En cuanto Lindsey llegó a su casa en Londres y dejó el baúl en la sala, abarcó el lugar con la mirada y no pudo evitar sentirse tan melancólica que las lágrimas comenzaron a brotarle de los ojos. Habían sido muchas las ocasiones en que soñó con regresar a casa llevando a Harry consigo y ahora ese lugar le parecía enorme y hasta frío a pesar del calor del verano. Estaba consciente de que podía visitarlo en la fecha señalada por el juez pero ella hubiera preferido tenerlo consigo como su hijo adoptivo.
Por otra parte estaba Voldemort y su regreso... El mundo mágico estaba dividido entre los que apoyaban a Harry y a Dumbledore cuando afirmaban que el mago oscuro había retornado, y los que definitivamente pensaban que estaban chiflados. Cornelius Fudge se cansó de refutar todos los argumentos del director y se negó a aceptar el hecho, estaba aterrorizado ante la sola idea de tener que enfrentarse al mago más temido desde los tiempos de Grindelwald.
Y finalmente estaba Severus... No podía creer que el pobrecito se viera obligado a servir de espía ante ese horrible ser que tanto daño le había hecho. Debió haber sido horrible para él enfrentarse a su pasado y tener que fingir fidelidad cuando lo que querría hacer en realidad sería vengarse por tantas atrocidades cometidas. Estaba consciente de que era necesario si se quería tener ventajas sobre Voldemort pero no era justo y sobre todo era muy peligroso. Lindsey todavía no conocía en persona al Señor Tenebroso pero no necesitaba hacerlo para darse cuenta de lo terrible que era.
Tratando de pensar en otras cosas, la mujer se detuvo frente a la chimenea donde tenía una fotografía de sus padres adoptivos, Emily y Jasper.
—Los extraño —dijo en un susurro trémulo después de besar la fotografía.
A pesar de su engaño seguían siendo sus padres y no podía olvidar lo feliz que la habían hecho durante todos los años que los tuvo. Los amaba y los seguiría amando aún después de la muerte.
Posteriormente ella subió a su habitación imaginando el rostro de sus padres biológicos, no podía creer que a esas alturas todavía no supiera como lucían porque aunque ya los había visto en el espejo de Oesed, no estaba segura acerca de si esa era su verdadera apariencia o si era producto de su imaginación. Petunia había sido lo suficientemente egoísta como para negarle ese derecho.
Por su parte, Harry estaba de nuevo instalado en el número cuatro de Prive Drive, muy en contra de su voluntad, sobre todo ahora que estaba consciente de que había otro pariente sanguíneo que lo amaba tanto como lo había hecho su madre.
Recostado en la cama mientras hacía girar con tedio la varita en su mano derecha, repasó mentalmente lo que había sucedido hacía pocas horas...
Al salir de King's Cross, tanto él como los Dursley habían hecho el camino hasta la casa sin decir una sola palabra. El auto estaba cargado de un aire tenso, no obstante, en cuanto estacionaron frente a la vivienda, tío Vernon bajo del auto azotando la puerta.
—No quiero a esa mujer de nuevo en mi casa —dijo Petunia expresando sus pensamientos en voz alta.
—No vendrá, cariño, no lo permitiré.
—Pues tendrán que hacerlo —dijo Harry muy desafiante, azotando la puerta del auto también después de sacar la jaula de Hedwig—, o al menos dejarme salir con ella.
—¡No irás a ningún lado con esa mujer! —espetó Petunia con tanta vehemencia que aunque no alzó la voz pareció gritar. Su propia reacción de inmediato la obligó a mirar a los lados para comprobar si había algún vecino cerca. En cuanto vio a la señora Figg caminar por la acera se tensó e intentó disimular saludándola con la mano, sin tener idea de que la mujer había atestiguado en su contra cuando el abogado de Lindsey la contactó—. ¿Cómo está, señora Figg? ¿Cómo sigue su gato?
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Lindsey Cooper, la hermana de Lily.
FanfictionLindsey Cooper es la hermana gemela de Lily. Ambas fueron separadas al nacer por alguna razón. Aunque creció lejos de su verdadera familia, ella, evidentemente también es una bruja, aunque por haber crecido fuera de inglaterra, solo ha escuchado hab...