Estuve días pensando en lo que Harry me había dicho. Al final tuve que irme a casa y Zayn aun no había vuelto. Ellos siguieron con la gira y era algo que quería hablar con Zayn personalmente así que tampoco le envié ningún mensaje.
Las vacaciones llegaron y estaba en la playa con mis amigos de la universidad. Las chicas no habían podido venir, Ashley estaba con sus clases de irlandés puesto que los chicos habían vuelto a pasar las vacaciones, y yo estaba con Mike y Charlie. Tumbada en la arena. Hacía buen día, muy buen día para ser exactos. El sol brillaba y no había ni una sola nube.
Estaba tomando el sol mirando como esos dos se bañaban a unos cinco o diez metros de donde yo me encontraba. Me levanté y me acerqué a la orilla y dejé que el agua mojara mis pies refrescándome. No me apetecía bañarme en ese momento. La verdad es que nunca me había entusiasmado la playa, yo era más de piscina.
- Venga Iri, báñate- me gritó Mike. Me pregunté si se había puesto moreno o no, su piel era oscura así que era difícil definirlo. Yo empezaba a coger color, pero Charlie acabaría rojo como su pelo.
- No me apetece ahora.
- Va Irene- me animó también Charlie.
- No, y tú deberías salir a ponerte crema, parecerás una gamba al final.
- Si me la pones tú...
- Anda venga sal- asentí riéndome.
- Yupiii- y vino corriendo, más bien dicho nadando. Y se tumbó en mi toalla.
- ¿Qué, te vas a quedar ahí todo el día?- le reproché viendo que no se movía.
- ¿No ibas a ponerme crema?
- Eres de lo que no hay, anda pásame la crema esa que hay ahí- le dije suspirando y señalando el bote que estaba a su otro lado.
Me lo tendió y le eché crema en la espalda para empezar a esparcírsela. Los músculos de la espalda se le marcaban igual que en sus brazos fuertes. Lo había visto varias veces en el gimnasio en mis horas de turno.
- Anda tonto, ya está- entonces se giró y quedó tumbado hacia arriba. Me quedé mirando sus ojos azules como el cielo.
- ¿Me pones crema por delante también?- preguntó, como respuesta simplemente alcé la ceja sin poder creérmelo.
- Pero tú de qué vas, que no eres manco.
- Ni tu tampoco y tienes las manos pringadas ya.
- No voy a ponerte crema por todo el cuerpo.
- No te cuesta nada. Tu misma has dicho que como me queme te matan.
- Charlie no. Y sal de mi toalla que por la espalda no llegabas pero no voy a ponerte crema por delante.
- Pues te quedas sin toalla y además me voy a quemar.
Suspiré y cogí el pote de crema, le eché crema y se la dejé ahí.
- Ya tienes la crema, ahora sal- supongo que a esas alturas yo debía estar como un tomate.
- Esparcida Irene.
- No.
- Pues no salgo.
- No salgas, ¿sabes qué? Voy a tumbarme en tu toalla que termino antes. Y yo de ti lo esparciría porque te vas a quemar y te quedará la marca y bueno, la forma que te he hecho, digamos que no creo que te guste tenerla ahí.
Me tumbé en su toalla boca abajo e intenté relajarme.
Empecé a lanzar maldiciones a todos los dioses habidos y por haber y a toda su familia. Charlie se había movido, pero no para esparcirse la crema. Se había tumbado encima de mí, eso era bastante embarazoso además de que me estaba aplastando, mojando y la la crema había quedado en mi espalda cuando se levantó.
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Nada es lo que parece
FanfictionRisas, lágrimas. Amor, odio. Coraje, miedo. Timidez, atrevimiento. Sinceridad, mentiras. Lealtad, traición. Palabras antónimas que tantas veces hemos disfrutado o sufrido. ¿Cuantas veces un siempre, ha terminado? ¿Cuantas veces nos han dicho: voy a...