Valle de Godric

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Lindsey y Dumbledore al fin entraron de nuevo al castillo. El director respetó la voluntad de la muchacha de recibir los alimentos en su habitación a la hora de la cena pues no deseaba que la molestaran y asediaran con preguntas incómodas. La habitación de Lindsey estaba junto a la de la señora Pomfrey en la enfermería. Era grande y estaba decorada con muy buen gusto pero ella le dio el toque final cuando colocó sobre su mesita de noche la fotografía de los Potter y una de Harry que Dumbledore le había otorgado ni bien llegaron al castillo, fotografía que él había tomado de entre los expedientes del chico.

 Era grande y estaba decorada con muy buen gusto pero ella le dio el toque final cuando colocó sobre su mesita de noche la fotografía de los Potter y una de Harry que Dumbledore le había otorgado ni bien llegaron al castillo, fotografía que él hab...

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Ella tomó la fotografía de Harry y la contempló una vez más. Un mechón de cabello le impedía ver la cicatriz de su frente pero cuando él se movía, la dejaba ver por unos breves segundos. Sus ojos eran grandes y expresivos, los mismos de ella, o mejor dicho, de Lily. Lindsey sintió un arrebato de afecto por el muchacho que contemplaba por primera vez en su vida y unas terribles ganas de protegerlo y mimarlo como Petunia jamás lo había hecho. 

Afortunadamente y por más sorprendida que aún estuviese, la señora Pomfrey era sumamente discreta y jamás tocaría la puerta de Lindsey para hacerle preguntas que de seguro estaba cansada de oír, de todas formas ya sabía lo suficiente: esa mujer, su nueva compañera de trabajo no solo era una medimaga brillante sino la hermana gemela de Lily Evans, la nueva tía de Harry Potter. 

Esa noche, a Lindsey le costó dormirse. Cuando lo hizo era ya muy tarde en la noche y la despertó una pesadilla que había comenzado como un hermoso sueño.

Ella caminaba por un prado de flores de lavanda, aspirando para llenar sus pulmones de aire puro. De pronto, sintió una mano suave sobre su hombro derecho y al girarse, observó su mismo rostro y sus ojos, devolviéndole la mirada.   

¡Lily! —exclamó por instinto. Su hermana asintió y ambas se dieron un prolongado abrazo.

Me habría gustado tanto estar contigo pero... 

Lily la hizo callar, colocando el índice sobre sus labios.

Ya habrá tiempo para eso. Algún día estaremos juntas por fin —dijo con voz apaciguadora y Lindsey reconoció su propio timbre de voz en ella. No obstante, la mirada de Lily se ensombreció un poco, como si estuviese preocupada—. Por ahora me complace que estés cerca de mi hijo. Necesito que me lo cuides y que lo guíes en la medida de tus posibilidades. 

De acuerdo, pediré su custodia, pelearé por ella si es necesario... No dejaré que siga sufriendo. Lo amaré como si fuera mío... ¡Te lo juro! 

Te lo agradezco mucho, hermana y aunque no lo creas también tengo que agradecerle a Petunia por haberlo acogido todo este tiempo en su casa. Si él está cerca de ti, estaré más tranquila porque algo terrible lo acecha....  

¿De qué estás hablando, Lily? —preguntó su hermana, observando cómo sus ojos se humedecían.

Él quiere regresar... Él quiere acecharlo de nuevo... 

Lindsey Cooper, la hermana de Lily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora