Capítulo 39

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Como no era época de disfraces, la tienda estaba completamente vacía de gente excepto por la dependienta, una señora mayor que estaba medio dormida detrás del mostrador.

- Buenas tardes- le saludé. Pero la señora no reaccionaba.- ¡Hola!- dije un poco más alto.

- ¡Buenas tardes!- gritó Harry.

- ¡Hola chicos!- saludó la mujer con voz estridente- ¡¿qué queríais?!- la mujer pobre, era medio sorda, y a causa de eso hablaba a gritos.

- Buscamos collares de flores para una fiesta Hawaiana- le dije

- ¡¿Qué?!

- ¡Collares de flores para una fiesta Hawaiana!- repetí gritando. Mientras Harry a mi lado aguantaba al máximo para no reírse.

- Ah, que haréis una pizza mañana ¿y qué queríais?

- ¡Collares- hice una pausa- de flores- volví a parar- para una fiesta Hawaiana!

- ¿Haréis una fiesta mañana? ¿Y necesitáis un disfraz? Tengo muchos aquí ¿qué buscabais?

- Sabe, mejor miramos nosotros.

- Podéis ir a mirar por aquí si queréis. Tengo disfraces de todos tipos.

- Gracias. Vamos Harry.

- Tengo disfraces de vampiro, de todo lo que queráis, buscad por aquí abajo. Y también faldas Hawaianas con flores.

- ¿Si? ¿Pero dónde?

- ¿De perro? Sí, sí, tengo también de perro, están en el piso de arriba.

- No, no, lo hawaiano

- ¿De hada o paisano? Si, si, también tengo, ahí al fondo.

- No, no, lo de antes.

- ¿Ahora queréis ir de elefantes? Pues arriba, junto a las faldas hawaianas y los collares de flores.

- Vale, gracias, muchas gracias- cogí a Harry del brazo quien ya no aguantaba más y su cara estaba roja por la risa contenida y me lo llevé de ahí.

- Elefantes...- oí a la mujer- vaya cosas más raras piden los jóvenes de hoy en día. Y más en verano, morirán de calor. Pero bueno, como quieran, yo les ofrecía ir de hawaianos que es más fresco y estival...

Cruzamos hasta el final de la tienda pasando por algunos disfraces que daban miedo, pero era mejor que volverme loca con esa mujer. Volteé hacia atrás antes de subir las escaleras y vi que volvía a estar dormida sobre el mostrador.

Subimos al piso de arriba y encontramos con más y más hileras de disfraces. Al fondo de la sala, estaba lo que habíamos ido a buscar. Dejamos las bolsas en el suelo y empecé a contar collares.

No éramos muchos, de hecho, era una fiesta entre nosotros, puesto que en Wolverhampton iban a hacerle otra con amigos y familiares el día de su cumpleaños, pero Sandra y Lara ya no estarían y queríamos hacer una antes con ellas.

A parte de los chicos y nosotras, también vendrían Andrew, Álvaro y Vero, y Fran y Vicky, y diría que nadie más, pero pensé en coger un par o tres más por si a caso. En total, unos dieciocho.

Iba por la siete cuando sentí que me tocaban el hombro.

- ¿Que quieres Harry?- me volteé para encontrármelo con una máscara de elefante y con una trompa en mi hombro- serás bobo.

- Pobre mujer, le has dicho que cogerías esto- me contestó sacándosela mientras me reía.

- Espérate que me descuento. Ya no sé cuantas llevo- volteé para volver a contarlas cuando me volvió a llamar.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora