Un pequeño enfrentamiento.

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Esa noche Lindsey casi no pudo dormir y tenía fuertes razones para justificar su insomnio: por una parte estaba el hecho de que su sobrino Harry era oficialmente, pese a su corta edad, uno más de los campeones del peligroso torneo; y por otra parte estaban las palabras de Moody quién dejó sobre la mesa una hipótesis y una afirmación al mismo tiempo. 

Moody estaba casi convencido de que alguien debía haber engañado al cáliz de fuego para hacer que Harry participara, acto que podría tener un cruel desenlace para el muchachito debido a su escasa experiencia de acuerdo a su edad. En segundo lugar había declarado con excesiva seguridad que Severus Snape había sido un mortífago (dado a lo que Lindsey sabía de ellos el término se confería a los seguidores de Voldemort) ¿Habría él ayudado a su jefe a perseguir a Lily y a su familia?..... ¿Sería él quién había introducido el nombre de Harry en el cáliz con oscuras intenciones? ¡Dios santo! No podía creerlo capaz de semejante atrocidad aunque... a decir verdad no podía presumir de conocerlo demasiado.

Lindsey cerró los ojos evocando el día en que Snape cerró la herida de su mano con aquel extraño hechizo sanador e incluso le fue imposible no acordarse de la intensidad con que la había besado en mitad de la noche; le pareció tan apasionado, tan romántico incluso (a pesar del atrevimiento) ¿Cómo era posible que alguien así pudiera haber hecho tanto daño? Entonces recordó las palabras de Dumbledore: 

Severus Snape se apartó de Voldemort mucho antes de su declive y yo lo demostré en su momento cuando fue necesario.

Ella no sabía si Snape había sido un mortífago o no, tampoco lo conocía lo suficiente para afirmarlo o negarlo, pero si Dumbledore lo defendía y le guardaba tanta estima como parecía debía ser por algo. De todos modos lo que más le angustiaba era el hecho de saber que Harry corría un gran riesgo al participar en ese torneo.   

 —No puedo permitirlo —susurró para sí misma mientras giraba en la cama pensando con decepción que realmente no podía hacer algo al respecto.

Al salir del salón de trofeos, Snape no se dirigió a su habitación sino que abrió las puertas del castillo y se fue al exterior, directamente hacia el puente de madera, más allá de la explanada. Estaba rojo de ira, sintiendo la sangre arder dentro de sus venas. Quería que la fuerte brisa que arremolinaba sus cabellos se llevara toda la vergüenza que sentía al verse descubierto frente a Lindsey quién ahora debía estar pensando lo peor de él gracias al malnacido de Moody. 

¿Qué necesidad tenía ese viejo decrépito de exponerlo de esa forma, insinuando además que él quería hacerle daño a Potter? Por otro lado ese asunto también lo dejó pensando ¿Cómo había hecho Potter para introducir su nombre en el cáliz? En un principio había creído fervientemente que no había sido nadie más que el propio muchacho el autor de la fechoría, pero debía reconocer, muy a su pesar, que al menos en ese aspecto el chiflado ex auror tenía razón. Dumbledore no había cometido ningún error al trazar la línea de la edad, él mismo lo había visto, entonces ¿cómo podría haber cruzado Potter sin haber sufrido las consecuencias? ¿O sí habría sufrido algún efecto secundario y su tía lo habría ayudad...? ¡No! Sería imposible. Pero de alguna forma se las habría ingeniado...

Snape deslizó la palma de la mano derecha por su rostro tratando de serenarse, no podía dejar que ese viejo loco lo sacara de sus casillas. Al día siguiente debía hablar con Lindsey. No entendía por qué pero seguía molestándole como una punzada en el corazón el hecho de saberse descubierto por ella, que pensara que era un desalmado. Le era imposible apartar de su mente la mirada llena de terror y sorpresa cuando el viejo fenómeno reveló que él era un mortífago.  

Al día siguiente después del desayuno, Lindsey se puso muy triste cuando Harry le dijo que Ron no quería hablarle. Comprendía que ese era solo un arrebato de orgullo adolescente pero al mismo tiempo le dolía que el mejor amigo de su sobrino no le creyera. Afortunadamente Hermione sí le brindaba todo su apoyo. 

Lindsey Cooper, la hermana de Lily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora