Capítulo 43

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La puerta se abrió lentamente chirriando un poco al abrirse, dentro del local, o lo que fuera eso, las luces estaban apagadas y no se veía nada. Nico se puso tras de mí y me empujó dentro mientras yo temeroso clavaba los pies en el suelo para no adentrarme en la oscuridad.

Oscuridad que se desvaneció segundos después. De repente unos focos me iluminaron como si estuviera en un concierto, mis ojos acostumbrados ya después de tantos, permanecieron abiertos mientras sentía como mi mandíbula inferior caía, abriendo mi boca a más no poder, cuando todos mis amigos aparecieron por detrás gritando:

- ¡SORPRESAAA!

- Wow...- fue lo único que pude decir, no me salían las palabras- Vaya...- conseguí decir para quedarme en blanco de nuevo- esto es...- no había adjetivo suficiente para describirlo- impresionante hasta el infinito y más allá- acabé diciendo lo primero que me vino a la cabeza- Vaya... Wow... muchas gracias chicos. Muchísimas gracias de verdad. ¿A qué se debe todo esto?- pregunté, no había motivo para hacerme una fiesta sorpresa.

- Tu cumpleaños es dentro de dos semanas más o menos- empezó a explicarme Sandra. Iba preciosa con una camisa de estilo hawaiano de color azul oscuro y flores amarillas y naranjas. Junto a unos pantalones cortos de color amarillo claro con los bordes deshilachados, y unas chanclas azul marino- pero para entonces ya no estaremos aquí porqué volvemos a casa antes. Así que aquí tienes tu fiesta de cumpleaños adelantado. Felicidades- y acto seguido se acercó a mí y me dio un abrazo seguido de dos besos en las mejillas.

Después un torbellino de felicitaciones por parte de todos los presentes me cogió por sorpresa. No imaginaba nada de esto. Me habían engañado al cien por cien. Pero era un detalle precioso. Ya sabía dónde estaba, aun que en lo que más me fijé fue en ese decorado de la playa que había sido montado en medio de la cancha. Los focos salieron de encima de mí y fueron a enfocar sobre la playa creando así una perfecta penumbra a los alrededores. Nos desplazamos hasta ahí cuando la última persona que faltaba apareció desde lo que supuse que era la sala de controles.

- Saltarina- grité al verla bajar por las escaleras de la gradería. Estaba oscuro ahí e iba con cuidado de no tropezar, me adentré un poco en la penumbra y fui a darle las gracias a ella también a la vez que ella me saludaba.

- ¿Te gusta?- me preguntó ella feliz.

- Me encanta, era inimaginable.

- En eso consistía la sorpresa. Pero ahora ven, que desentonas un poco.- cogió una bolsa que había en una de las sillas y me guió a unos vestuarios- cámbiate de ropa, yo voy a llevarle lo suyo a Nico.- y dicho eso, cogió otra bolsa que había dentro de esa y después de darme un beso en la mejilla medio brincando salió fuera dejándome intimidad. Si, había escogido un buen mote para Irene, Saltarina le iba como el anillo al dedo.

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Salí del vestuario de chicos para ir al de al lado donde Nico me esperaba retocando su maquillaje en un espejo.

- Ya tengo tu ropa. Falda blanca tejana, sandalias negras y la camiseta esta de la cual me enamoré solo verla- era negra por encima del ombligo y en blanco tenía una tabla de surf en una ola.

- La falda es un poco corta creo- se quejó un poco.

- Bobadas, es como la de Lara y ella no se ha quejado.

- Pero Lara no tiene ningún problema en llevarla, no tiene novio.

- Y que importa Jack en esto. Yo tengo novio y mi falda es un par de dedos más corta que la tuya.

- Tu estas acostumbrada a las faldas, yo soy más de shorts.

- Nico, te vas a poner la falda por qué vas a estar preciosa así que ya estás tardando, y todavía quiero plancharte el pelo.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora