Amelie estaba saliendo de su universidad concentrada en la pantalla de su celular, como siempre, cuando chocó con una chica por accidente. La chica cayó al suelo, igual que el celular de Amelie, el que, por suerte, no se rompió.
Los ojos de Amelie brillaron al ver la belleza inhumana que había tirado al suelo, tan aturdida estaba por la belleza de la chica que ni siquiera se dio cuenta de que esta la miraba como si la odiara.
—Para la otra, fíjate por dónde caminas —dijo la extraña, de claro mal humor.
Amelie ni siquiera supo el nombre de su nuevo crush, pero no pudo dejar de pensar en ella en el resto del día, ni siquiera en la cena, mientras todos la miraban. Por primera vez tenía la pantalla de su celular bloqueada y estaba mirando su alrededor.
—¡Amelie, tu baba está cayendo sobre la sopa! —le dijo Eliza, pero Amelie no reaccionó.
—Casi puedo ver los corazones que salen volando a su lado —comentó Jade.
—¡Yo quería hacer ese comentario! —le reclamó Lucy.
Ackerley miraba a su melliza sabiendo exactamente lo que le pasaba. Ellos tenían esa conexión de mellizos, no tan fuerte como la de gemelos, pero se conocían tan bien que sabían que pasaba por la cabeza del otro en un momento dado.
—¿Quién es? —preguntó Ackerley.
—No tengo idea... —respondió Amelie, con la mirada perdida—. No sé ni siquiera su nombre..., pero debe ser hermoso.
Lucy bufó.
—Que fácil de enamorar eres.
—Tú demasiado amargada para enamorarte.
A Lucy no le pareció una ofensa tal comentario, principalmente, porque había razón en él. Lucy no era una persona muy demostrativa ni sentimental y, al igual que Ackerley, jamás se había enamorado.
Todos terminaron su cena y subieron a sus respectivos cuartos como siempre.
Después de un rato de estar en su cuarto, Jade decidió que debía investigar lo que sucedía con la historia que le habían contado sus amigos.
Comenzó a pensar quien era el más fácil de convencer de todos sus compañeros. Ackerley y Lucy no eran ni siquiera una opción, estaba segura de que ellos la podrían mandar al diablo en dos segundos, y Eliza la evitaría a toda costa.
—Empezaré con el más fácil —se dijo a sí misma.
Jade salió de su cuarto en dirección hacia el de Javier, tocó la puerta y el chico le abrió con una sonrisa.
—¿Qué pasa?
—Tengo una pregunta para ti.
—Pregunta —dijo emocionado.
Jade acercó un poco más a él para que la oyera y susurró:
—¿Qué pasó con la persona que vivía antes que yo aquí?
Javier dio una sonrisa, fingiendo desconcierto.
—¿Vivía alguien más aquí? No lo recuerdo —mintió.
Jade lo miró extrañada, el chico era muy bueno actuando, quizás Lucy le había dado clases.
—¿Seguro?
—Si alguien hubiera vivido aquí, lo recordaría.
—Está bien... —Jade supuso que no le sacaría nada, solo terminaría ahorcándolo en su desesperación.
Javier le dio una sonrisa y le cerró la puerta en la cara.
Inmediatamente fue al cuarto de Amelie y tocó la puerta. Casi de inmediato oyó un "pasa" y entonces entró.
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La Casa de los Universitarios Locos
HumorJade, una estudiante de enfermería, necesita encontrar un lugar para vivir después de que su familia deba irse de la ciudad en donde ella estudia. Gracias a una prima conoce a Eliza, otra universitaria que tiene una casa que comparte con seis chicos...