Capítulo 23: Conversación Padre e Hijo

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Derian 

Después que Rina me beso, casi me acrimino con ella, la había asfixiado delante de todos los invitados, y como a mí me importa un carajo el resto, pensaba matarla delante de todos, nadie osaba a contradecir o a intervenir en mis decisiones. Ella intento soltarse rasguñándome el cuello, y si no es por Viktor, que como estúpido padre abnegado, me la quitó de las manos, sería un problema menos su existencia.

Ahora más que nunca la quería muerta. Tenía que idear algún plan para acabar con ella sin perjudicar al negocio, pero la realidad es que últimamente me importaba una mierda el negocio, mi prioridades se centraba en una cosa que me descontrolaba.

Sabía que no necesitábamos a los Kolin, para mantener el poder, a Dan se lo había advertido varias veces, pero como siempre, nunca escuchaba lo que tenía que decir.

El contrato de matrimonio, era más que una farsa. Los Kolin tenían poder, pero no más que nosotros. De hecho, a ellos los respetaban porque creían que eran nuestros aliados.

Lo que nadie sabía, más que mi padre y yo eran que jamás me hubiera casado con Rina, solo era para mantenerlos cercas y así eliminarlos. Lo que había sucedido en la fiesta solo era obra magistral de Dan, para hacerles creer una lealtad que no existía.

Dan era un manipular de primera, mostraba un lado bueno que no tenía, para ganarse la confianza de sus enemigos. Luego que los tenía comiendo de la palma de su mano, era de los que te apuñalaba por la espalda, para después fingir y quedarse con todo. 

Con él había aprendido el arte de camuflarte entre tus enemigos para eliminarlos.

Por eso, estaba todo fríamente calculado que, el día de mi boda, después de firmar ante un juez falso, yo sería un pobre viudo, ya que Rina y Viktor serian comidas para los cuervos. Solo les quedaban tres malditos meses de vida.

Quería creer que la gatita era la única culpable, de querer terminar el puto contrato antes del tiempo estipulado.

Eily, mi pequeña, ¿Qué iba a ser con ella? Desde que la traje conmigo, empezaba a cambiar todos mis malditos planes.

Estaba en mi oficina y tenía que firmar un montón de papeles por las nuevas adquisiciones hoteleras, y de paso arreglar la situación e idear un plan. 

Además, hoy mismo en la noche tenía que viajar al puerto de san Petersburgo, ya que llegaba una carga de armamento militar, y tenía que hacer la distribución a cada grupo jerárquico de la mafia, empezando por los estúpidos italianos. La maldita aduana me estaba respirando en la nuca con el cambio de jefatura, me tocaría botar una buena cantidad de dinero a esos hijos de putas o en última instancia extorsionarlos con sus familiares. Eso siempre funcionaba. 

Pero nada de eso, me sacaba su cara de mi mente, estaba tan dolida y expuesta a esta mierda, que la entendía, pero las cosas no siempre salen como queremos y ella debía aprender y asimilar que nunca más volvería a su antigua vida.

Me dolió que me dijera lo oscuro que era, siempre lo he sabido y desde pequeño siempre me lo recordaron, incluso mi madre, que no tenía el honor a semejante calificativo, me había bautizado con este nombre que el único significado que tiene es daño, me lo había puesto con el objetivo de que lo recordara siempre, hasta que dejara esta tierra.

Pero no esperaba eso de Eily, al igual que me sorprendió que tuviera las agallas de enfrentarse a Rina, pero ahora era un culo, porque sabía que estaría más expuesta a querer matarla. Mi gatita en cualquier momento podría ser asesinada por esa loca.

Lo único bueno era que en la mafia se respetaban los códigos. Y uno de ellos, que consistía en salvar tu honor, era no meterse en peleas de a dos, cada contrincante tenía que arreglárselas para salir invicto.

Eternamente Nosotros [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora