Capítulo 4: El primer día y la primera pelea.
Dafne.
El despertador suena por tercera vez y me obligo a abrir los ojos.
Hoy era mi primer día en la nueva universidad y ya empezaba a tener un nudo en el estómago de lo nerviosa que estaba. Todo lo que sucedió el sábado fue tan repentino que ayer, domingo, sólo tuve tiempo de arreglar lo mejor que pude mi nueva habitación.
Cuento con una cama no tan grande como la de la mansión del tío Dino, las paredes tienen un rosa delicado, están adornadas con cuadros de una versión de Ella más pequeña bailando ballet y toda la decoración es como si un unicornio hubiese vomitado, tengo un pequeño escritorio, un peinador y lo que parece una pequeña salada de estar, todo en madera. Muy pintoresco. Mi armario es adecuado para mis pertenencias, mientras la ventana da vista al jardín interior y a la extensa alberca de la mansión.
El baño es igual de adorable, todo rosa. Esta era la habitación de Ella cuando estaba pequeña. Siempre fue una niña muy tierna, es increíble que ahora este encargada de un club dd prostitución.
Intento recobrar fuerzas para levantarme pero alguien entra corriendo a la habitación y sube a mi cama.
—¡ES HORA DE LEVANTATSE, BEBÉ! —grita Gen mientras brinca sobre mi múltiples veces.
Intento zafarme mientras me río a carcajadas de su extraño gesto pero no logro quitarme a tiempo las sabanas y caígo de frente al piso.
—¡Oh, oh! ¡Parece que alguien se levantó con el pie izquierdo esta mañana! —dice Dan desde la puerta y gen no para de reír.
—¡Esta me la pagarás, pequeña saltamonte! —reté mientras me levantaba del suelo y tomaba una almohada.
Di el primer golpe.
Pero recibí uno peor por parte de Gen.
—¡Niñas, hoy no hay tiempo para hacer una guerra de almohadas! No quiero llegar tar...
Pero Dan no logro terminar su frase, Gen le aventó una almohada que golpeó directamente su cara y todos empezamos a reír alegremente.
Luego de ese mágico despertar, Dan se llevó a Gen en sus brazos ya que aún estaba en pijama. Él sería nuestro chófer y no le gustaba llegar tarde a ningún lado.
Me dirigí al baño, me di una ducha rápida y salí de él. Pude al fin admirarme en un espejo. Cuando era pequeña decía que no me gustaban muchas cosas de mi, por ejemplo: mi cabello castaño, mi sonrisa extravagante y las pequeñas pecas en mi nariz. Hoy me veo y estoy bastante satisfecha de ello, de mis ojos cafés y mi piel un tanto trigueña. Nunca fui muy blanca pero tampoco morena. Eso se debe a la extraña mezcla de mi padre que es moreno y mi madre, que es blanca.
Mi atuendo para el primer día, estaba pensado desde antes de venir a esta ciudad: unos vaqueros, con una blusa beige y mi chaqueta favorita, con unos botones, ambos marrones. Hacían juego con mis ojos. Aplique poco maquillaje y deje mi largo cabello suelto.
Era mi primer día, tenía que dar buena impresión. Hoy el desayuno era en el jardín trasero, así que tome mis pertenecías, mi bata blanca y bajé a el.
El desayuno fue rápido y a las siete menos cuarto estábamos de camino a la universidad. Ya habíamos dejado a Gen en su instituto y nos dirigimos a Fracat, la universidad en donde mis primos estudiaban ingeniería y yo hoy empezaba el quinto semestre de medicina.
—Ya sabes, Daf. Ten tu teléfono siempre contigo y...
—Te llamo si sucede alguna emergencia —termino por él—. Entendido. Ya lo has dicho tres veces desde que dejamos la mansión.
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The family Delacroix ©
Mystery / ThrillerSus caminos estaban destinados a encontrarse. Eran enemigos, pero desde la primera mirada un fuego creció en ambos. El fuego de la destrucción. Dafne pertenece a una familia oscura y llena de secretos: la mafia enriquecida de sustancias tóxicas co...