Capítulo 40

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Capítulo 40:
El final.

4 MESES DESPUÉS.

Viernes. 11 de septiembre, 2020.

Darling Delacroix.

Veía cómo todos estaban felices y contentos. Hoy era el día, al fin me casaría.

Todos los sucesos que pasaron en un año marcaron mi vida y la de mi familia: Douglas y Zidan estaban en prisión y el juicio fue efectuado, estarán en una cárcel de máxima seguridad por el resto de su vida. Había pasado un poco más de cinco meses en que Yusuf Alabitt había muerto y con él, Vanessa.

Los mafiosos fueron transferidos a sus países con éxito y nunca se supo la verdad, mi hermana y Yaviv están a salvo. Al fin.

Estábamos en una de las mansiones del abuelo, la cual daba vista directa a la hermosa playa de Boring, ya que su jardín trasero, era en sí, el mar. Todos los preparativos están más que listos y yo veía cómo todo se movía de un lado a otro: organizadores de eventos, flores, globos, mesas, sillas y mi peculiar familia. Todo estaba quedando perfecto y yo estaba nerviosa desde mi cabello hasta la punta de mis pies.

—Deja de moverte de un lado a otro —me acusa Danett—. Produces estrés.

—¡Danett! —chillo—. ¿Por qué invitaste a Lucas y su equipo? ¡Estás demente! ¿Y si viene Manuel y arma un escándalo! ¡Es lo último que quiero hoy!

Mi hermana mayor se acercó a mi y me abrazo por los hombros mientra caminábamos a una de las extensas salas de estar de la mansión.

—¡Ay, Darling! ¡Por favor! —canturrea ella con obviedad—. No creo que venga, Lucas y la doctora Liz son increíbles, deberías de conocerlos.

La miro unos segundos.

Oh, Dios. Conozco esa mirada.

—¿Te gusta? —pregunto atónita.

—¿Quién? —ella finge no entender mi pregunta y yo lo entiendo perfectamente.

Por-Jesucristo-bendito —exclamó—. ¡Te gusta!

—Es agradable. Sólo eso diré.

Con una mirada perdida y divagando, mi hermana se va dejándome con ganas de saber más.

Llegó a la sala de estar que se encuentra junto a la cocina y veo a los chicos hablando.

—¿Yaviv en dónde se encuentra?—pregunta Kelvin interrumpiendo la lectura de Dan y se sienta al otro lado del sofá junto a Dash.

Yo sólo veía la escena, fascinada por cómo Kelvin y Karla habían cambiado en los últimos meses. Viven junto a sus hermanos reales. Douglas Jr. ha sido un increíble hermano mayor y Dasha es una niña que se ha ganado el corazón de Karla, ahora, los mellizos misteriosos, siguen con aires de suspenso, pero se ven más felices.

Un Yaviv muy feliz aparece por el umbral de la puerta sostenido un desayuno, nos mira emocionado y mientras que todos en la sala no podemos reprimir unas cuantas carcajadas, él, en cambio, ignorandonos nos dice:

—Escuché mi nombre —informó mirando a Kevin—. Voy a llevarle el desayuno.

—Te veo mal —ésta vez habla Dan, en un tono burlón.

Sé que sólo lo hacen para molestarlo. Últimamente esos cuatro chicos, junto con Eddie, se habían vuelto inseparables, inclusive, visitaban semanalmente a Rich, eran tan inmaduros y chistosos, que se volvió inevitable no escuchar sus conversaciones y reírse, cada vez que Omer y yo los visitabamos.

The family Delacroix ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora