"No... No puede ser" dijo él alarmado.
- Lo sé, no lo entiendo.
- Nico, sal ya- me dijo Sonny desde fuera.
- ¡Sonny déjame, vete al otro!- le grité.
- ¿Qué te pasa?
- Nada, vete.
"Nico, pero, es que no puede ser, es imposible. No puedes estar embarazada"
- Todavía no lo sé del cierto si lo estoy Jack.
"Siempre hemos usado protección, es imposible a no ser que..."
- No, Jack, claro que no lo he hecho con nadie más.
"Me lo prometes"
- ¡Que si Jack joder! Que si estoy embarazada solo puede ser de ti.
"Pero Nico, que vamos a hacer con el niño"
- Jack, cálmate. ¡No se seguro si estoy embarazada vale!
- ¡¿Qué?!- gritó Sonny abriendo la puerta del baño de golpe. Vino hacia mí hecho una furia y me arrebató el teléfono de la mano- ¡Jack, como le hayas hecho algo a mi hermana, ya puedes huir! ¡Joder que todavía no tiene ni veinte años!
- Sonny, cálmate. No es seguro.
- ¡Jack, ya puedes ir rezando para que Nico no esté embarazada!
- Sonny, dame el teléfono y tranquilízate.
- Voy a buscar un test de embarazo a la primera farmacia 24h que encuentre.
- No, no hace falta, ya iremos mañana.
- No, voy ahora.
- Sonny... Por favor...Vete a dormir- me tendió el móvil y cabreado se fue a su habitación cerrando la puerta de un portazo.
"Ahora vengo para allá"
- No Jack, no vengas, Sonny está muy alterado ahora- dije con la voz cortada- Vete a dormir tu también.
"¿Estás llorando?"
- No importa- dije yendo hacia mi habitación y tirándome a la cama.
"A mi si me importa. Eh, no llores cielo. Ya verás cómo solo es un simple retraso"
- ¿Y si no lo es?
"Si no lo es... Ya veremos que haremos"
- Me voy a dormir cari. Ya te diré algo mañana.
"De acuerdo. Buenas noches. Te quiero. Te quiero más que a nada en el mundo, no lo olvides. Ahora descansa, lo necesitas"
- Yo también te quiero Jack.
Dejé el móvil en la mesilla de noche y apagué la luz. Palpé mi barriga con una mano, ¿y si ahora mismo un bebé se estuviera formando ahí dentro? ¿Y si en unos meses se me fuera hinchando la barriga? No, no quería. ¿Qué haría yo con un niño? No, todavía no quería ser madre, todavía quería seguir viviendo libremente sin preocuparme de cuidar a un niño. Las lágrimas volvieron a apoderarse de mí e iban empapando mi almohada. Pero al final conseguí dormirme.
Esa noche soñé en un niño, un niño rubio de ojos azul verdoso. Debería tener unos cuatro años más o menos y estaba en el parque jugando con una pelota. Se le veía feliz. Subió al tobogán con la pelota en la mano y se lanzó él con la pelota delante.
La pelota empezó a botar y rodar, y el niño la siguió corriendo tras de esta divertido. Pero reaccioné tarde. Antes de que mi sueño cambiara pude ver como la pelota iba hacia la carretera con el niño detrás, quise correr hacia allí y pararlo pero el niño salió tras la pelota hacia la calle apareciendo entre dos coches y vi como un coche que iba a demasiada velocidad se lo llevaba por delante.
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Nada es lo que parece
Hayran KurguRisas, lágrimas. Amor, odio. Coraje, miedo. Timidez, atrevimiento. Sinceridad, mentiras. Lealtad, traición. Palabras antónimas que tantas veces hemos disfrutado o sufrido. ¿Cuantas veces un siempre, ha terminado? ¿Cuantas veces nos han dicho: voy a...