The family Delacroix ©

Capítulo 37

Capítulo 37:
La incertidumbre de la separación y una familia desastrosa. 

Viernes. 8 de mayo, 2020.

Dafne.

Un mes.

Había pasado un mes y aún no sabía absolutamente nada de Yaviv.

No sabía cómo sentirme al respecto. Vivía en un contante cambio desde que lo conocí. El mes pasado luego del funeral de Vanessa, hice un viaje directo a casa. No podía seguir ignorando el hecho de que mis padres no sabían nada de lo que había ocurrido.

Para mi sorpresa, mamá sabía la verdad y estaba tan preocupada como mi familia, ella se encargó de que papá no supiera nada y fingía llamarme, mientras Danett fingía ser yo cuando él me enviaba mensajes de texto para saber cómo estaba.

Cuando llegué a casa abracé a mamá con todas mis fuerzas, su calor, su amor y compresión era todo lo que necesitaba para sentirme mejor.

Ver a papá tomando café todas las mañanas me hacía sonreír y aunque lloraba todas las noches, mamá me abrazaba tan fuerte que me hacía sentir segura. Necesitaba esto. Necesitaba desconectarme y estar con los dos seres que más amo en ésta vida. Ellos, siendo simplemente ellos, hacen que todo lo que sucede dentro de mi sea menos duro.

Mamá me preguntaba mucho porque sonría poco, tuve que decirle la verdad. A ella no le agradó la idea de que mi corazón perteneciera específicamente al hijo del hombre que me causó tanto daño, pero respeta mi decisión y no se interpone.

En casa me siento segura. Pero tan sólo piso un pie fuera de mi hogar y todo se vuelve turbio en mi memoria. Siento que me persiguen, miro muchas veces a mi alrededor, vivo en una constante incertidumbre de que algo malo está por pasar y no saber nada de él me arruga el corazón.

A veces, tengo que detenerme y colocar la mano en mi pecho, sentir los latidos de mi corazón y saber que aún vivo, que aún existo.

"Quiero que sepas que hasta el último día de vida intentaré estar contigo." las palabras de Yaviv llegan a mi mente y siento como se nubla mi vista.

Yaviv.

Si él primer día que lo conocí en ese yate, me fueran dicho que iba a ocupar tanto espacio en mi corazón, me fuera reído a carcajadas. Pero ahora, meses después y con el corazón inundado de él, todo se vuelve más doloroso.

Al principio negué rotundamente su decisión. Era demasiado peligroso, pero conforme iban pasando los día y releía su carta, entendía que cada persona es digna de tomar decisiones por su propia cuenta, que tampoco debía interponerme. Hoy, por ejemplo, siento que todo ha sido más llevadero.

Nadie sabía lo que yo sabía y eso me hacía sentir importante. Yo era importante para él y aunque se había ido sin dejar rastros, una parte de mi seguía estando con él, en dónde sea que estuviera.

Mire a mi padre desde el asiento trasero del auto, íbamos camino a Boring, de nuevo.

Había pasado un mes entero que no visitaba la fantástica ciudad que me ha traído tantos problemas y un buen amor que ahora está lejos.

—Papá.

—Sí, cariño —dijo él mirándome por el espejo retrovisor.

—¿Por qué elegiste vivir tan lejos de la familia? —pregunté curiosa—. Digo, todos tus hermanos viven aquí... ¿Por qué decidiste irte tan lejos?

Papá lo pensó por un rato largo, cómo si quisiera elegir bien sus palabras.

—Porque estar lejos de la familia, a veces es una buena opción.