Severus Snape, ¿el amigo de Lily?

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Al día siguiente, el asunto de lo ocurrido en la final de los mundiales de quidditch era ya un asunto olvidado y lo que ahora comentaban en el gran comedor eran las expectativas que todos tenían para ese año a propósito del Torneo de los Tres Magos. Dumbledore les habló de las medidas de seguridad con las que contarían y les reveló la fecha en que los colegios visitantes estarían llegando. De pronto, una lechuza gris de ojos amarillos entró por uno de los ventanales con un mensaje en el pico que dejó caer sobre el director. Él lo leyó con detenimiento y posteriormente se excusó, aduciendo que tenía que ir a resolver un asunto en el ministerio y que era uno que tenía que ver con el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.

—No sé en qué estabas pensando cuando decidiste contratar a Ojoloco Moody, Albus, de seguro ya se metió en problemas —comentó Flitwick. 

—Yo sé por qué lo hice, Filius y tú también sabes que, a pesar de su paranoía siempre fue un gran auror, así que es el indicado para ocupar el puesto. 

—¡Vaya! Díselo así mismo al pobre Severus cuando regrese dentro de unas horas —añadió la profesora Sinistra—, a ver si lo entiende.

—Pues tendrá que entenderlo —respondió Dumbledore después de limpiarse los labios con una servilleta.  

—Severus Snape es el maestro de Pociones pero siempre ha ambicionado el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras —reveló Hagrid ante la expresión interrogativa en el rostro de Lindsey. 

—¿No le gusta su asignatura? —preguntó la medimaga, después de darle un sorbo a su jugo de naranja—. Pero si es una asignatura maravillosa y muy útil. Era mi favorita en Beauxbatons y también en la academia de medimagia, tanto que terminé perfeccionandome en la fabricación de brebajes antídotos. 

—No, en realidad él... ama el arte de preparar brebajes y, Pociones también fue su asignatura favorita cuando era un estudiante, pero siempre se interesó por enseñar D.C.A.O, en fin, debo irme ahora. Espero regresar pronto. 

Dumbledore salió del gran comedor y del castillo mientras los demás terminaban de desayunar y conversar. El corazón de Lindsey comenzó a latir más deprisa al despertar esa mañana pues estaba consciente de que ese era el gran día y no podía esperar más a que llegara el momento en que conocería de una vez por todas a Harry Potter, su sobrino, el que de ese día en adelante sería para ella como el hijo que no pudo tener.   

Ella tenía el corazón rebosante de emoción pero al mismo tiempo de nerviosismo y miedo. Le asustaba siquiera imaginar que Harry también la rechazara. Hagrid, al parecer intuyó su incomodidad porque la invitó a dar un paseo por los jardines y también a conocer su huerto y su cabaña. 

Todo en Hogwarts era tan grande: las construcciones, los invernaderos, la lechucería, los jardines y las extensiones de tierra que se perdían en la lejanía o colindaban con el bosque. A Lindsey le era imposible no comparar Hogwarts con Beauxbatons, pero ella, a diferencia de Madame Maxime, no veía a uno mejor que el otro, sino que a cada uno le encontraba su encanto. Mientras Beauxbatons era un precioso palacio de estilo barroco, mucho más ornamentado y elegante, Hogwarts lo superaba en volumen y extensión, siendo este un monumental castillo medieval, más sobrio pero igualmente regio y con un aire apacible que invitaba a la meditación, sobre todo el muelle sobre el lago negro y el puente de madera. 

El huerto de Hagrid estaba muy bien cuidado y poseía todo tipo de legumbres y hortalizas que se diferenciaban de las comunes por su gran tamaño. Hagrid se sentía tan en confianza y a gusto con Lindsey que entre otras cosas que le reveló su secreto mejor guardado, el que se escondía dentro de su paraguas, con el que podía hacer magia sin que los demás se dieran cuenta. 

Lindsey Cooper, la hermana de Lily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora