The family Delacroix ©

Capítulo 18

Capítulo 18: La grandeza del perdón, el dolor de la mentira y un pasado tormentoso.

Dafne.

(Foto: mi Sofie hermosa)

Estaba caminando por la arena de la playa, mientra pensaba, ayer no vi a Yaviv apesar de que era su cumpleaños, al parecer, como me lo contó su hermano Omer, no lo celebra. La universidad ha sido asfixiante esta semana, no dejo de estudiar y es peor ya que tardo el doble aprendiendo porque me desconcentrada muy rápido.

Todo lo que ha estado pasando en mi vida en los últimos dos veces es bastante complicado y por más que intente, no logro encontrar una solución: el micrófono en la chaqueta de Eddie no a servido del todo porque cuando la utiliza sólo es para hablar de estupideces con su amigo Rich, así que no puedo sacar a mis primos de la banda del tío Douglas y por otro lado, la banda del tío Douglas sigue con sus trabajos extraños haciendo que cada noche que los chicos salen a hacer ese tipo de cosas, no pueda dormir.

Estoy altamente preocupada por ellos, la policía puede encadenarlos muy pronto, algo me dice que los tienen en la mira. Al menos, no han necesitado más de mi o Gen, a diferencia del club nocturno de las Daniela's que sigue generando fama en la ciudad.

Por último, está el problema con Yaviv. ¡Dios mío! ¿Qué haré con mi corazón? Cerré una parte importante de mi pasado ayer, cuando Eddie me llamó, me siento en paz con él por primera vez en mucho tiempo y ahora estoy en un gran problema, no sé si me gusta Yaviv, no sé si le gusto a él. Pero algo si es cierto, todos los caminos me llevan a él, inclusive, en mi mente, cualquier pensamiento me lleva a él... y estoy empezando a preocuparme.

Me senté en un extremo de una banca que daba en dirección al mar, sin darme cuenta que en el otro extremo había alguien.

Ella me miró por un momento y yo la veía, veía como dos lágrimas salieron de sus ojos extendiendose por toda su cara.

Se aclaró la garganta y habló, me habló a mi:

—Té he analizado. Tan pequeña, tan normal. "Ni muy hermosa pero para nada horrible" pensé y luego de decirme eso a mi misma me rectacte inmediatamente, porque tú no eras la culpable... No eres la culpable de nada... Me odio por no odiarte. Pero eso esta bien, ¿cierto? No somos culpables

Eso si que me tomó desprevenida. Estaba sonrojada de la vergüenza, mi boca se abrió al igual que mis ojos. Ella lo sabía... y no quería matarnos.

—Sinceramente no sé como sentirme —continúa—. Gané. Él me eligió... porque no tenía otra opción. Pero sólo de pensar en todo el dolor que nos causó, los celos estúpidos que yo sentía cada vez que te enviaba una carta, a lo que ésta historia conllevó. Sinceramente no sé siente como ganar.

—¿Lo sabias desde hace mucho? —fue lo único que me atreví a preguntar.

—¡Oh, pequeña Dafne! La verdad es que lo supe desde el principio. Era algo que presentía, pero cada vez que te escribía una carta, sin que él se diera cuenta, antes de que su chófer las llevara para que te la pudieran enviar, yo las leía. Ahí supe todo —me dio una sonrisa triste—. Aveces quería ser tú. Luego volviste, te besaste con él en el yate, luego en la universidad... y esa carta... la carta que él me dio. Tú nos viste... esa no era su letra.

Jamás volveré a cuestionar la inteligencia de una mujer enamorada.

—Se la di yo —susurro.

—Y el imbécil me la dió a mi —concluye con ironía.

—Escuchame. De verás quiero que lo hagas —comencé a explicar luego de un momento, era hora de hablar—. Es cierto, nos besamos, un día él me drogo, él me mintió y sucedieron muchas cosas, pero... ¿sabes por qué nunca quise volver con él después de enterarme de que era tu novio? Porque a pesar de que en mi corazón abundaba el perdón, nunca podría volver a sentir el mismo amor. Porque realmente no importa si perdonas, si no hay amor sincero, todo al final se quiebra.