Un intruso

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Severus despertó de pronto azotado por la culpa. Había tenido un sueño terrible donde el Señor  Tenebroso asesinaba a Lily frente a él a pesar de sus ruegos... Severus le había pedido previamente que respetara su vida y el mago oscuro había accedido a su petición. 

—Si tanto te gusta la sangre sucia no le haré daño. Has sido de mucha ayuda y por lo tanto mereces una recompensa, así que cuando yo haya terminado con su familia podrás ir por ella. 

Esas habían sido sus palabras cuando intentó persuadirlo de que no tomara a los Potter como objetivo, que tal vez se había equivocado con la profecía pero al escuchar la respuesta tan fría del mago oscuro se dio cuenta de la magnitud de la gravedad de lo que había hecho. Se sintió asqueado e irreconocible ¿En qué momento se había vuelto un monstruo? ¿Por qué reveló esa profecía? Lamentablemente cuando quiso remediarlo tratando de persuadir a su amo para que no atacara a la familia (Aunque si Voldemort decidía atacar a los Longbottom también tendría que lidiar con esa culpa en su consciencia) fue demasiado tarde, El Señor Tenebroso estaba decidido a acabar con el pequeño de los Potter,  así que Severus no lo pensó dos veces para suplicar por la vida de Lily.... 

¡Nooooooooo! —gritó el profesor de Pociones en sueños tratando de interponerse entre el hechizo asesino y su objetivo pero ya era demasiado tarde. Lily cayó muerta al suelo. 

Severus despertó sobresaltado y al mismo tiempo aliviado de que solo hubiese sido una terrible pesadilla. A su lado Lindsey dormía profundamente, boca abajo. La sola visión de sus párpados cerrados y la palidez de su piel que se intensificaba con la luz azulada  de la varita del pocionista, lo hizo imaginar como luciría su hermana muerta y eso lo estremeció de horror porque no quería perderla también. Entonces acarició su espalda pensando en lo que había sucedido entre ambos. ¿Había sido una locura? No se arrepentía de haberla amado, al contrario, quería tenerla consigo para siempre, se sentía pleno y feliz de ser correspondido en sus sentimientos pero no dejaba de pensar en lo que había hecho. ¿Qué pensaría ella si supiera que había sido precisamente él quien le informó al Señor Tenebroso acerca de la profecía? ¡No! No quería ni pensar en ello, no quería perderla —pensó mientras besaba su piel siendo lo suficientemente delicado como para no despertarla.

¿No sería mejor que ella lo supiese por su propia boca? ¿Agradecería su sinceridad o lo aborrecería? 

Lindsey se movió un poco así que Severus se alejó para dejarla descansar. 

No tenía sueño, las pesadillas y la incertidumbre no le permitirían permanecer en la cama, así que se puso encima su camisón gris y se sentó en un sillón después de encender las velas de un candelabro para contemplar mejor a Lindsey dormida... Le gustaba tanto mirarla como en su momento contemplaba a Lily.  

No podía apartar de su mente esa sonrisa llena de ternura y felicidad de Lindsey cuando la besó al regresar de Hogsmeade. ¿De verdad se habría enamorado de él? En ningún momento se había mostrado reacia a sus besos o caricias. ¡Por Dios que no se arrepentía de haberle hecho el amor! Porque más que simplemente desearla ansiaba su corazón y parecía haberlo obtenido... Era como si la vida le otorgara una segunda oportunidad... como si le hubiese concedido lo que había deseado por años... 

No obstante sus cavilaciones fueron abruptamente interrumpidas al escuchar ruidos en su despacho. Estaba sentado con la cabeza descansando sobre el puño derecho pero al oír ese ruido levantó la cabeza enseguida y sus alarmas internas se encendieron.     

—¿Qué fue eso? —pensó mientras se ponía de pie afirmando la varita.

Escuchó claramente el sonido de un mueble rodándose, luego una especie de gemido y finalmente algo de cristal rompiéndose así como la puerta abrirse y una marcha apresurada. Estos últimos sonidos lo hicieron levantarse abruptamente del sillón y salir corriendo hacia el despacho.  

Lindsey Cooper, la hermana de Lily.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora