Capítulo 18: Eliza, Dominic y los Mellizos

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Tres años antes

Eliza estaba nerviosa, era su primer año de universidad y sus padres la dejarían con una gran responsabilidad: su casa.

Sus padres y hermanos se mudarían a otra cuidad, pero ella quería quedarse ahí. Había entrado a la universidad que quería asistir y no abandonaría la oportunidad solo porque su hermano mayor debía irse para ser un gran jugador de fútbol americano.

Sus padres podrían haberse quedado ahí con ella, pero la ciudad a la que se iría su hermano mayor era mucho más grande y llena de oportunidades, por lo que sus padres habían decidido hacer un cambio.

Obviamente vivir sola en una casa con ocho habitaciones no le parecía lógico, por lo que haría lo que su padre le propuso: conseguir compañeros y hacer que la ayudaran con los gastos de la comida y las cuentas.

Ese día era el primer día que estaba sola, su familia se había ido en la mañana, después de dejar la casa impecable y con la mayoría de los muebles del primer piso. Ese día tenía conocería al primer chico que se había contactado con ella: Dominic Rizzo.

Eliza estaba sentada en el sofá de la sala cuando sintió la puerta y corrió a abrir. Llevaba sola unas horas y ya se sentía algo asustada. Al otro lado de la puerta, había un chico rubio, alto y de ojos cafés. Era Dominic.

Dominic sintió un flechazo en su corazón al ver a Eliza. Su cabello rojo, sus ojos cafés, sus piercings y los pequeños tatuajes que tenía en los brazos lo habían enamorado a primera vista.

-Hola -saludó Dominic un poco nervioso-. S-soy Dominic.

-Lo sé -dijo Eliza, con una risita-. Pasa para que hablemos.

Eliza le hizo unas preguntas. Dominic también empezaría la universidad ese año, estudiaría historia y provenía de un pequeño pueblo, por eso debía mudarse a la ciudad.

-Hay ocho cuartos, uno es mío y los otros están todos desocupados -le explico Eliza-. Todos son más o menos del mismo tamaño, pero por ser el primero, podrás elegir el que quieras.

Los padres de Eliza siempre habían querido tener una familia grande, por eso habían ampliado tanto esa casa, para que cada uno de sus hijos tuviera su cuarto privado, y aunque sonaba una cantidad de hijos un tanto exagerada, los señores Williams tenían mucho dinero y habían decidido adoptar también. Eliza y su hermano mayor eran los únicos hijos biológicos, pero eso nunca había hecho una diferencia, realmente.

-Genial, ¿cuándo puedo venirme?

-Lo antes posible... Estoy sola desde la mañana y estoy algo asustada -confesó, avergonzada.

-Está bien. Mañana mismo me mudaré.

Eliza asintió y lo llevó al segundo piso para que eligiera el cuarto.

Cuando Dominic estaba por irse, habló:

-Creo conocer a dos chicos que también necesitan un lugar.

-¿En serio?

-Son mellizos e iba con ellos a la escuela... Uno de ellos irá a la misma universidad que yo. Quizás les guste la idea.

-¡Sería fantástico!

Mientras antes tuviera inquilinos, para Eliza sería mejor.

[...]

Cuando Dominic llegó a su casa comenzó a hacer sus maletas para que sus padres lo llevaran a la ciudad al día siguiente y luego, decidió contactar a los otros dos chicos.

Dominic salió de su cuarto para hablar con su madre.

-Mamá.

-¿Qué pasa mi amor? -preguntó ella desde la sala. Estaba tejiendo sentada en el sofá.

La Casa de los Universitarios LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora