Habían pasado quince minutos, los cuales Amelie había sentido como una hora entera. Ni siquiera estaba disfrutando su comida, pues no tenía cerebro para pensar en algo más que en los nervios que le provocaba la existencia de Tiare.
Tiare aún no se había dado cuenta de su presencia, pero era cosa de tiempo para que pasara, pues el restaurante no era un lugar grande y no había suficientes personas para hacerla pasar desapercibida.
Amelie intentaba mirar a Tiare disimuladamente cada cierto tiempo, con la intención de saber qué hacía y si ya la había notado, hasta que sus miradas se cruzaron.
«Maldita sea», maldijo Amelie en su interior, pues era obvio que la había reconocido.
Amelie agarró la mano de Eliza, quien estaba a su lado, lo que llamó la atención de todos en la mesa. Las dos eran amigas, pero no solían tomarse de las manos. Al único que Amelie tomaba de la mano era a su mellizo.
—No se queden en silencio... finjan normalidad.
—¿Qué pasa? —preguntó Eliza.
—Por favor no miren..., pero la chica morena de la mesa en la esquina de la derecha es la chica que me gusta.
Todos giraron sus cabezas a la derecha de Amelie.
—Dije que no miraran —masculló.
Todos volvieron a enderezar sus cabezas, comiendo su comida y fingiendo que nada pasaba.
—Dame un beso —le pidió Amelie a Eliza.
Eliza casi se atraganta con un pedazo de su hamburguesa.
—¿Qué? —preguntó en voz baja.
—Solo por hoy... finge que eres mi novia.
Eliza miró hacia todos lados.
—¿Yo?
—Nadie más aquí puede hacer eso.
—Lucy o Jade.
—Lucy está al frente, no la puedo besar sin pasar por encima de la mesa y Jade... —Amelie le dio una mirada a Jade—. Jade es muy heterosexual.
—¿Eso se ve? —preguntó Jade.
Amelie se volteó para verla y se acercó a su cara.
—Dame un beso.
Jade se sonrojo, nerviosa.
—¿Ves? Eres demasiado obvia —le dijo, para luego volver a ver a Eliza—. Te lo pido como amiga...
Eliza bufó.
—Solo por hoy —accedió de mala gana.
En ese momento, Tiare se levantó de su asiento, iba en dirección al baño. Amelie agarró la cara de Eliza y le dio un beso. Tiare les dio una mirada algo confundida, pero siguió su camino.
Cuando Amelie se separó de Eliza, miró a los demás.
—¿Nos vio?
—Sí —respondió Lucy—. Aunque no pareció muy dolida.
—La chica con la que está es su novia... yo no le gusto —aclaró Amelie.
—¿Entonces para que este show? —preguntó Eliza.
—Pues para que sepa que no me importa.
—Bueno, sí te importa... —le dijo Dominic.
—Pero ella no tiene porque...
—Viene —avisó Ackerley.
Lucy carraspeó.
—Que terrible, ¿no? No puedo creer que el combustible suba de precio de esa manera, es un abuso...
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La Casa de los Universitarios Locos
HumorJade, una estudiante de enfermería, necesita encontrar un lugar para vivir después de que su familia deba irse de la ciudad en donde ella estudia. Gracias a una prima conoce a Eliza, otra universitaria que tiene una casa que comparte con seis chicos...