Abrí de golpe los ojos y sentí un fuerte mareo, estaba todo oscuro y no veía nada. Me dolía todo el cuerpo, mil pinchazos me recorrían de arriba abajo. Pero lo peor era ese dolor en uno de los costados de mi cuello.
Mis ojos consiguen adaptarse a la oscuridad y busco la lámpara de la mesilla de noche. Pero no hay ninguna lámpara en la mesilla, ni tan solo hay mesilla. ¿Dónde estoy?
Veo a alguien tumbado en una butaca a los pies de mi cama. Me incorporo y el dolor aumenta. No puedo evitar que un grito se desate des del fondo de mi garganta.
- ¡Irene!- grita emocionada mi madre. Reconozco su voz. Rápidamente las luces se encienden cegándome por completo. Y puedo comprobar que no estoy en casa. Las paredes blancas, vacías, sin color, tristes. Entonces siento la incomodidad de mi brazo izquierdo. Desvío mi mirada hacia allí y lo veo enyesado. ¿Qué ha pasado? ¿Cómo he llegado ahí? Pero no me da tiempo a preguntar. Mi madre se abalanza sobre mí y me llena a besos. Seguida de ella viene mi padre que estaba sentado en una silla. Y Fran espera tras de él, serio, demasiado serio y cuando le miro a los ojos esperando a que se acerque empiezo a recordar todo lo sucedido.
- Nunca más Irene, nunca más- susurra en mi oído mientras me abraza con excesiva fuerza, me hace daño- no vuelvas a hacerme esto nunca- siento como mi cuello se va mojando y escucho sus sollozos y su respiración entrecortada.- prométeme que no lo intentarás nunca más- vuelve a susurrar mientras aprieta con el puño un trozo de la espalda de mi camiseta estrechando más ese abrazo. Y aunque me duele todo le correspondo al abrazo. Y sé que puedo prometerle eso, hay alguien que me necesita, mucho más de lo que puedo imaginar. Fran siempre será mi hermano pequeño y por muy mayor de edad que sea, siempre será ese niño pequeño que apretaba fuertemente los labios para no llorar cuando caía de rodillas en el parque y se rasguñaba las palmas de las manos o las rodillas, y que después se acercaba a mí llorando y pidiéndome que le curara. Y yo le daba un beso y el dolor desaparecía. Y Fran besa mi mejilla soltándose de mi agarre y todo vuelve a estar bien, hay motivos para seguir viviendo. Por Fran y mi familia, esas personas que pase lo que pase estarán ahí en cualquier momento, esas personas que me quieren a pesar de mis defectos, esas personas que viajarían desde lejos por estar conmigo en momentos como ese. Porque me quieren y les quiero. Porque son mi familia.
Es viernes y me dan el alta, solo tengo una fractura en la clavícula y otra en el radio. Por lo que parece no fue un golpe demasiado duro. De todo eso lo que peor llevo son los puntos en mi muñeca, me dan escalofríos cada vez que lo miro.
Durante esos días han pasado algunos amigos por ahí, pero hay alguien a quien no he visto todavía, y supongo que no va a venir y creo que debería ser yo quien fuera a buscarla, después de todo, no dejo de ser la culpable.
Cuando llego a casa están Sandra y Nico con un cartel de bienvenida. Parece que eso las ha unido, aunque sigue habiendo rencor entre ambas. Quedó en que Sandra era muy torpe y que a Nico posiblemente le hubiera pasado lo mismo así que lo entendió y la perdonó, pero Sandra sigue siendo cabezota y no va a cambiar.
Ambas corren a abrazarme, como si no me hubieran visto el día anterior... Yo me río alegremente, sienta bien eso, muy bien.
Esa tarde decido ir a buscar a Lara a la casa de al lado. Y a hablar con Andrew, Selene sí que se había pasado con Álvaro y Vero pero a Andrew no le había visto, y eso me extrañaba. Llamo al timbre y espero. Oigo pasos acercarse y en unos segundos tengo a Álvaro frente a mí.
- Hey Irene, ¿ya te han dado el alta?
- Si, aquí me ves- me río- venia a hablar con Lara.
- Lara no está en casa.

ESTÁS LEYENDO
Nada es lo que parece
FanfictionRisas, lágrimas. Amor, odio. Coraje, miedo. Timidez, atrevimiento. Sinceridad, mentiras. Lealtad, traición. Palabras antónimas que tantas veces hemos disfrutado o sufrido. ¿Cuantas veces un siempre, ha terminado? ¿Cuantas veces nos han dicho: voy a...