Capítulo 25

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Capítulo 25:
Una boda catastrófica y dos verdades fatídicas.

Sábado. 15 de marzo, 2020.

0 1 : 0 0 a m.

Yaviv Alabitt.

Golpeando todo y destrozando lo que hoy por la mañana dejaría de ser mi habitación. Empecé a sentir como el dolor quemaba mi pecho. Sólo quería que dejara de doler pero por más que golpeaba las paredes, los armarios, la decoración y mi escritorio, nada podía hacer que éste sufrimiento dejara de penetrarme el corazón.

Hoy la vi.

Hoy la vi y estoy tan destrozado como ella.

No pensé que me afectaría tanto verla después de todo el tiempo que ha pasado.

Todas las noches esperaba, desde que abrió el hotel, que estuviera en el, para así poder contemplarla, como se contempla una obra de arte: desde lejos. Porque sabía que jamás sería mía, pero nunca imaginé que ella sería la que vendría.

Ella es mucho más fuerte que yo. En todos los sentidos. Ella no espero que le explicara, Dafne fue a buscar respuestas. Creo que por eso me gusta tanto.

Estaba tan... diferente.

Y todo era mi culpa.

¡Por allah! Su cabello. Su brazo. Su cerebro. Ella.

¡Casi muere!

Y yo no pode hacer nada. No pode protegerla.

Le doy una patada a una de las puertas de mi armario y ésta se abrió.

Entonces la vi.

Esa camisa.

La camisa que Dafne llenó de su agua en clase.

Lo recordaba perfectamente. El día en que mi corazón latió tanto y tan rápido que parecía que iba a explotar. El día en el que sentí algo en mi y que hasta hoy ha permanecido. Era extraño, porque nunca había sentido lo que siento, y aún así, sabía a la perfección de que sentimiento se trataba.

Estoy enamorado.

Pero el amor duele.

No sé cuántas veces he llorado en los últimos tres meses pero hoy se siente más doloroso que nunca.

Giro mi cuerpo porque ya no quiero ver vas esa camisa.

Pésima opción, porque mi vista se topa con el cuadro que me obsequio. Lo único que ha permanecido intacto desde que entre en mi habitación.

Cierro mis ojos con fuerza, porque sé que si miro a otro lado, algo me llevará a ella de nuevo. Es así: cuando te enamoras, todo te recuerda a esa persona.

Hoy no puedo reír. Hoy no puedo crear un universo alterno e imaginar que puedo ser feliz. Hoy no. Ni mañana. Ni nunca.

Sólo siento como quema, como duele.

Joder, ahora entiendo lo que dicen. Enamorarse es como estar en la nubes, en un globo aerostático, pero cuando termina, éste cae sin previo aviso y te mata.

Se acabó.

Ahora entiendo también, por qué un Alabitt no se puede enamorar. Querer a alguien está bien hasta que te das cuenta que no lo puedes tener, es en ese momento cuando llega la debilidad.

Me siento tan débil.

Respiro profundo y abro los ojos.

—De todas formas —me digo a mi mismo, alentandome—, si ella venía conmigo, algún día la matarían para hacerme daño a mi.

The family Delacroix ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora