirtiéndola —ni se te ocurra, tengo otros planes para ella.

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora