Capítulo 13: Conflicto

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Eran las cinco de la madrugada cuando Jade despertó de una pesadilla. Estaba sudada y su respiración era irregular. Había soñado con Mark y su nueva novia.

Cada cierta cantidad de días tenía pesadillas sin sentido y en todas estaba Mark, aunque fuera como personaje secundario.

—Maldición —Jade se dejó caer sobre la almohada de nuevo e intentó volver a dormir.

Por suerte, era sábado y no importaba si dormía mal, no tenía que concentrarse en ninguna clase. Lo terrible era cuando su sueño se veía interrumpido un día de semana, cuando al día siguiente debía levantarse temprano y, además, procesar información y ponerla en práctica.

Lamentablemente, Jade no contaba con que Penny y Eliza tuvieran una salida de chicas planeada ese día. Las cinco salieron al centro comercial a comer y comprar..., pues para eso eran los centros comerciales.

Dominic, Ackerley y Javier estaban en la sala de la casa viendo alguna película a la que ninguno le estaba prestando real atención.

Ackerley estaba pensando en Penny, Dominic en todas sus amigas y Javier en porqué irían a comer a otro lugar cuando lo tenían a él para cocinar.

Javier sabía que no había ningún restaurante de centro comercial capaz de hacer comida tan buena como la que él hacía.

—Debimos ir con ellas —comentó Dominic.

—¿Eres chica? —preguntó Ackerley.

—¿Y tú qué sabes? En este mundo nadie puede asumir nada de otra persona.

—¿Te sientes mujer? —le preguntó Javier.

—No, no soy tan fuerte como para soportar ser mujer.

Dominic tenía una hermana y una madre y definitivamente había cosas que él no podría aguantar, como los cólicos a causa de la menstruación o un embarazo. Pobre de su madre que había tenido que darlo a luz a través de su vagina.

Los tres volvieron a quedarse en silencio.

—¿Qué pasa si un pervertido las acosa? —Javier no contaba con que ningún pervertido era tan valiente como para acosar a un grupo de cinco chicas.

—Peor, ¿qué tal si una conoce a un chico y lo trae aquí? —Dominic hizo que los otros dos guardaran silencio.

Uno de los mayores miedos de todos era que una de las chicas (excluyendo a Amelie) consiguiera un novio, lo metiera a la casa y no les agradara.

—Creo que lo correcto es cerciorarnos de que todo esté bien —concluyó Ackerley.

Los tres se pararon de un salto y salieron de la casa en dirección al centro comercial. El lugar era enorme, ninguno sabía cómo las encontrarían, pero todos esperaban tener un golpe de suerte.

—Allá —apuntó Javier cuando vio la cabellera morada de Penny en el piso de arriba.

Los tres subieron corriendo, pero mantuvieron la distancia, solo querían observar, no intervenir.

Los tres chicos estuvieron observando a sus amigas desde la lejanía por al menos una hora, hasta que las cinco terminaron sus compras.

Todo iba perfecto hasta que salieron a la calle y ellas se toparon con los chicos que vivían en la casa atrás de la suya.

Eran cuatro hombres de casi la misma edad que todos ellos, pero ninguno les agradaba. Eran unos idiotas bastante desagradables, de esos que acosaban a los más débiles en la escuela y les quitaban su dinero.

—Pero miren a quien tengo el placer de encontrarme, mi preciosa Eliza —dijo uno.

Jade no entendía que pasaba, pues no había tenido la mala suerte de conocerlos hasta ese momento.

La Casa de los Universitarios LocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora