Capítulo 19

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Capítulo 19:
El poder de Dan, Dash y Dafne, juntos.

Dafne.

Mi palma se estampa contra su mejilla.

Estoy muy enojada.

—¿Pero qué caraj...

—¡Pudiste habérmelo dicho, Yaviv! ¿Qué pasa por tu cabeza? —le interrumpo.

—Bueno, diría que lo tienes merecido —murmura Dash sarcástico—, pero, deberías de escucharlo, Daf.

Estábamos en una cabaña cituada en lo profundo del bosque, era muy pequeña pero acogedora, contaba con una pequeña sala junto a la cocina y comedor y tenía dos habitaciones, una debía de ser el baño. Todo era de madera, con calefacción y pequeños velas, perfecto para no pasar frío de noche. Me pregunto si alguien podría encontrarla y eso me lleva a la realidad, algo muy malo tuvo de haber pasado como para tener la necesidad de esconder a Sofie aquí y hacerla pasar por muerta

—Sí, debería. Pero no pienso hacerlo. ¿En dónde está Sofie?

—En la habitación. Está dormida —responde Dash para luego mirar a Yaviv—. Por cierto, Alabitt... en ésta cabaña hay una sola habitación... y una sola cama. ¿En dónde se supone que dormiré cuando me quede con ella?

Yaviv rueda los ojos y le dedica una mirada cómplice, para luego sonreír.

—No lo niegues, les estoy haciendo un favor.

Abro mis ojos a más no poder al entender sus palabras.

—¿Qué sucede contigo y Sofie? —pregunto rápidamente a Dash, que está igual de sorprendido como yo. Su expresión es de consternación y pena. Sus mejillas comienzan a sonrojarse y es allí cuando entiendo todo.

"Al menos no es nuestra sangre" pienso.

—¿Quién te lo dijo? —le reprocha Dash al pelirrojo.

—No hace falta que nadie diga nada —afirma con obviedad—. Sofie no ha dejado de hablar de ti desde que te conoció. Curioso porque fue justo cuando besaste a tu prima —le toca el hombro con su mano, como si fuesen amigos—. Linda forma de lugar, ¿eh?

—No te parto la cara de un golpe por respeto... a Sofie.

A Sofie.

—¿A Sofie? ¿Y yo qué? —no podía creer esto —. Pero, esperen... ¿en qué momento?

—¿La verdad? —se excusó Dash—. Justo hoy. En éste momento.

En este momento.

—¿Entonces mientras yo lloraba por Sofie ustedes estaban declarando su amor mutuamente?  —pregunté exaltada.

—¿Y no me piensas dar las gracias? —añadió Yaviv mirando a Dash.

Pudrete —le contestó Dash.

—¡Sí, Yaviv! —concorde—. ¡Pudrete! Es malo jugar así conmigo, ¿acaso te gusta verme sufrir? Me sentí horrible cuando me enteré de que Sofie había muerto... y por tu culpa. ¿Qué pasa por tu cabeza? ¿Acaso eres estúpido?

Utilizar sus palabras en su contra me hacían sentir liberada, pero culpable. Aunque disfrute que salieran de mi boca, no se sentía del todo bien.

—Me produces ansiedad —soltó Yaviv sin más y se tiro en un sofá individual como un saco de papas.

—¿Por qué?

—Eres insufrible.

—Y tú un mentiroso, es que...

The family Delacroix ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora