Capítulo 36:
La despedida y el dolor de la muerte.Miércoles. 8 de abril, 2020.
Jonah.
Cada día que pasa es más difícil que el otro.
Intento ser muy optimista todos los días, pero algo dentro de mi me da una bofetada: no soy más que un cuerpo defectuoso.
Mi mirada está centrada en la vista que da la habitación de Dan. Hoy más que ayer, siento pena por él.
He estado deseando tenerle entre mis brazos tanto tiempo que he perdido la cuenta, pero siempre llegan pensamientos que me hacen dudar.
¿Seré suficiente?
¿Él me amará toda la vida?
¿Se cansará algún día de ser mi enfermero particular?
¿Un día se despertará y me verá como una carga que no debería de estar llevando?
Todo se nubla después y lo único que quiero hacer es llorar.
No miento, a veces me levanto sintiendo que no tener piernas no es un impedimento para lograr todo lo que me proponga, que en lugar, es una razón para dar gracias por respirar y sonreír porque aún tengo brazos, cerebro y voz.
Pero mi vida se convirtió en una montaña rusa, hay momentos en donde estoy en lo más alto y otros en dónde la caída es tan fuerte que creo que no lo lograré.
Hoy me siento en el subsuelo.
Me pregunto si algún día podré conformarme y sentirme segura, si algún día dejaré de pensar en todo lo malo y seguiré adelante, la respuesta es clara: no lo sé.
—Hoy has estado muy callada.
Su voz resuena en la habitación y yo no me siento digna de mirarle a los ojos.
—Hoy no es un buen día.
—Pero, ¿de qué hablas? —me contradice acercándose a mi—. Es un buen día para hacer un picnic, ¿qué te parece?
Sé lo que hace. Es lo que los doctores le dijeron que hiciera. Mi estabilidad emocional cuelga de un hilo debido a lo sucedido y Dan tiene que tratar de contentarme porque puedo sufrir una fuerte depresión si no logran detener mi mal estado a tiempo.
Me doy la vuelta en la silla de ruedas y lo miro. Su sonrisa es cambiada rápidamente por un semblante serio y sabe que no estoy de ánimos.
—Vale —dice él entendido todo—. ¿Qué quieres hacer?
—Estar sola, quiero pensar.
—Puedes estar sola, estando conmigo.
Lo miro severamente.
—¿Algún día te cansarás?
—¿De qué? —pregunta con el ceño fruncido.
—De estar conmigo.
Dan suspira.
—¿Volveremos a hablar de lo mismo?
—Lo hablaremos las veces que sean necesarias —contesto molesta.
No quería ser mala con él, ya que Dan entendía cómo me sentía, pero ese era el problema, tenía demasiado miedo de que un día se agotara de comprenderme y me dejara.
Sentía demasiada inseguridad, porque no podía hacer nada para que él se quedara conmigo. No tengo ninguna virtud que haga que Dan me quiera, no puedo ofrecerle nada y eso me mataba del miedo.
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The family Delacroix ©
Mystery / ThrillerSus caminos estaban destinados a encontrarse. Eran enemigos, pero desde la primera mirada un fuego creció en ambos. El fuego de la destrucción. Dafne pertenece a una familia oscura y llena de secretos: la mafia enriquecida de sustancias tóxicas co...