Una visita nocturna

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Nota de autora: Mis queridos lectores (as) en vista de que ustedes tienen que esperar ocho largos días para poder leer un nuevo episodio de esta historia (debido a mi trabajo y otras actividades que tengo que realizar) esta semana les he traído uno más largo de lo normal y además con un final impactante y algunas imágenes incluídas que sé que les va a encantar. Espero sinceramente que les guste y que lo disfruten tanto como yo disfruté creándolo.

Un beso y agradecida por tanto apoyo y cariño reflejado en sus votos y esos preciosos comentarios, se despide 

                                                                                                                                Hermaire  



Los días fueron pasando dentro y fuera de los muros del castillo, como si nada estuviera ocurriendo, indiferentes, a excepción de unos cuantos que navegaban en un mar de incertidumbre, haciéndose miles de preguntas mientras se valían de la memoria para viajar al pasado en busca de respuestas, como Petunia Dursley que no podía evitar derramar lágrimas (aprovechando que su marido se había ido al trabajo y su hijo se encontraba en el colegio) mientras revisaba las viejas fotografías familiares de su infancia. Recordaba el mismo llanto silencioso en los ojos de su madre, todas las mañanas mientras preparaba el pastel de cumpleaños de Lily (quizá pensaba en su otra hija, esa que había nacido muerta) 

Si bien no soportaba verla haciendo magia, Petunia no odiaba a Lily en realidad, solo la envidiaba por tener poderes especiales. Junto a su hermana se sentía opacada y débil, sobre todo cuando sus padres elogiaban sus proezas, a pesar de que los señores Evans nunca tenían favoritismos, pero Petunia solo se centraba en la atención especial que ambos le brindaban a Lily cuando ella regresaba de Hogwarts, sin tomar en cuenta que ella había pasado todos esos meses lejos de ellos mientras que ella (Petunia) los había tenido todo el tiempo. 

Cuando Lily murió, Petunia tuvo una mezcla de sentimientos, por una parte sintió un dolor agudo atravesar su alma por haber perdido a su única hermana, su cabeza se llenó de recuerdos alegres que, irónicamente le provocaban más dolor en esos momentos; pero por otra parte (y esto no lo reconocería jamás) muy en el fondo sintió alivio porque de alguna forma pensó que la magia había muerto con ella. Era como si sintiera que junto a Lily, estaría también enterrando todo ese mundo lleno de cosas inexplicables. Pero verse forzada a criar al hijo de Lily había sido el colmo... hasta que ella, Lindsey, apareció... ¿Por qué había regresado si la creía muerta? Sin embargo, por otro lado se preguntaba cómo sería la reacción de Harry al verla y, sin saber por qué, sin poder identificar todavía ese sentimiento, se llenó de ira, levantándose abruptamente de la cama, dejando caer el álbum fotográfico que tenía sobre la falda.    

—Si ella cree que puede quedarse con él está muy equivocada. Ella no es mi hermana ¡La desconozco! —dijo con rabia mientras las lágrimas le corrían por el rostro—. Es una extraña, otra bruja igual a ella, una vergüenza para la familia y... no quiero que se lo lleve, no quiero verla complacida. 

A kilómetros de distancia, amparado bajo un disfraz, aparentando ser un muggle cualquiera, Sirius Black contemplaba a Hedwig mientras ella se perdía en la distancia, acababa de escribirle una carta a su ahijado, reportándose al fin, respondiendo su anterior esquela. Sacó un pedazo de pergamino que mantenía en su bolsillo y releyó la carta recién recibida de Harry donde dos cosas habían llamado su atención: 

Querido hocicos. 

Fiel a la promesa que te hice de mantenerte informado sobre cualquier cosa que aconteciera conmigo, quiero contarte dos cosas desconcertantes e igualmente importantes, una no estoy seguro de si es buena o mala, pero la otra te puedo asegurar que es grandiosa. No vas a creer lo que voy a contarte... 

Lindsey Cooper, la hermana de Lily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora